A todos mis lectores les deseo una muy feliz Navidad y que el 2009 sea un año cargado de cosas buenas.
Felicidades!!!!!!!!!!!!!!
Wednesday, December 24, 2008
Monday, December 15, 2008
Amenaza o Solución
Hasta que por fin el Señor Presidente Morales dio en el clavo y planteo algo que seria una medida económica excelente. Elevar el precio de los carburantes es lo mejor que se le podría haber ocurrido, aunque por la forma en que lo dijo, como una amenaza, parece que le salio de chiripa. Pero eso no importa, lo que importa es que de una vez por todas se empiece a pensar en la economía de los bolivianos y no en política.
Elevar el precio de los carburantes o mejor dicho hacer que el precio de los carburantes fluctué traería muchos beneficios, siendo el principal que el mercado se equilibre. Por fin se acabarían las colas en el Alto por garrafas, se acabarían las colas en todas las ciudades por gasolina y los productores estarían satisfechos con el diesel que tendrían.
Los contrabandistas ya no tendrían el incentivo a contrabandear los carburantes y ya no habría necesidad de mantener a las FFAA controlando los surtidores y las fronteras, algo que definitivamente implica un costo.
Finalmente el Estado dejaría de perder dinero y de subvencionar a la gente que sí es capaz de pagar un precio real de los carburantes. Me refiero, solo para dar un ejemplo, a los jóvenes que dan vueltas los fines de semana por las calles de San Miguel, Equipetrol o el Prado en Cochabamba, que no tiene nada de malo que lo hagan, pero que no lo hagan con plata del Estado.
Muchos dirán, que el costo de vida subirá. Ciertamente que si, pero ya es hora que dejemos de vivir en una ilusión y en una economía ficticia y se empiece a crear mecanismos de mercado que revelen el verdadero costo de las cosas. Esto no quiere decir tampoco que el Estado no deba hacer nada por los más necesitados. Si tiene que hacer y ahí pueden ir subsidios pero dirigidos a la gente que realmente los necesita, los pobres. Hay muchas maneras en que se pueden hacer transferencias a los más pobres. Pero lo que ahora se hace con el subsidio a los hidrocarburos es hacer transferencias a los más ricos.
Por primera vez puedo decir…gracias señor Presidente por amenazarnos, siga adelante con la amenaza y que bueno que le empiecen a gustar los MERCADOS.
Elevar el precio de los carburantes o mejor dicho hacer que el precio de los carburantes fluctué traería muchos beneficios, siendo el principal que el mercado se equilibre. Por fin se acabarían las colas en el Alto por garrafas, se acabarían las colas en todas las ciudades por gasolina y los productores estarían satisfechos con el diesel que tendrían.
Los contrabandistas ya no tendrían el incentivo a contrabandear los carburantes y ya no habría necesidad de mantener a las FFAA controlando los surtidores y las fronteras, algo que definitivamente implica un costo.
Finalmente el Estado dejaría de perder dinero y de subvencionar a la gente que sí es capaz de pagar un precio real de los carburantes. Me refiero, solo para dar un ejemplo, a los jóvenes que dan vueltas los fines de semana por las calles de San Miguel, Equipetrol o el Prado en Cochabamba, que no tiene nada de malo que lo hagan, pero que no lo hagan con plata del Estado.
Muchos dirán, que el costo de vida subirá. Ciertamente que si, pero ya es hora que dejemos de vivir en una ilusión y en una economía ficticia y se empiece a crear mecanismos de mercado que revelen el verdadero costo de las cosas. Esto no quiere decir tampoco que el Estado no deba hacer nada por los más necesitados. Si tiene que hacer y ahí pueden ir subsidios pero dirigidos a la gente que realmente los necesita, los pobres. Hay muchas maneras en que se pueden hacer transferencias a los más pobres. Pero lo que ahora se hace con el subsidio a los hidrocarburos es hacer transferencias a los más ricos.
Por primera vez puedo decir…gracias señor Presidente por amenazarnos, siga adelante con la amenaza y que bueno que le empiecen a gustar los MERCADOS.
Monday, November 10, 2008
El colchón se desinfla
La típica respuesta de la gente del gobierno cuando les preguntan si la crisis financiera internacional nos va a afectar, es que no porque felizmente no somos una economía muy abierta y por otro lado tenemos una gran cantidad de Reservas Internacionales, más de USD 7.000 millones.
Primeramente si bien es cierto que somos una economía no integrada a las finanzas internacionales y por eso no corremos riesgo de contagio financiero, por otro lado somos una economía aislada cada vez más del mundo real y eso si es grave porque para el tamaño de nuestra economía eso es un suicidio.
El sábado pasado salio una publicación en La Razón dando cuenta de la caída de las Reservas Internacionales. Efectivamente desde fines de septiembre éstas han caído en USD 273.1 millones, de USD 7.810,7 millones a USD 7.537,2 millones como se puede ver en el gráfico de las RIN que también sale publicado en el periódico.
Pero eso no es todo, si observamos los movimientos del Bolsín (ver grafico de movimientos del Bolsin), vemos que después de haber tenido meses sin que se hayan vendido nada de dólares en septiembre y octubre las ventas de dólares llegaron casi hasta USD 80 millones, para luego estabilizarse a fines de octubre.
Esto es señal de dos cosas. Primero que efectivamente hay una mayor demanda de dólares producto de que los países vecinos han estado depreciando fuertemente sus monedas y esto ha llevado a muchos, seguramente comerciantes, a hacer arbitraje de monedas con los países vecinos. Segundo, hay fuertes indicios de falta de liquidez en el sistema.
En efecto, hoy sale en La Razón también un artículo donde se menciona que la tasa de referencia (TRE) del Banco Central se ha incrementado. Si esto ha sucedido es claramente porque existe una escasez de liquidez en el mercado, pues de lo contrario mas bien la tendencia debería ser a la baja de la TRE. Me dieron el dato que no están habiendo adjudicaciones de LTs y BTs (Letras y Bonos). La semana pasada a lo mucho se han adjudicado LTs en moneda extranjera por el monto de USD 1 millón, cuando lo normal en la gestión 2007-Primer semestre de 2008 siempre fueron de USD 30 millones semanales.
En conclusión mientras el gobierno se sigue preocupando por la politiDEA, el colchoncito ya se ha empezado a desinflar y no me extrañaría que además descubramos que esta pinchado. En resumen la economía comenzó a caerse.
Velo al Ignorante
La ignorancia - por lo general - es atrevida. La justicia social no podría tener mejor aliado. Cuando la sociedad decide empezar de foja cero, mediante un nuevo contrato social que enmiende los abusos del pasado, la ignorancia es una herramienta sumamente útil. Cuando un nuevo amanecer destella rayos de esperanza, una manera de construir un orden equitativo es colocar a los legisladores detrás del “velo de la ignorancia, una herramienta conceptual que utiliza John Rawls en su teoría de la justicia. Lo que el legislador debe ignorar - si pretende ser justo - es si el nuevo contrato social ha de beneficiar desproporcionalmente a los suyos. El arte de momentáneamente abandonar la investidura de la identidad, en nombre de la justicia, es una ignorancia que únicamente pueden asumir aquellos que realmente creen en la igualdad.
En su teoría de la justicia, Rawls asume que el poderoso siempre intenta someter al más débil. Esa inclinación natural del ser humano queda claramente enmarcada en los comentarios del presidente del Comité Cívico Popular, Édgar Mora, cuando le confiesa al periodista John Arandia de la red Uno que, en su forma de pensar, “la mayoría manda, la minoría acata”. En el espiral de violencia que consume al ser humano desde épocas remotas, la tortilla del poder se ha dado la vuelta varias veces. Seguir subordinando a la sociedad a los permanentes ciclos de enfrentamiento, es obligar a toda la población aprender - sobre todas las cosas - sacudir el yugo del más fuerte, en lugar de prepararse para contribuir a un bien mayor. Cuando los poderosos legislan para favorecer a los suyos, es inevitable subyugar a la sociedad a los ciclos que encadenan, en turnos sucesivos.
Los ciclos son inevitables. El ciclo más largo en Bolivia es también el más violento, y ha durado más de quinientos años. Los más fuertes sometieron a los demás, utilizando la etnia como su herramienta favorita. Se supone hemos roto las cadenas del racismo. Otros ciclos son mucho más cortos. El ciclo en Estados Unidos de un libre mercado desenfrenado, con mínima regulación por parte de Estado – que empezó con Ronald Reagan en 1980 – llega también a su fin con la elección de Barack Obama. Los ciclos económicos típicos del capitalismo, una montaña rusa de burbujas de crecimiento especulativo, seguido de una caída al abismo financiero, vuelcan el estómago del más arriesgado. El planeta entero ahora debe corregir y superar el detestable ciclo de la recesión. Los ciclos sociales y económicos, sin embargo, son muy diferentes. Contrastarlos tal vez ayude iluminar la rocosa pendiente que pretende trepar la sociedad boliviana.
El mandato de un contrato social es crear un terreno equitativo para los actores económicos, políticos y sociales. En la medida que las reglas de juego son justas, la sociedad desarrolla un espíritu de tolerancia, que permite encontrar en la diversidad una fuente de riqueza, en lugar de una razón para discriminar. En contraste a un mandato constitucional que obliga la igualdad ante la ley y garantiza igualdad de oportunidades, las medidas fiscales y monetarias son herramientas que utiliza el gobierno para contrarrestar fuerzas inflacionarias, superar recesiones económicas, y promover empleo. Las primeras son inamovibles y crean condiciones para mayor justicia; las segundas son discrecionales y fomentan condiciones para mayor desarrollo, corrigen deficiencias propias del mercado y ayudan a mejor redistribuir la riqueza. Normas que ayuden a poner fin a los ciclos del sometimiento e injusticia pueden ser eternamente enmarcadas en un contrato social. Pretender ponerle un fin “por decreto” a los ciclos económicos que periódicamente azotan al mercado, es manifestar de todas las posibles ignorancias, la que más daño nos hace.
El velo de la ignorancia ayuda a escapar del instinto primitivo de someter al más débil, porque obliga al individuo a definir aquello que es justo en términos universales. Es decir, detrás del velo de la ignorancia el individuo no sabe si ha de nacer varón o hembra, si ha de ostentar mayoría en el congreso, si su etnia es la dominante, o cual será su condición social. Esta ignorancia es buena, porque si el individuo no sabe a cual grupo ha de pertenecer, entonces no puede favorecer a un grupo en particular. Al ignorar el legislador si será rico o pobre, ateo o beato, hombre o mujer, la norma no incorpora en su espíritu el instinto natural de favorecer a los que hacen norma. Un contrato social que es suscrito bajo la premisa del velo de la ignorancia, garantiza que las normas constitucionales sean elaboradas sin los prejuicios que nacen de ejercer el poder en beneficio de aquellos que momentáneamente ejercen mayor fuerza.
El hijo de Mora tal vez demore su voluntad de -cuando sea grande -ser quien quiere ser, incluyendo un poeta o empresario. Su libertad de elegir entre las miles de diferentes actividades humanas forma parte de las libertades que hacen de la diversidad una herramienta útil para la sociedad. No tendría ningún sentido legislar que todos debamos elegir entre ser agricultor con menos de 10 mil hectáreas, profesor, médico o burócrata. Detrás del velo de la ignorancia, el legislador tampoco sabe si nacerá con el don de la vista, inclinación conservadora, o atraído sexualmente hacia los de su mismo género. Detrás del velo de la ignorancia la justicia requiere proteger los derechos por igual. Aquellos que actúan demasiado conscientes de su identidad, para luego crear normas ofuscadas por sus intereses particulares, pueden robarles a los demás la iniciativa o derechos que le permitan hacer de sus vidas algo diferente, sea dinero o inservible poesía.
En cuanto a las políticas fiscales y monetarias, el gobierno debe tener la flexibilidad de elegir entre un ramillete de posibles medidas que incentiven y regulen la actividad económica. La actividad económica a veces requiere de menores impuestos que incentiven la inversión; otras veces requieren de mayores impuestos que ayuden a reducir el déficit fiscal. Aquel que gobierna debe tener acceso a diferentes instrumentos que permitan regular no solamente la actividad empresarial, sino también los ciclos del mercado que afectan – entre otros – el nivel de empleo. Utilizando políticas fiscales y monetarias, el gobierno puede incentivar la creación de empleo. Lo que no puede hacer es crear empleos por decreto. En una economía normal el nivel de desempleo fluctúa entre un 4- 6%. Lograr “total empleo” es imposible, para empezar porque implicaría que nadie renuncia o jamás cambia de trabajo. El fundamentalismo político, sin embargo, quiere hacernos creer que la pobreza y el desempleo son una aberración.
¿Puede legislarse el empleo y la riqueza? El empleo y la riqueza la crean los individuos, mediante su esfuerzo y sacrificio. El gobierno puede ayudar, mediante políticas que resuelven y se dirigen a problemas coyunturales, propios de la dinámica del mercado. Suponer que es posible – o deseable – establecer pilares estructurales que controlen toda fluctuación del mercado, es levantar castillos de arena cerca al mar. Los mercados están en permanente movimiento. Mientras que construir una represa permite generar electricidad, atajar todo riachuelo es una receta para convertir en desierto lo que antes fue un vergel. Los mercados, al igual que el agua, deben ser libres también de cambiar de curso y dirección, ajustándose al terreno. Pretender controlar la economía es pretender que el agua solo debe fluir hacia la represa del centralismo Estatal. El fundamentalismo económico es la verdadera aberración, y su necesidad de lograr arrodillar el flujo del mercado es un mandato para asfixiarlo.
El “socialismo” de Europa, y la nueva versión de Barack Obama, utilizan políticas fiscales y monetarias para crear riqueza y distribuirla equitativamente. Las políticas fiscales, por ejemplo, se ajustan a la coyuntura. A veces la coyuntura demanda obligar a los más ricos aportar más al desarrollo de la infraestructura necesaria. En el gobierno de Obama, los más ricos aportarán más a la transición hacia una economía ecológica e independencia energética. El invertir en proyectos de infraestructura – neokeynesianismo – ha de crear una demanda agregada, que a su vez creará mayor empleo. Cuando el ciclo de recesión pase, tal vez lo aconsejable sea reducir el gasto público y déficit fiscal. En este sentido, un contrato social que obligue al Estado utilizar únicamente algunas cuantas herramientas de la economía moderna, tan solo limita las opciones disponibles y necesaria adaptabilidad. Es decir, una economía moderna debe tener la flexibilidad de contar entre sus herramientas con martillos, alicates, hachas, bisturís y serruchos. De lo contrario, si triunfa el fundamentalismo intelectual, obligando al gobierno utilizar únicamente martillos, entonces todos los problemas económicos tendrán cara de clavo. Si en otros 50 años el Estado crece desproporcionalmente, creando otros nocivos desequilibrios, la sociedad debe tener la capacidad ajustar sus políticas. Si el nuevo entorno así lo demanda, la sociedad debe tener la libertad de optar por reducir la intervención gubernamental, en nombre de la iniciativa privada. Robar flexibilidad en nombre de un dogma, es fundamentalismo suicida.
Ignorar las diferencias entre ciclos de sometimiento social y ciclos económicos es una receta para la estéril sequia de la lucha de clases. Erradicar por siempre los ciclos de dominación social por parte de los más poderosos es un mandato que puede ser avanzado mediante normas racionales. Los ciclos en la economía deben ser controlados mediante mejores políticas gubernamentales. Para ello se requiere de todo tipo de herramientas, incluyendo la intervención del Estado. Pero intentar obligar por decreto que desaparezca el flujo en el mercado, bajo la ilusión de una “planificación racional”, es pura ignorancia, de las que avanzan el hambre, en lugar de la justicia.
Flavio Machicado Teran
En su teoría de la justicia, Rawls asume que el poderoso siempre intenta someter al más débil. Esa inclinación natural del ser humano queda claramente enmarcada en los comentarios del presidente del Comité Cívico Popular, Édgar Mora, cuando le confiesa al periodista John Arandia de la red Uno que, en su forma de pensar, “la mayoría manda, la minoría acata”. En el espiral de violencia que consume al ser humano desde épocas remotas, la tortilla del poder se ha dado la vuelta varias veces. Seguir subordinando a la sociedad a los permanentes ciclos de enfrentamiento, es obligar a toda la población aprender - sobre todas las cosas - sacudir el yugo del más fuerte, en lugar de prepararse para contribuir a un bien mayor. Cuando los poderosos legislan para favorecer a los suyos, es inevitable subyugar a la sociedad a los ciclos que encadenan, en turnos sucesivos.
Los ciclos son inevitables. El ciclo más largo en Bolivia es también el más violento, y ha durado más de quinientos años. Los más fuertes sometieron a los demás, utilizando la etnia como su herramienta favorita. Se supone hemos roto las cadenas del racismo. Otros ciclos son mucho más cortos. El ciclo en Estados Unidos de un libre mercado desenfrenado, con mínima regulación por parte de Estado – que empezó con Ronald Reagan en 1980 – llega también a su fin con la elección de Barack Obama. Los ciclos económicos típicos del capitalismo, una montaña rusa de burbujas de crecimiento especulativo, seguido de una caída al abismo financiero, vuelcan el estómago del más arriesgado. El planeta entero ahora debe corregir y superar el detestable ciclo de la recesión. Los ciclos sociales y económicos, sin embargo, son muy diferentes. Contrastarlos tal vez ayude iluminar la rocosa pendiente que pretende trepar la sociedad boliviana.
El mandato de un contrato social es crear un terreno equitativo para los actores económicos, políticos y sociales. En la medida que las reglas de juego son justas, la sociedad desarrolla un espíritu de tolerancia, que permite encontrar en la diversidad una fuente de riqueza, en lugar de una razón para discriminar. En contraste a un mandato constitucional que obliga la igualdad ante la ley y garantiza igualdad de oportunidades, las medidas fiscales y monetarias son herramientas que utiliza el gobierno para contrarrestar fuerzas inflacionarias, superar recesiones económicas, y promover empleo. Las primeras son inamovibles y crean condiciones para mayor justicia; las segundas son discrecionales y fomentan condiciones para mayor desarrollo, corrigen deficiencias propias del mercado y ayudan a mejor redistribuir la riqueza. Normas que ayuden a poner fin a los ciclos del sometimiento e injusticia pueden ser eternamente enmarcadas en un contrato social. Pretender ponerle un fin “por decreto” a los ciclos económicos que periódicamente azotan al mercado, es manifestar de todas las posibles ignorancias, la que más daño nos hace.
El velo de la ignorancia ayuda a escapar del instinto primitivo de someter al más débil, porque obliga al individuo a definir aquello que es justo en términos universales. Es decir, detrás del velo de la ignorancia el individuo no sabe si ha de nacer varón o hembra, si ha de ostentar mayoría en el congreso, si su etnia es la dominante, o cual será su condición social. Esta ignorancia es buena, porque si el individuo no sabe a cual grupo ha de pertenecer, entonces no puede favorecer a un grupo en particular. Al ignorar el legislador si será rico o pobre, ateo o beato, hombre o mujer, la norma no incorpora en su espíritu el instinto natural de favorecer a los que hacen norma. Un contrato social que es suscrito bajo la premisa del velo de la ignorancia, garantiza que las normas constitucionales sean elaboradas sin los prejuicios que nacen de ejercer el poder en beneficio de aquellos que momentáneamente ejercen mayor fuerza.
El hijo de Mora tal vez demore su voluntad de -cuando sea grande -ser quien quiere ser, incluyendo un poeta o empresario. Su libertad de elegir entre las miles de diferentes actividades humanas forma parte de las libertades que hacen de la diversidad una herramienta útil para la sociedad. No tendría ningún sentido legislar que todos debamos elegir entre ser agricultor con menos de 10 mil hectáreas, profesor, médico o burócrata. Detrás del velo de la ignorancia, el legislador tampoco sabe si nacerá con el don de la vista, inclinación conservadora, o atraído sexualmente hacia los de su mismo género. Detrás del velo de la ignorancia la justicia requiere proteger los derechos por igual. Aquellos que actúan demasiado conscientes de su identidad, para luego crear normas ofuscadas por sus intereses particulares, pueden robarles a los demás la iniciativa o derechos que le permitan hacer de sus vidas algo diferente, sea dinero o inservible poesía.
En cuanto a las políticas fiscales y monetarias, el gobierno debe tener la flexibilidad de elegir entre un ramillete de posibles medidas que incentiven y regulen la actividad económica. La actividad económica a veces requiere de menores impuestos que incentiven la inversión; otras veces requieren de mayores impuestos que ayuden a reducir el déficit fiscal. Aquel que gobierna debe tener acceso a diferentes instrumentos que permitan regular no solamente la actividad empresarial, sino también los ciclos del mercado que afectan – entre otros – el nivel de empleo. Utilizando políticas fiscales y monetarias, el gobierno puede incentivar la creación de empleo. Lo que no puede hacer es crear empleos por decreto. En una economía normal el nivel de desempleo fluctúa entre un 4- 6%. Lograr “total empleo” es imposible, para empezar porque implicaría que nadie renuncia o jamás cambia de trabajo. El fundamentalismo político, sin embargo, quiere hacernos creer que la pobreza y el desempleo son una aberración.
¿Puede legislarse el empleo y la riqueza? El empleo y la riqueza la crean los individuos, mediante su esfuerzo y sacrificio. El gobierno puede ayudar, mediante políticas que resuelven y se dirigen a problemas coyunturales, propios de la dinámica del mercado. Suponer que es posible – o deseable – establecer pilares estructurales que controlen toda fluctuación del mercado, es levantar castillos de arena cerca al mar. Los mercados están en permanente movimiento. Mientras que construir una represa permite generar electricidad, atajar todo riachuelo es una receta para convertir en desierto lo que antes fue un vergel. Los mercados, al igual que el agua, deben ser libres también de cambiar de curso y dirección, ajustándose al terreno. Pretender controlar la economía es pretender que el agua solo debe fluir hacia la represa del centralismo Estatal. El fundamentalismo económico es la verdadera aberración, y su necesidad de lograr arrodillar el flujo del mercado es un mandato para asfixiarlo.
El “socialismo” de Europa, y la nueva versión de Barack Obama, utilizan políticas fiscales y monetarias para crear riqueza y distribuirla equitativamente. Las políticas fiscales, por ejemplo, se ajustan a la coyuntura. A veces la coyuntura demanda obligar a los más ricos aportar más al desarrollo de la infraestructura necesaria. En el gobierno de Obama, los más ricos aportarán más a la transición hacia una economía ecológica e independencia energética. El invertir en proyectos de infraestructura – neokeynesianismo – ha de crear una demanda agregada, que a su vez creará mayor empleo. Cuando el ciclo de recesión pase, tal vez lo aconsejable sea reducir el gasto público y déficit fiscal. En este sentido, un contrato social que obligue al Estado utilizar únicamente algunas cuantas herramientas de la economía moderna, tan solo limita las opciones disponibles y necesaria adaptabilidad. Es decir, una economía moderna debe tener la flexibilidad de contar entre sus herramientas con martillos, alicates, hachas, bisturís y serruchos. De lo contrario, si triunfa el fundamentalismo intelectual, obligando al gobierno utilizar únicamente martillos, entonces todos los problemas económicos tendrán cara de clavo. Si en otros 50 años el Estado crece desproporcionalmente, creando otros nocivos desequilibrios, la sociedad debe tener la capacidad ajustar sus políticas. Si el nuevo entorno así lo demanda, la sociedad debe tener la libertad de optar por reducir la intervención gubernamental, en nombre de la iniciativa privada. Robar flexibilidad en nombre de un dogma, es fundamentalismo suicida.
Ignorar las diferencias entre ciclos de sometimiento social y ciclos económicos es una receta para la estéril sequia de la lucha de clases. Erradicar por siempre los ciclos de dominación social por parte de los más poderosos es un mandato que puede ser avanzado mediante normas racionales. Los ciclos en la economía deben ser controlados mediante mejores políticas gubernamentales. Para ello se requiere de todo tipo de herramientas, incluyendo la intervención del Estado. Pero intentar obligar por decreto que desaparezca el flujo en el mercado, bajo la ilusión de una “planificación racional”, es pura ignorancia, de las que avanzan el hambre, en lugar de la justicia.
Flavio Machicado Teran
Monday, November 03, 2008
Se acabaron los Mercados
Creo que me soñé porque esto no puede ser cierto pero Venezuela va a comprar toda la oferta exportable de Bolivia a los EEUU. En otras palabras, si el año 2007 el 4.8% de nuestras exportaciones han ido a Venezuela y el 9% a EEUU. Entonces si esta estructura de valor se mantuviese, el próximo año deberíamos exportar a Venezuela 13.8% del total de nuestras exportaciones. Es decir casi vamos a triplicar nuestras exportaciones al país caribeño y todo gracias a un papel (acuerdo) que han firmado los gobiernos de Bolivia y Venezuela.
Que maravilla! A través de un simple acuerdo les han cambiado los patrones de consumo a toda la sociedad de un país, en este caso Venezuela. Viendo en una publicación de UDAPE del 2006, entre los artículos que se verán afectados por la no renovación de preferencias del ATPDEA se tiene por ejemplo:
- Abrigos y pantalones para hombre de algodón con una participación de 33.02% en las exportaciones. Que yo sepa en Venezuela no hace frio como en EEUU, por lo tanto o estos abrigos los van a comprar para regalarlos o los van a usar de cobertores en la playa.
- Chompas de algodón, lana u otras fibras con una participación de 15.11%. Estoy casi seguro que en Venezuela ni siquiera debe conocer la palabra chompa y menos de lana. Si además consideramos que las chompas de lana de alpaca son un bien muy preciado en EEUU, lo que hace que su valor se incremente, quisiera saber cuales serán los motivos por los cuales se pueda demanda chompas de lana de alpaca en Venezuela.
- Chamarras y sacos para hombres de lana, algodón u otras fibras. Estos con una menor participación, tan solo 0.3%. Talvez se podría pensar que exista alguna demanda para estos artículos, pero que además se incremente, es poco probable.
En fin se podrían citar más ejemplos y hasta se podría pensar que en el corto plazo Venezuela compre estos artículos, aunque sea para regalarlos, pero que exista una demanda que sustente un flujo de oferta sostenible en el tiempo es imposible, sino existe un patrón de consumo que permita generar un flujo de ventas (exportaciones).
Alguna vez creo que lo dije, para entender como funciona el mercado basta con tomarse un minibús e ir a la feria de la 16 de julio en El Alto. Ahí se encuentran vendedores y compradores no porque alguien haya firmado un papel que los obligue a ir, sino porque hay un flujo de personas que demanda productos y un flujo de vendedores que trata de satisfacer esa demanda. Y ese flujo va rotando domingo tras domingo.
Por favor que alguien lleve a los del gobierno a conocer la feria de la 16 de julio. Mientras tanto, lo único que es cierto es que en los próximos meses seremos participes de una segunda relocalización….la relocalización de trabajadores de la industria manufacturera.
Que maravilla! A través de un simple acuerdo les han cambiado los patrones de consumo a toda la sociedad de un país, en este caso Venezuela. Viendo en una publicación de UDAPE del 2006, entre los artículos que se verán afectados por la no renovación de preferencias del ATPDEA se tiene por ejemplo:
- Abrigos y pantalones para hombre de algodón con una participación de 33.02% en las exportaciones. Que yo sepa en Venezuela no hace frio como en EEUU, por lo tanto o estos abrigos los van a comprar para regalarlos o los van a usar de cobertores en la playa.
- Chompas de algodón, lana u otras fibras con una participación de 15.11%. Estoy casi seguro que en Venezuela ni siquiera debe conocer la palabra chompa y menos de lana. Si además consideramos que las chompas de lana de alpaca son un bien muy preciado en EEUU, lo que hace que su valor se incremente, quisiera saber cuales serán los motivos por los cuales se pueda demanda chompas de lana de alpaca en Venezuela.
- Chamarras y sacos para hombres de lana, algodón u otras fibras. Estos con una menor participación, tan solo 0.3%. Talvez se podría pensar que exista alguna demanda para estos artículos, pero que además se incremente, es poco probable.
En fin se podrían citar más ejemplos y hasta se podría pensar que en el corto plazo Venezuela compre estos artículos, aunque sea para regalarlos, pero que exista una demanda que sustente un flujo de oferta sostenible en el tiempo es imposible, sino existe un patrón de consumo que permita generar un flujo de ventas (exportaciones).
Alguna vez creo que lo dije, para entender como funciona el mercado basta con tomarse un minibús e ir a la feria de la 16 de julio en El Alto. Ahí se encuentran vendedores y compradores no porque alguien haya firmado un papel que los obligue a ir, sino porque hay un flujo de personas que demanda productos y un flujo de vendedores que trata de satisfacer esa demanda. Y ese flujo va rotando domingo tras domingo.
Por favor que alguien lleve a los del gobierno a conocer la feria de la 16 de julio. Mientras tanto, lo único que es cierto es que en los próximos meses seremos participes de una segunda relocalización….la relocalización de trabajadores de la industria manufacturera.
Post-Racial
Decidimos todo el tiempo por opciones que no cambian absolutamente nada. Una que otra nos marca de por vida. Vivimos una era tecnológica, que hace facilísimo llevar un mínimo registro de aquello que elegimos. Con gran indiferencia, sin embargo, ignoramos la eficacia con la cual construimos nuestro mundo personal. No registramos cómo influye el ejemplo de nuestra frivolidad sobre nuestros hijos; no guardamos evidencia de como el abuso del alcohol empobrece nuestro espíritu; y la historia ignora el impacto social de haber prohibido alguna vez a originarios de África partir pan con el presidente en la misma mesa. Ese fue el caso en la segregada Casa Blanca de antaño. Un afroamericano ahora se sentará en la cabecera. Nos llena de orgullo a los bolivianos haber pagado la factura histórica del racismo el 2005 en democracia. Ahora es un originario quien decide nuestro destino. Pero en lugar de una verdadera transformación, el cambio de liderazgo tan solo ha atizado el odio entre hermanos. Dudo, por ende, que un afroamericano presidente de Estados Unidos logre mágicamente crear una sociedad post-racial.
Sin identidad no existe el individuo, por lo que debe ser protegida de cualquier intento de discriminación. La identidad celebra la diversidad, por lo que no es deseable intentar eliminarla. Ello no justifica subsanar injusticias construyendo derechos sobre la base de una de ellas, o manipular al pueblo para que decida caminos únicamente sobre la base de categorías, como ser género o identidad étnica. No ayudaría trabajar en equipo si – por ejemplo – esa fuese la agenda feminista. El principio de igualdad ante la ley requiere defender y proteger los derechos inalienables de toda minoría, no únicamente de aquellas con las que compartimos un mismo curul.
Barack Obama está por ser coronado como el gran salvador. Urge un cambio de dirección en la nación que impera últimamente con demasiados desaciertos. Simplemente ir al otro lado, sin embargo, no garantiza que la crisis será resuelta. Esa lección la aprendí a la mala, un mea culpa que aun no acabo de redimir. En las elecciones presidenciales de 2005 yo vote por el cambio, por el fin de la corrupción y arrogancia de una elite racista e incompetente. Mi acto es minúsculamente cómplice en reemplazar a la incompetencia, arrogancia y racismo de unos, por la nueva versión del populismo indigenista. Mi decisión es en parte responsable de colocar al presidente Evo Morales a la cabecera de lo que – hasta la fecha – parece ser tan solo una venganza suicida.
Cuando Obama asuma la presidencia de EE.UU. no lo hará como suajili, aunque la sangre suajili corre por sus venas. Tampoco lo hará como anglosajón, por mucho que sea su herencia cultural, vestimenta y lengua materna. Lo hará como ciudadano. De Obama haber nacido en Bolivia, no pertenecer a un pueblo originario lo haría un ciudadano de segunda clase. La igualdad étnica es legado, entre otros, de Martin Luther King; un legado enmarcado en su gran visión: “Sueño algún día vivir en una nación en la que mis hijos sean juzgados por el contenido de su carácter, y no por el color de su piel”. El racismo en Bolivia ha sido herido de muerte. Nadie derrama lágrimas por su lenta agonía. Pero resulta curiosa la agenda política de hacer más difícil soñar convivir algún día en una sociedad post-racial.
Flavio Machicado Teran
Sin identidad no existe el individuo, por lo que debe ser protegida de cualquier intento de discriminación. La identidad celebra la diversidad, por lo que no es deseable intentar eliminarla. Ello no justifica subsanar injusticias construyendo derechos sobre la base de una de ellas, o manipular al pueblo para que decida caminos únicamente sobre la base de categorías, como ser género o identidad étnica. No ayudaría trabajar en equipo si – por ejemplo – esa fuese la agenda feminista. El principio de igualdad ante la ley requiere defender y proteger los derechos inalienables de toda minoría, no únicamente de aquellas con las que compartimos un mismo curul.
Barack Obama está por ser coronado como el gran salvador. Urge un cambio de dirección en la nación que impera últimamente con demasiados desaciertos. Simplemente ir al otro lado, sin embargo, no garantiza que la crisis será resuelta. Esa lección la aprendí a la mala, un mea culpa que aun no acabo de redimir. En las elecciones presidenciales de 2005 yo vote por el cambio, por el fin de la corrupción y arrogancia de una elite racista e incompetente. Mi acto es minúsculamente cómplice en reemplazar a la incompetencia, arrogancia y racismo de unos, por la nueva versión del populismo indigenista. Mi decisión es en parte responsable de colocar al presidente Evo Morales a la cabecera de lo que – hasta la fecha – parece ser tan solo una venganza suicida.
Cuando Obama asuma la presidencia de EE.UU. no lo hará como suajili, aunque la sangre suajili corre por sus venas. Tampoco lo hará como anglosajón, por mucho que sea su herencia cultural, vestimenta y lengua materna. Lo hará como ciudadano. De Obama haber nacido en Bolivia, no pertenecer a un pueblo originario lo haría un ciudadano de segunda clase. La igualdad étnica es legado, entre otros, de Martin Luther King; un legado enmarcado en su gran visión: “Sueño algún día vivir en una nación en la que mis hijos sean juzgados por el contenido de su carácter, y no por el color de su piel”. El racismo en Bolivia ha sido herido de muerte. Nadie derrama lágrimas por su lenta agonía. Pero resulta curiosa la agenda política de hacer más difícil soñar convivir algún día en una sociedad post-racial.
Flavio Machicado Teran
Friday, October 24, 2008
Todo lo que Sube Baja
(Resp a Los precios de los productos deberían bajar)
Por la Ley de la Gravedad, todo lo que sube tiene que bajar. De igual manera por la Ley de Oferta y Demanda cuando los precios suben y se produce un desequilibrio en el mercado se debería dar una reasignación de recursos que restablezca el equilibrio y los precios bajen, no necesariamente al nivel inicial pero si a un nivel menor que el que se tiene con el desequilibrio.
Evidentemente al haber una caída en las cotizaciones de los minerales, se ha reducido el ingreso en Bolivia y por tanto la presión sobre la inflación por el lado de la demanda también ha disminuido. Sin embargo es difícil predecir que esto se traduzca en una reducción de la inflación en la medida que todos quisiéramos, pues existen otros factores que explican la inflación y que siguen vigentes.
Uno de ellos es la inflación importada que sigue siendo alta a pesar de la caída en el precio de los energéticos y de algunos productos alimenticios. Me da la impresión también que en Bolivia se siguen teniendo problemas de oferta en algunos productos, puede ser por un tema de especulación, pero también tiene mucho que ver la política del gobierno que al intervenir en la producción de ciertos productos ha distorsionado los incentivos para los agricultores.
Finalmente y creo que este es el principal problema que impide que la inflación baje, y es el tema de las expectativas. Los sucesivos shocks de corto plazo producidos por presiones de oferta y demanda han llevado a la gente a pensar que la inflación es un fenómeno permanente, por tanto la misma gente esta retroalimentado a la inflación.
Para estar seguros de todo esto seria necesario hacer un análisis riguroso de los determinantes de la inflación actual, sin embargo me atrevería a decir que hay factores que impiden e impedirán que los precios bajen al menos en el corto plazo.
Por la Ley de la Gravedad, todo lo que sube tiene que bajar. De igual manera por la Ley de Oferta y Demanda cuando los precios suben y se produce un desequilibrio en el mercado se debería dar una reasignación de recursos que restablezca el equilibrio y los precios bajen, no necesariamente al nivel inicial pero si a un nivel menor que el que se tiene con el desequilibrio.
Evidentemente al haber una caída en las cotizaciones de los minerales, se ha reducido el ingreso en Bolivia y por tanto la presión sobre la inflación por el lado de la demanda también ha disminuido. Sin embargo es difícil predecir que esto se traduzca en una reducción de la inflación en la medida que todos quisiéramos, pues existen otros factores que explican la inflación y que siguen vigentes.
Uno de ellos es la inflación importada que sigue siendo alta a pesar de la caída en el precio de los energéticos y de algunos productos alimenticios. Me da la impresión también que en Bolivia se siguen teniendo problemas de oferta en algunos productos, puede ser por un tema de especulación, pero también tiene mucho que ver la política del gobierno que al intervenir en la producción de ciertos productos ha distorsionado los incentivos para los agricultores.
Finalmente y creo que este es el principal problema que impide que la inflación baje, y es el tema de las expectativas. Los sucesivos shocks de corto plazo producidos por presiones de oferta y demanda han llevado a la gente a pensar que la inflación es un fenómeno permanente, por tanto la misma gente esta retroalimentado a la inflación.
Para estar seguros de todo esto seria necesario hacer un análisis riguroso de los determinantes de la inflación actual, sin embargo me atrevería a decir que hay factores que impiden e impedirán que los precios bajen al menos en el corto plazo.
Wednesday, October 15, 2008
Que pasa con el Dólar?
Resulta extraño que el tipo de cambio del Bs. con el Dólar se haya estancado en 7.07 Bs cuando en los países vecinos, concretamente Chile y Brasil el tipo de cambio nominal se ha estado depreciando aceleradamente en los últimos días.
Solo a manera de referencia se puede ver que el Real Brasilero ha pasado de estar por debajo de los 2 R$ por dólar a cerrar hoy en 2.15 R$ por dólar en menos de un mes. Lo mismo pasa en Chile que el 1ro de septiembre el tipo de cambio estaba en 513 Pesos Chilenos por dólar y hoy ha cerrado en 631 Pesos Chilenos por dólar.
Naturalmente la explicación de estas depreciaciones de las monedas de Brasil y Chile se explica por un aumento en la demanda de dólares por parte de los agentes producto de la crisis financiera internacional que ha hecho que los mismos recurran al dólar para protegerse.
La pregunta es por que no ha sucedido lo mismo en Bolivia, o es que los agentes no tienen temor a que la crisis financiera internacional les afecte. En parte si, el hecho que en Bolivia no se tenga un sistema financiero muy desarrollado hace que las posibilidades de contagio sean muy bajas. Pero el problema no viene por el lado financiero, viene por el lado real de la economía.
Si los otros países están devaluando sus monedas, naturalmente que nuestras exportaciones a esos países se están encareciendo lo que implica que estas disminuyan, por mas reducidas que sean desde ya y por más que al Presidente le hayan dicho que Iran y Venezuela van a comprar más de lo que exportamos a EEUU. Por otro lado las importaciones desde Brasil y Chile deberían aumentar afectando de esa a la Balanza Comercial y por ende al ingreso total de la economía.
Si el precio del dólar o el tipo de cambio no esta subiendo por ahora es por que la gente no se ha dado cuenta que es el momento para especular con el mismo o hay alguna otra fuente de ingreso de dólares que no la conocemos y que esta cubriendo el aumento de la demanda de dólares. Es difícil saber a ciencia cierta que es lo que esta pasando, talvez alguien tenga alguna idea. En todo caso las perspectivas a futuro son que el dólar suba y que las Reservas Internacionales disminuyan.
Solo a manera de referencia se puede ver que el Real Brasilero ha pasado de estar por debajo de los 2 R$ por dólar a cerrar hoy en 2.15 R$ por dólar en menos de un mes. Lo mismo pasa en Chile que el 1ro de septiembre el tipo de cambio estaba en 513 Pesos Chilenos por dólar y hoy ha cerrado en 631 Pesos Chilenos por dólar.
Naturalmente la explicación de estas depreciaciones de las monedas de Brasil y Chile se explica por un aumento en la demanda de dólares por parte de los agentes producto de la crisis financiera internacional que ha hecho que los mismos recurran al dólar para protegerse.
La pregunta es por que no ha sucedido lo mismo en Bolivia, o es que los agentes no tienen temor a que la crisis financiera internacional les afecte. En parte si, el hecho que en Bolivia no se tenga un sistema financiero muy desarrollado hace que las posibilidades de contagio sean muy bajas. Pero el problema no viene por el lado financiero, viene por el lado real de la economía.
Si los otros países están devaluando sus monedas, naturalmente que nuestras exportaciones a esos países se están encareciendo lo que implica que estas disminuyan, por mas reducidas que sean desde ya y por más que al Presidente le hayan dicho que Iran y Venezuela van a comprar más de lo que exportamos a EEUU. Por otro lado las importaciones desde Brasil y Chile deberían aumentar afectando de esa a la Balanza Comercial y por ende al ingreso total de la economía.
Si el precio del dólar o el tipo de cambio no esta subiendo por ahora es por que la gente no se ha dado cuenta que es el momento para especular con el mismo o hay alguna otra fuente de ingreso de dólares que no la conocemos y que esta cubriendo el aumento de la demanda de dólares. Es difícil saber a ciencia cierta que es lo que esta pasando, talvez alguien tenga alguna idea. En todo caso las perspectivas a futuro son que el dólar suba y que las Reservas Internacionales disminuyan.
Regulación y Crisis Financieras
La razón principal para la actual crisis financiera norteamericana se debe a que las entidades financieras de este país han asumido riesgos excesivos al intentar aprovecharse de las grandes oportunidades de beneficios que ofrecía un contexto de alza excesiva de los precios inmobiliarios. A esto habrá que añadirle la complejidad de las operaciones financieras de los procesos de titularización de créditos hipotecarios, que la regulación financiera tal vez aún no está lo suficientemente desarrollada para normar (pese a los grandes esfuerzos desarrollados por el Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria en el documento conocido como Basilea II), evaluando el verdadero nivel de riesgo de crédito que asumen los compradores de este tipo de valores negociables.
Al desinflarse abruptamente la burbuja inmobiliaria, este desmesurado riesgo se ha materializado en cuantiosas pérdidas que algunos intermediarios financieros no han podido soportar. En un mundo financiero globalizado, el riesgo se ha trasladado a entidades financieras de otros países que recompraron parte de los activos de elevado riesgo. Por eso, la crisis financiera norteamericana está contagiando a otros mercados financieros de la Unión Europea, Asia y Latinoamérica.
La teoría nos dice que en una economía de mercado, agentes racionales en busca de su propio beneficio no deberían incurrir en riesgos excesivos. Muy al contrario, deberían calcular óptimamente el riesgo tolerable en función de la rentabilidad esperada de sus inversiones. Sin embargo, este principio general no aplica a los intermediarios financieros, predispuestos a incurrir en riesgos inconvenientes lo que se conoce como riesgo moral.
Por su naturaleza, la mayor parte de los recursos financieros que administran para sus inversiones financieras es de terceros: ahorristas, inversionistas y acreedores. Al invertir recursos ajenos están dispuestos a arriesgar debido a que si las cosas salen bien y ganan, ellos son los que ganan, y si pierden, entonces son los ahorradores los que pagan las consecuencias. Su actitud imprudente daña intereses de terceros, lo cual justifica una estricta regulación y supervisión de los mercados financieros.
Por consiguiente, lo que posiblemente revela la actual crisis financiera es la deficiente labor de regulación y control del sistema financiero por parte de la Reserva Federal Norteamericana. Cuando esta falla, ocurre lo que ocurre y en última instancia el Estado se ve obligado a acudir en socorro de las empresas financieras temeroso de que su quiebra produzca una restricción generalizada del crédito, una caída del ingreso familiar con una fuerte incidencia negativa en el consumo, la inversión y el crecimiento económico.
Como efecto colateral, se origina un comportamiento aún más osado de las entidades financieras, sabedoras de que papá Estado les “tenderá el salvavidas cuando se estén ahogando”.
Lamentablemente, la mala regulación y la ineludible intervención requieren enormes recursos públicos. La intervención redistribuye los costos de la quiebra de los ahorradores hacia los contribuyentes, a pesar de que la carga para la hacienda pública salva los ahorros de numerosas familias.
De ahí que el Tesoro Norteamericano y la Reserva Federal diseñaron un plan por 700.000 millones de dólares que incluye el rescate de las entidades financieras cuya quiebra está afectando los intereses de numerosos pequeños ahorradores, además incluye la adquisición de acciones de los bancos privados para fortalecer su posición patrimonial y para garantizar la nueva deuda emitida por esas instituciones. Asimismo los gobiernos de la Unión Europea también se han puesto en campaña: España avalará al sistema con 100.000 millones de euros, Gran Bretaña recapitalizará tres bancos con 47.000 millones, Francia garantizará hasta con 320.000 millones los préstamos interbancarios y Alemania aportará un fondo de 480.000 millones. En Latinoamérica el Banco Central Brasileño pondrá a disposición de los bancos 50,000 millones de dólares.
Pero pese a estos grandes esfuerzos, es casi ineludible una crisis económica. Si con las medidas puestas en práctica se logra aliviar los efectos devastadores de la crisis financiera, serán amortiguados los contragolpes sobre la economía general y la segunda fase resultará menos dramática, aunque imposible de evitar. La recesión será la realidad que se vivirá en 2009.
La crisis se seguirá desencadenando y afectará los ingresos de los asalariados, los jubilados y las clases medias, con un aumento significativo del desempleo. Caerá el consumo, se debilitará la demanda de bienes, las empresas (pequeñas, medianas y grandes) o recibirán asistencia para garantizarles abundantes créditos o habrá bancarrotas sucesivas. En términos culturales y políticos el desprestigio del neoliberalismo y el pensamiento único, tan en boga en las últimas dos décadas, ha llegado a su nivel más alto, a consecuencia probablemente de una deficiente regulación financiera.
Por Rodrigo Gutiérrez A
Al desinflarse abruptamente la burbuja inmobiliaria, este desmesurado riesgo se ha materializado en cuantiosas pérdidas que algunos intermediarios financieros no han podido soportar. En un mundo financiero globalizado, el riesgo se ha trasladado a entidades financieras de otros países que recompraron parte de los activos de elevado riesgo. Por eso, la crisis financiera norteamericana está contagiando a otros mercados financieros de la Unión Europea, Asia y Latinoamérica.
La teoría nos dice que en una economía de mercado, agentes racionales en busca de su propio beneficio no deberían incurrir en riesgos excesivos. Muy al contrario, deberían calcular óptimamente el riesgo tolerable en función de la rentabilidad esperada de sus inversiones. Sin embargo, este principio general no aplica a los intermediarios financieros, predispuestos a incurrir en riesgos inconvenientes lo que se conoce como riesgo moral.
Por su naturaleza, la mayor parte de los recursos financieros que administran para sus inversiones financieras es de terceros: ahorristas, inversionistas y acreedores. Al invertir recursos ajenos están dispuestos a arriesgar debido a que si las cosas salen bien y ganan, ellos son los que ganan, y si pierden, entonces son los ahorradores los que pagan las consecuencias. Su actitud imprudente daña intereses de terceros, lo cual justifica una estricta regulación y supervisión de los mercados financieros.
Por consiguiente, lo que posiblemente revela la actual crisis financiera es la deficiente labor de regulación y control del sistema financiero por parte de la Reserva Federal Norteamericana. Cuando esta falla, ocurre lo que ocurre y en última instancia el Estado se ve obligado a acudir en socorro de las empresas financieras temeroso de que su quiebra produzca una restricción generalizada del crédito, una caída del ingreso familiar con una fuerte incidencia negativa en el consumo, la inversión y el crecimiento económico.
Como efecto colateral, se origina un comportamiento aún más osado de las entidades financieras, sabedoras de que papá Estado les “tenderá el salvavidas cuando se estén ahogando”.
Lamentablemente, la mala regulación y la ineludible intervención requieren enormes recursos públicos. La intervención redistribuye los costos de la quiebra de los ahorradores hacia los contribuyentes, a pesar de que la carga para la hacienda pública salva los ahorros de numerosas familias.
De ahí que el Tesoro Norteamericano y la Reserva Federal diseñaron un plan por 700.000 millones de dólares que incluye el rescate de las entidades financieras cuya quiebra está afectando los intereses de numerosos pequeños ahorradores, además incluye la adquisición de acciones de los bancos privados para fortalecer su posición patrimonial y para garantizar la nueva deuda emitida por esas instituciones. Asimismo los gobiernos de la Unión Europea también se han puesto en campaña: España avalará al sistema con 100.000 millones de euros, Gran Bretaña recapitalizará tres bancos con 47.000 millones, Francia garantizará hasta con 320.000 millones los préstamos interbancarios y Alemania aportará un fondo de 480.000 millones. En Latinoamérica el Banco Central Brasileño pondrá a disposición de los bancos 50,000 millones de dólares.
Pero pese a estos grandes esfuerzos, es casi ineludible una crisis económica. Si con las medidas puestas en práctica se logra aliviar los efectos devastadores de la crisis financiera, serán amortiguados los contragolpes sobre la economía general y la segunda fase resultará menos dramática, aunque imposible de evitar. La recesión será la realidad que se vivirá en 2009.
La crisis se seguirá desencadenando y afectará los ingresos de los asalariados, los jubilados y las clases medias, con un aumento significativo del desempleo. Caerá el consumo, se debilitará la demanda de bienes, las empresas (pequeñas, medianas y grandes) o recibirán asistencia para garantizarles abundantes créditos o habrá bancarrotas sucesivas. En términos culturales y políticos el desprestigio del neoliberalismo y el pensamiento único, tan en boga en las últimas dos décadas, ha llegado a su nivel más alto, a consecuencia probablemente de una deficiente regulación financiera.
Por Rodrigo Gutiérrez A
Monday, October 06, 2008
Un Poco de Todo
Varios días sin escribir, un poco a propósito y también a falta de tiempo, me hacen pensar en varias ideas a la vez para escribir un post. Pero las voy a dejar en ideas para ver que va sucediendo en el futuro y ahí tener algo mucho más claro.
Primeramente habría que hablar del denominado “dialogo” que como ya lo dije en alguna oportunidad, solo existe dialogo entre padres e hijos, esposos, hermanos y amigos cercanos, pero entre políticos y además de visiones totalmente opuestas no. Lo que si existe es la negociación, pero también para eso tiene existir un conjunto de opciones en las que ambos salgan beneficiados y no las habían, así que la negociación quedo en nada.
Lo que si queda claro es que el referéndum “revolcatorio” tuvo un resultado positivo y negativo. Lo positivo es que se supo que el aparato de digitación del voto del gobierno funciono muy bien, sobretodo en el tema de controlar el voto en el campo. Vieja técnica utilizada por partidos tradicionales en el pasado. Lo negativo es que de tener un presidente con un poder de negociación de 54/100 paso a tener un poder de 67/100, lo que le permitió desarticular en cierto sentido a la “media luna”.
Entrando a temas económicos, nadie me quita de la cabeza que la ampliación del ATPDEA se dio porque el Congreso de EEUU tenía cosas más importantes que tratar y el caso de comercio con países andinos esto paso por el “fast-track” nomás. En todo caso con o sin ATPDEA, las perspectivas para nuestro comercio internacional en temas de manufacturas se ven en declive, pues es inminente una crisis internacional que afecte el sector real de las economías del 1er mundo, lo que hará que caiga la demanda mundial.
Si a esto se le suma la caída en la cotización de los minerales en la Bolsa de Metales de Londres, así como también del petróleo queda claro que el sector minero y de hidrocarburos se verán fuertemente afectados, a no ser que se hayan ahorrado las ganancias de los últimos años. Se lo hizo?
Ante estas circunstancias me parece lógico que el Sr. Morales este desesperado por ser reelecto el próximo año, pues como se menciona en este artículo extraído del blog de Greg Mankiw, ningún presidente, independientemente del partido al que pertenezca ha sido reelecto en una época de crisis económica. Así que difícilmente el Sr. Morales podría ser reelecto el 2010.
Esto es pensando como economista y que el gobierno tiene economistas (los tiene????), sino la única explicación por tanta desesperación es que ya el poder los tiene enviciados. Juzguen ustedes, lo que es yo me voy a comprar mis dolarcitos.
Primeramente habría que hablar del denominado “dialogo” que como ya lo dije en alguna oportunidad, solo existe dialogo entre padres e hijos, esposos, hermanos y amigos cercanos, pero entre políticos y además de visiones totalmente opuestas no. Lo que si existe es la negociación, pero también para eso tiene existir un conjunto de opciones en las que ambos salgan beneficiados y no las habían, así que la negociación quedo en nada.
Lo que si queda claro es que el referéndum “revolcatorio” tuvo un resultado positivo y negativo. Lo positivo es que se supo que el aparato de digitación del voto del gobierno funciono muy bien, sobretodo en el tema de controlar el voto en el campo. Vieja técnica utilizada por partidos tradicionales en el pasado. Lo negativo es que de tener un presidente con un poder de negociación de 54/100 paso a tener un poder de 67/100, lo que le permitió desarticular en cierto sentido a la “media luna”.
Entrando a temas económicos, nadie me quita de la cabeza que la ampliación del ATPDEA se dio porque el Congreso de EEUU tenía cosas más importantes que tratar y el caso de comercio con países andinos esto paso por el “fast-track” nomás. En todo caso con o sin ATPDEA, las perspectivas para nuestro comercio internacional en temas de manufacturas se ven en declive, pues es inminente una crisis internacional que afecte el sector real de las economías del 1er mundo, lo que hará que caiga la demanda mundial.
Si a esto se le suma la caída en la cotización de los minerales en la Bolsa de Metales de Londres, así como también del petróleo queda claro que el sector minero y de hidrocarburos se verán fuertemente afectados, a no ser que se hayan ahorrado las ganancias de los últimos años. Se lo hizo?
Ante estas circunstancias me parece lógico que el Sr. Morales este desesperado por ser reelecto el próximo año, pues como se menciona en este artículo extraído del blog de Greg Mankiw, ningún presidente, independientemente del partido al que pertenezca ha sido reelecto en una época de crisis económica. Así que difícilmente el Sr. Morales podría ser reelecto el 2010.
Esto es pensando como economista y que el gobierno tiene economistas (los tiene????), sino la única explicación por tanta desesperación es que ya el poder los tiene enviciados. Juzguen ustedes, lo que es yo me voy a comprar mis dolarcitos.
Fin de la Historia
El sueño postmoderno empezó en 1945, con Japón y Alemania lentamente afincándose con firmeza dentro del campo de naciones democráticas; el destino de sus pueblos intrínsecamente sellado por el intercambio comercial y mercados financieros. Derrotados en la década de 1980 por los muyahidines afganos y un modelo económico superior, la Unión Soviética por fin dejó ir libres - primero a Polonia y Checoslovaquia - luego a Ucrania y Uzbekistán. El fin de la Guerra Fría dio lugar al mercado energético ruso y una bolsa de valores vulnerable a crisis financieras en otros continentes. Los rusos ahora no pueden darse el lujo de desearles una bancarrota a sus antiguos enemigos. Cuando la tercer super potencia, China, abandonó el enfrentamiento ideológico para en su lugar dar la bienvenida a inversionistas de todo rincón del planeta, muchos optimistas pensaron que se escribía el último capitulo de nuestra primitiva y violenta condición humana. La sangre monetaria que circula por las venas de Wall Street hoy se origina en China.
En “Fin de la Historia” Francis Fukuyama pregona que – con el inconfundible triunfo del liberalismo y una economía globalizada - nacería una era de paz e integración mundial. Los intereses económicos compartidos, supuestamente, habrían de avanzar por doquier estructuras institucionales que consolidan reivindicaciones sociales, democráticas y derechos humanos; a la vez de brindar la estructura financiera para el desarrollo, posible únicamente mediante la inversión. En un mundo postmoderno, la hegemonía militar sería un dinosaurio de nuestro pasado tribal, una reliquia de una era remota que con cristalina eficacia los europeos habían dejado muy atrás. Ahora era cuestión de simplemente imitar la iluminada capacidad de los miembros de la UE en abandonar ancestrales rencillas para crear una sociedad libre de las peti-doctrinas que habían sumergido a la sociedad en pugnas por el poder entre hermanos y naciones por igual.
La nueva era dorada de la humanidad tendrá que esperar. Lejos de integrarse en un mundo postmoderno que desecha al basurero su pasado cavernícola, en la mente de los herederos de un “mundo de peligros” aún perdura la resaca tribal de una reivindicación etno-nacionalista. Lejos de enfocarse en el compartido reto de superar la crisis climática y energética, las naciones siguen luchando por cada espacio de poder geopolítico, ya sea en las costas venezolanas o en las montañas que separan el vecindario de Afganistán. Los chinos e indios (vecinos que tan recientemente como 1962 tuvieron su último conflicto armado), se dibujan rayas en el suelo; los chinos sacándole la lengua a la India tomados del brazo de su enemigo mortal, Paquistán; la India meneando su turbante tomada del brazo de Japón, de los chinos su rival legendario. Por su parte, Irán no ha de descansar hasta recuperar el estatus y respeto que recibió el Imperio Persa; y los europeos no se han de quedar cruzados de los brazos mientras observan como el resto del mundo apunta su artillería a su incomodo aliado al otro lado del Atlántico. Pero si queremos observar el resbalón al tribalismo con el cual nos recibe el siglo XXI, en lugar del ajedrez geopolítico, podemos observar la contienda electoral entre el representante del postmodernismo, Barak Obama, y John Mc Cain, candidato de la arcaica lucha por la hegemonía militar.
La economía del planeta acaba de esquivar un balazo que estuvo a punto de – una vez más - desangrar los mercados financieros, un rio de sangre que hubiese arrastrado con los ahorros y salud mental de cientos de millones de familias en los cinco continentes. Aun es demasiado temprano para entrever si la bala ha pasado dejando tan solo un rasguño, o si todavía hay que operar para sacar el plomazo alojado en la entrepierna. Los mercados financieros del planeta entero, en todo caso, han quedado seriamente asustados. El siguiente inquilino de la Casa Blanca deberá tomarse más en serio la regulación de la especulación financiera. A su vez, deberá redefinir la política exterior que actualmente mueve la fuerza militar más poderosa del planeta. En juego también está reestructurar la seguridad médica, seguridad social y sistema educativo para avanzar reivindicaciones sociales del pueblo norteamericano y su economía. No obstante la profunda crisis, la pugna entre la izquierda y derecha norteamericana se ve reducida – una vez más - a enlodarse mutuamente, echándose la culpa por la actual crisis utilizando agrios ataques personales.
El elemento personal contamina la agenda política de una vitriólica animadversión hacia el otro, tanto entre individuos, como entre naciones. Cuando debido a una simple antipatía personal, Barak Obama optó por Joe Biden en lugar de Hillary Clinton, su popularidad y supremacía política parecía insuperable. Si añadimos a su carisma, su oposición a una guerra tremendamente impopular y su propuesta de rectificar el daño a la economía de un régimen que ha demostrado estar en los bolsillos de las grandes corporaciones, su ascenso al poder parecía ser inevitable. Pero la sola apariencia de insensibilidad hacia el bloque electoral más grande de EE.UU. (que hace el 54% del voto) ha dejado la puerta abierta, y los Republicanos – con un golpe de astucia y una pisca de fortuna inimaginable – se han escabullido por ella para hacer esta elección una extremadamente cerrada. La astucia de los Republicanos fue elegir una mujer carismática; su golpe de suerte fue encontrar a una que reúne todas las características que la hacen la candidata conservadora perfecta.
Lo último que los Demócratas querían hacer es convertir la elección presidencial de 2008 en un referéndum cultural. En temas como la guerra y la economía los Demócratas tienen la mejor mano. No les conviene, por lo tanto, permitir que una vez más que al pueblo se le maree la perdiz con tácticas que juegan con sus fibras emocionales. La convicción y voluntad de voto de 90% del electorado es inamovible. Es el segmento de esquivos indecisos e independientes los que deben ser convencidos, porque son ellos quienes vuelcan la torta en una dirección u otra. Las encuestas demuestran que el efecto “Sarah”no es un fenómeno pasajero, y la contienda se ha vuelto muy, pero muy cerrada. Con cada ataque personal que la extrema izquierda lanza sobre la compañera de fórmula del veterano de guerra, hacen a “Sarah” víctima del chauvinismo machista. Ante los ojos del segmento que basa su decisión en una mezcla de factores en la que predomina lo emocional, defender a una mujer ultrajada es una reacción cuasi- inconsciente e impulsiva. El odio parece ser impulsivo igual. Por ende, en lugar de enfocarse en la guerra o economía, cual toro al que se le agita una pañuelo rojo en el rostro, los odiadores de la izquierda no han escatimado ningún esfuerzo en pintar a Sarah como una troglodita conservadora que cree que los dinosaurios existieron hace apenas 4,000 años. Lo que no entienden quienes la atacan personalmente es que – con sus ataques – simplemente la hacen crecer más y más en ojos de una decisiva minoría.
En las últimas tres décadas el sector de la manufactura en EE.UU. se ha visto relegado por la especulación financiera, que ha puesto a la economía mundial en manos de individuos que viven dentro una burbuja que es híbrido entre la gula de la antigua Roma, y el juego de azar en Las Vegas. Septiembre de 2008 marca el fin de la frívola exuberancia, codicia y rienda suelta en el mercado libre del riesgo irresponsable de Wall Street. El fracaso de aquellos que juegan con el dinero del pueblo será castigado; nuevas regulaciones han de obligar al sector financiero a jugar limpio. La pugna histórica, sin embargo, no es sobre estabilidad o perfeccionamiento del sistema que alimenta y brinda liquidez a la familia de naciones. La pugna, una vez más, es sobre supremacía moral y cultural. Por ende, para seguir con su estrategia de eterna confrontación, su poder cimentado en odios y rencillas tribales, a los fundamentalistas etno-nacionalistas del mundo entero les conviene que gane John Mc Cain.
La actual coyuntura histórica favorece a Obama. Pero una crisis mayor puede voltear la casa de cartas a favor de Mc Cain, al igual que un ataque terrorista, o un ataque de Israel a los reactores nucleares de Iran. A su vez, Obama no es un profeta iluminado que ha de salvar la humanidad. El mundo postmoderno no ha de mágicamente surgir por voluntad política o divina, y nuestros hijos tendrán que esperar un poco más. Pero si una llamada “sorpresa de octubre”, junto al odio hacia la mujer que acompaña al guerrero, logra que Obama pierda estas elecciones, la vitriólica animadversión entre hermanos y naciones seguirá gobernando nuestro planeta, por lo menos hasta la siguiente década. Al no elegir a Hillary, Obama ha dejado abierta la puerta a la continuidad de una geopolítica tribal y odio etno-nacionalista, entre hermanos y naciones por igual. Fin de la historia.
Flavio Machicado Teran
En “Fin de la Historia” Francis Fukuyama pregona que – con el inconfundible triunfo del liberalismo y una economía globalizada - nacería una era de paz e integración mundial. Los intereses económicos compartidos, supuestamente, habrían de avanzar por doquier estructuras institucionales que consolidan reivindicaciones sociales, democráticas y derechos humanos; a la vez de brindar la estructura financiera para el desarrollo, posible únicamente mediante la inversión. En un mundo postmoderno, la hegemonía militar sería un dinosaurio de nuestro pasado tribal, una reliquia de una era remota que con cristalina eficacia los europeos habían dejado muy atrás. Ahora era cuestión de simplemente imitar la iluminada capacidad de los miembros de la UE en abandonar ancestrales rencillas para crear una sociedad libre de las peti-doctrinas que habían sumergido a la sociedad en pugnas por el poder entre hermanos y naciones por igual.
La nueva era dorada de la humanidad tendrá que esperar. Lejos de integrarse en un mundo postmoderno que desecha al basurero su pasado cavernícola, en la mente de los herederos de un “mundo de peligros” aún perdura la resaca tribal de una reivindicación etno-nacionalista. Lejos de enfocarse en el compartido reto de superar la crisis climática y energética, las naciones siguen luchando por cada espacio de poder geopolítico, ya sea en las costas venezolanas o en las montañas que separan el vecindario de Afganistán. Los chinos e indios (vecinos que tan recientemente como 1962 tuvieron su último conflicto armado), se dibujan rayas en el suelo; los chinos sacándole la lengua a la India tomados del brazo de su enemigo mortal, Paquistán; la India meneando su turbante tomada del brazo de Japón, de los chinos su rival legendario. Por su parte, Irán no ha de descansar hasta recuperar el estatus y respeto que recibió el Imperio Persa; y los europeos no se han de quedar cruzados de los brazos mientras observan como el resto del mundo apunta su artillería a su incomodo aliado al otro lado del Atlántico. Pero si queremos observar el resbalón al tribalismo con el cual nos recibe el siglo XXI, en lugar del ajedrez geopolítico, podemos observar la contienda electoral entre el representante del postmodernismo, Barak Obama, y John Mc Cain, candidato de la arcaica lucha por la hegemonía militar.
La economía del planeta acaba de esquivar un balazo que estuvo a punto de – una vez más - desangrar los mercados financieros, un rio de sangre que hubiese arrastrado con los ahorros y salud mental de cientos de millones de familias en los cinco continentes. Aun es demasiado temprano para entrever si la bala ha pasado dejando tan solo un rasguño, o si todavía hay que operar para sacar el plomazo alojado en la entrepierna. Los mercados financieros del planeta entero, en todo caso, han quedado seriamente asustados. El siguiente inquilino de la Casa Blanca deberá tomarse más en serio la regulación de la especulación financiera. A su vez, deberá redefinir la política exterior que actualmente mueve la fuerza militar más poderosa del planeta. En juego también está reestructurar la seguridad médica, seguridad social y sistema educativo para avanzar reivindicaciones sociales del pueblo norteamericano y su economía. No obstante la profunda crisis, la pugna entre la izquierda y derecha norteamericana se ve reducida – una vez más - a enlodarse mutuamente, echándose la culpa por la actual crisis utilizando agrios ataques personales.
El elemento personal contamina la agenda política de una vitriólica animadversión hacia el otro, tanto entre individuos, como entre naciones. Cuando debido a una simple antipatía personal, Barak Obama optó por Joe Biden en lugar de Hillary Clinton, su popularidad y supremacía política parecía insuperable. Si añadimos a su carisma, su oposición a una guerra tremendamente impopular y su propuesta de rectificar el daño a la economía de un régimen que ha demostrado estar en los bolsillos de las grandes corporaciones, su ascenso al poder parecía ser inevitable. Pero la sola apariencia de insensibilidad hacia el bloque electoral más grande de EE.UU. (que hace el 54% del voto) ha dejado la puerta abierta, y los Republicanos – con un golpe de astucia y una pisca de fortuna inimaginable – se han escabullido por ella para hacer esta elección una extremadamente cerrada. La astucia de los Republicanos fue elegir una mujer carismática; su golpe de suerte fue encontrar a una que reúne todas las características que la hacen la candidata conservadora perfecta.
Lo último que los Demócratas querían hacer es convertir la elección presidencial de 2008 en un referéndum cultural. En temas como la guerra y la economía los Demócratas tienen la mejor mano. No les conviene, por lo tanto, permitir que una vez más que al pueblo se le maree la perdiz con tácticas que juegan con sus fibras emocionales. La convicción y voluntad de voto de 90% del electorado es inamovible. Es el segmento de esquivos indecisos e independientes los que deben ser convencidos, porque son ellos quienes vuelcan la torta en una dirección u otra. Las encuestas demuestran que el efecto “Sarah”no es un fenómeno pasajero, y la contienda se ha vuelto muy, pero muy cerrada. Con cada ataque personal que la extrema izquierda lanza sobre la compañera de fórmula del veterano de guerra, hacen a “Sarah” víctima del chauvinismo machista. Ante los ojos del segmento que basa su decisión en una mezcla de factores en la que predomina lo emocional, defender a una mujer ultrajada es una reacción cuasi- inconsciente e impulsiva. El odio parece ser impulsivo igual. Por ende, en lugar de enfocarse en la guerra o economía, cual toro al que se le agita una pañuelo rojo en el rostro, los odiadores de la izquierda no han escatimado ningún esfuerzo en pintar a Sarah como una troglodita conservadora que cree que los dinosaurios existieron hace apenas 4,000 años. Lo que no entienden quienes la atacan personalmente es que – con sus ataques – simplemente la hacen crecer más y más en ojos de una decisiva minoría.
En las últimas tres décadas el sector de la manufactura en EE.UU. se ha visto relegado por la especulación financiera, que ha puesto a la economía mundial en manos de individuos que viven dentro una burbuja que es híbrido entre la gula de la antigua Roma, y el juego de azar en Las Vegas. Septiembre de 2008 marca el fin de la frívola exuberancia, codicia y rienda suelta en el mercado libre del riesgo irresponsable de Wall Street. El fracaso de aquellos que juegan con el dinero del pueblo será castigado; nuevas regulaciones han de obligar al sector financiero a jugar limpio. La pugna histórica, sin embargo, no es sobre estabilidad o perfeccionamiento del sistema que alimenta y brinda liquidez a la familia de naciones. La pugna, una vez más, es sobre supremacía moral y cultural. Por ende, para seguir con su estrategia de eterna confrontación, su poder cimentado en odios y rencillas tribales, a los fundamentalistas etno-nacionalistas del mundo entero les conviene que gane John Mc Cain.
La actual coyuntura histórica favorece a Obama. Pero una crisis mayor puede voltear la casa de cartas a favor de Mc Cain, al igual que un ataque terrorista, o un ataque de Israel a los reactores nucleares de Iran. A su vez, Obama no es un profeta iluminado que ha de salvar la humanidad. El mundo postmoderno no ha de mágicamente surgir por voluntad política o divina, y nuestros hijos tendrán que esperar un poco más. Pero si una llamada “sorpresa de octubre”, junto al odio hacia la mujer que acompaña al guerrero, logra que Obama pierda estas elecciones, la vitriólica animadversión entre hermanos y naciones seguirá gobernando nuestro planeta, por lo menos hasta la siguiente década. Al no elegir a Hillary, Obama ha dejado abierta la puerta a la continuidad de una geopolítica tribal y odio etno-nacionalista, entre hermanos y naciones por igual. Fin de la historia.
Flavio Machicado Teran
Monday, September 22, 2008
Reivindicación X Decreto
Tarde o temprano los bandos entran en contacto, como si estuviesen destinados a resolver una disputa. A las disputas he de añadir una más: aquella entre pragmáticos de lo que “puede ser” y románticos de lo que “debería”. Tener un concepto de lo que “debería” es vital. En un mundo ideal, por ejemplo, los diversos bandos se complementan, en lugar de pretender eliminarse entre sí. La actual pugna – quiero creer - es entre distintas maneras de lograr un mismo objetivo. Por el bien de la nación, espero no ser inocente al asumir que compartimos un mismo ideal. Existe la posibilidad que la pugna se reduce a la redistribución de recursos que ya existen, y que no les interesa a las partes consensuar cómo continuar su creación. Pero si efectivamente compartimos objetivos, dicho consenso de ninguna manera implica que debamos coincidir en cómo, por ejemplo, mejor erradicar el racismo y descentralizar el aparato del Estado.
Los contrastes ideológicos son necesarios, debido a que es imposible llevar a cabo el ejercicio dialéctico que permite integrar aparentes contradicciones en una síntesis momentánea (con la cual se abren pequeñas brechas en el camino) si las posiciones son monolíticas, o producto de un estéril dogmatismo. Existe una diferencia, sin embargo, entre posturas radicales y asumir - sin fundamentalismos -una posición. Pero asumir una postura es necesario, un cotidiano homenaje a quienes ofrecieron su vida por un ideal de cómo deberíamos convivir los bolivianos.
No confiero a los pragmáticos dones especiales para resolver problemas, pero me defino como uno de ellos. La política, después de todo, es el “arte de lo posible”. Reconozco la contribución de mis hermanos utópicos, porque de no ser por su noble espíritu avanzaríamos hacia objetivos compartidos sin la iluminación que confiere soñar con utopías. Dejaré que sean los utópicos los que defiendan su postura. Yo me limitaré a hablar por los míos, aquellos que opinamos que las condiciones se crean desde abajo mediante la vibrante energía de la sociedad, y no se imponen desde arriba por la fuerza circunstancial del poder político.
Profundas transformaciones son necesarias. La premisa anterior no le confiere a los que se apropiaron del eslogan poderes mágicos o infalibilidad. La actual propuesta de CPE está lejos de ser consensuada, porque nunca fue realmente deliberada. Lo que demagógicamente se pretende es alimentar esperanzas simplemente decretando reivindicaciones etno-comunitarias, a la vez de asfixiar la capacidad de la sociedad de crear empleos, avanzar justicia y fomentar inversión. Es cierto que – con la excepción de Canadá y Noruega - todos los grandes productores de hidrocarburos tienen gobiernos centralistas y autocráticos. ¿Quiere decir que Bolivia debe arrodillarse ante el Estado, apostando su futuro a una fuente de energía que – tarde o temprano – ha de ser reemplazada por nuevas tecnologías?
La coyuntura actual ofrece grandes oportunidades de crear una Bolivia más justa, productiva y equitativa. Se ha destapado la corrupción partidista y arrogancia de una incompetente clase gobernante, que jamás expresó su convicción de acabar con el racismo, o descentralizar el poder del Estado, hasta que le resultó políticamente conveniente. Ahora existen mínimos consensos. Tarde o temprano los radicales tendrán que aceptar que lo posible es mejor opción que destruir la nación en nombre de ilusorias reivindicaciones de papel que, a este paso, perdurarán únicamente en su imaginación.
Flavio Machicado Teran
Los contrastes ideológicos son necesarios, debido a que es imposible llevar a cabo el ejercicio dialéctico que permite integrar aparentes contradicciones en una síntesis momentánea (con la cual se abren pequeñas brechas en el camino) si las posiciones son monolíticas, o producto de un estéril dogmatismo. Existe una diferencia, sin embargo, entre posturas radicales y asumir - sin fundamentalismos -una posición. Pero asumir una postura es necesario, un cotidiano homenaje a quienes ofrecieron su vida por un ideal de cómo deberíamos convivir los bolivianos.
No confiero a los pragmáticos dones especiales para resolver problemas, pero me defino como uno de ellos. La política, después de todo, es el “arte de lo posible”. Reconozco la contribución de mis hermanos utópicos, porque de no ser por su noble espíritu avanzaríamos hacia objetivos compartidos sin la iluminación que confiere soñar con utopías. Dejaré que sean los utópicos los que defiendan su postura. Yo me limitaré a hablar por los míos, aquellos que opinamos que las condiciones se crean desde abajo mediante la vibrante energía de la sociedad, y no se imponen desde arriba por la fuerza circunstancial del poder político.
Profundas transformaciones son necesarias. La premisa anterior no le confiere a los que se apropiaron del eslogan poderes mágicos o infalibilidad. La actual propuesta de CPE está lejos de ser consensuada, porque nunca fue realmente deliberada. Lo que demagógicamente se pretende es alimentar esperanzas simplemente decretando reivindicaciones etno-comunitarias, a la vez de asfixiar la capacidad de la sociedad de crear empleos, avanzar justicia y fomentar inversión. Es cierto que – con la excepción de Canadá y Noruega - todos los grandes productores de hidrocarburos tienen gobiernos centralistas y autocráticos. ¿Quiere decir que Bolivia debe arrodillarse ante el Estado, apostando su futuro a una fuente de energía que – tarde o temprano – ha de ser reemplazada por nuevas tecnologías?
La coyuntura actual ofrece grandes oportunidades de crear una Bolivia más justa, productiva y equitativa. Se ha destapado la corrupción partidista y arrogancia de una incompetente clase gobernante, que jamás expresó su convicción de acabar con el racismo, o descentralizar el poder del Estado, hasta que le resultó políticamente conveniente. Ahora existen mínimos consensos. Tarde o temprano los radicales tendrán que aceptar que lo posible es mejor opción que destruir la nación en nombre de ilusorias reivindicaciones de papel que, a este paso, perdurarán únicamente en su imaginación.
Flavio Machicado Teran
Sunday, September 14, 2008
Canguros en El Alto
En los últimos días han salido una serie de solicitadas en la prensa mostrando que el ex embajador de EEUU en Bolivia estuviera relacionado con los hechos acaecidos la semana pasada. Incluso se difundió un spot televisivo bastante largo, mostrando una serie de eventos que muestran que existió una correlación entre lo que paso y lo que hizo el ex embajador.
Un resumen de la solicitada que se publica en alminuto.com (aquí) en un sentido económico nos muestra que evidentemente existe un R2 (r cuadrado) mayor a 0.9 entre lo que paso en Bolivia y las acciones del ex embajador, lo que significa una alta correlación. Pero un momento, quien ha dicho que correlación implica causalidad. Es más en economía se debe tener mucho cuidado en interpretar las correlaciones, pues de ninguna manera significan causalidad.
Hay varios ejemplos que muestran distintos tipos de correlaciones, por ejemplo podría encontrarse talvez una correlación alta entre la tasa de desempleo en El Alto y la tasa de nacimiento de canguros en Australia. Esto de ninguna manera significa que el desempleo en El Alto aumente o disminuya porque hay más o menos canguros en Australia. Pues bien me parece que hay que tener el mismo cuidado con las noticias que se difunden.
A estas alturas ya es imposible pedirle responsabilidad al Gobierno, pero por lo menos a los medios de comunicación y sobretodo opinologos que en estas situaciones se reproducen como conejos, lo mínimo que se les puede pedir es responsabilidad al dar las noticias y vertir comentarios.
En fin, lo único que espero es que se llegue a algún acuerdo que evite más muertes y que permita que nos podamos abrazar entre kollas, cambas y chapacos, así como en la foto.
Sin Gracia
El ex-presidente Sánchez de Losada empezó su mandato utilizando su rodillo parlamentario para ejecutar vendettas personales. Nadie protestó, porque a nadie afectaba su abuso del poder. Luego, enfurecidos vecinos arrebataron las armas de soldados que circulaban en las afueras de Cota Cota, quemando su camión militar. Una vez más nadie protestó, porque todos estábamos aterrorizados. La arrogancia de Goni fue exacerbando al pueblo, un derrotero que fue alimentando la violencia. Como último recurso, el presidente constitucional utilizó las Fuerzas Armadas para detener un “golpe cívico- sindical”.
En lugar de un “monopolio” de la violencia, ahora tenemos varias sucursales, en un mercado libre de caos y terrorismo patrocinado por cívicos y Estado por igual. La sociedad civil – sin excepción - ha conferido legitimidad a la estrategia de enfrentamiento y violencia hacia el orden impuesto. Cuando el MAS era protagonista de dicha violencia, la estrategia era legítima. Ahora acusa a las masas de pretender asestar un golpe “cívico- prefectural”. La arrogancia del actual Gobierno es idéntica a la que ejerció Goni; la estrategia de los cívicos es idéntica a la que utilizó la que entonces era oposición. La diferencia es que las Fuerzas Armadas han sido acusadas de complicidad en un supuesto genocidio, reducida su misión a la ambigua orden de utilizar sus armas con templanza.
Después de octubre negro nadie se molestó en discutir las competencias de las FF.AA. El debate político se redujo a revanchismo político y demagogia, creando mayor ambigüedad en el deber de nuestro Ejército de proteger nuestro orden constitucional. Un vacío normativo es peligroso, porque ata las manos o permite cometer actos detestables. Tal fue el caso con la tortura durante el Gobierno de Bush. Irónicamente, su posible sucesor, John Mc Cain, fue torturado en Hanoi. El candidato a la presidencia norteamericana ahora reconoce que, al legitimar la tortura, su nación fue arrastrada a idéntica falta de decencia básica que su adversario.
La semana pasada el debate electoral en EE.UU. fue sobre lápiz labial en un cerdo. Una vez el polvo electoral se asiente, sus líderes definirán leyes y competencias que han de regir la conducta institucional, incluyendo la ilegalidad de la tortura. En contraste, aquí nadie se atreve siquiera opinar sobre las competencias de nuestra última línea de protección institucional: las FF.AA. En lugar de lineamientos que normen el ejercicio de su deber, la demagogia populista ha creado antecedentes que obligan a nuestros soldados observar una huelga de brazos caídos, sin entender exactamente cuál es su sagrada misión. La nueva orden de disparar a matar carece de un marco normativo que defina cómo o cuando utilizar fuerza mortal.
Bajo la carpa del permanente circo se pretende imponer “transformaciones profundas” en autocracia; a la vez de crear mercados expulsando; a la vez de dialogar provocando; a la vez de confundir el deber de los únicos capaces de protegernos del caos. La demagogia e infantil voluntarismo han alcanzado nuevos niveles de bufonería; los vacios políticos, constitucionales e institucionales han dejado al pueblo sin un orden legal. Utilizar el juguete del Estado para jugar a reivindicaciones por decreto despertó mucha esperanza y causó mucha gracia, especialmente en el extranjero. Pero el precio de seguir payaseando se ha vuelto demasiado alto; insistir en resolver la crisis pintándose la cara de rojo, amarillo y verde un patriotismo sin gracia y lleno de dolor.
Flavio Machicado Teran
En lugar de un “monopolio” de la violencia, ahora tenemos varias sucursales, en un mercado libre de caos y terrorismo patrocinado por cívicos y Estado por igual. La sociedad civil – sin excepción - ha conferido legitimidad a la estrategia de enfrentamiento y violencia hacia el orden impuesto. Cuando el MAS era protagonista de dicha violencia, la estrategia era legítima. Ahora acusa a las masas de pretender asestar un golpe “cívico- prefectural”. La arrogancia del actual Gobierno es idéntica a la que ejerció Goni; la estrategia de los cívicos es idéntica a la que utilizó la que entonces era oposición. La diferencia es que las Fuerzas Armadas han sido acusadas de complicidad en un supuesto genocidio, reducida su misión a la ambigua orden de utilizar sus armas con templanza.
Después de octubre negro nadie se molestó en discutir las competencias de las FF.AA. El debate político se redujo a revanchismo político y demagogia, creando mayor ambigüedad en el deber de nuestro Ejército de proteger nuestro orden constitucional. Un vacío normativo es peligroso, porque ata las manos o permite cometer actos detestables. Tal fue el caso con la tortura durante el Gobierno de Bush. Irónicamente, su posible sucesor, John Mc Cain, fue torturado en Hanoi. El candidato a la presidencia norteamericana ahora reconoce que, al legitimar la tortura, su nación fue arrastrada a idéntica falta de decencia básica que su adversario.
La semana pasada el debate electoral en EE.UU. fue sobre lápiz labial en un cerdo. Una vez el polvo electoral se asiente, sus líderes definirán leyes y competencias que han de regir la conducta institucional, incluyendo la ilegalidad de la tortura. En contraste, aquí nadie se atreve siquiera opinar sobre las competencias de nuestra última línea de protección institucional: las FF.AA. En lugar de lineamientos que normen el ejercicio de su deber, la demagogia populista ha creado antecedentes que obligan a nuestros soldados observar una huelga de brazos caídos, sin entender exactamente cuál es su sagrada misión. La nueva orden de disparar a matar carece de un marco normativo que defina cómo o cuando utilizar fuerza mortal.
Bajo la carpa del permanente circo se pretende imponer “transformaciones profundas” en autocracia; a la vez de crear mercados expulsando; a la vez de dialogar provocando; a la vez de confundir el deber de los únicos capaces de protegernos del caos. La demagogia e infantil voluntarismo han alcanzado nuevos niveles de bufonería; los vacios políticos, constitucionales e institucionales han dejado al pueblo sin un orden legal. Utilizar el juguete del Estado para jugar a reivindicaciones por decreto despertó mucha esperanza y causó mucha gracia, especialmente en el extranjero. Pero el precio de seguir payaseando se ha vuelto demasiado alto; insistir en resolver la crisis pintándose la cara de rojo, amarillo y verde un patriotismo sin gracia y lleno de dolor.
Flavio Machicado Teran
Países Bajos
“Es más fácil crear un imperio que sostenerlo” decía Li Si al Primer Emperador de China para alentarlo. Para no preocuparlo, nunca le dijo que abandonarlo es igualmente complicado. Complicado fue para Bélgica cuando en 1960 decidió abandonar el Congo, una catastrófica transición que dividió al país, costándoles la vida a cien mil personas. Los Países Bajos, una potencia mundial durante La Edad de Oro Holandesa, tuvieron también que abandonar sus colonias en las Indias Orientales Neerlandesas. Aún “símbolo de la gloria comercial y marítima de Holanda” según Tony Judt, las islas se convirtieron en zona de conflicto el 17 de noviembre de 1945, cuando Sukarno informó al ejército holandés de 140,000 efectivos que Indonesia era por fin tierra soberana. Ahora le corresponde al siglo XXI anunciar a Rusia y EE.UU. que sus hegemonías han sido drásticamente transformadas. Intimidadas por el nuevo orden mundial, ambas naciones dan sus últimas pataleadas de ahogado.
¿Puede la familia de naciones impávidamente observar el ejercicio de violencia justificada por argumentos geopolíticos? ¡Ya no! El planeta ha sido transformado por la nueva tecnología, nuestros sentidos expandidos geométricamente gracias a la magia del ciber espacio. A su vez, también existe un lugar en la comunidad de naciones - y posibilidad de redención - para los que otrora fueron imperios. Ya no es suficiente condición, sin embargo, únicamente liberar súbditos. Quienes pretendan redimirse de su opresor pasado deberán también contribuir a liberar al ser humano, cualquiera fuesen sus cadenas.
Noruega, Dinamarca y los que fueron Países Bajos correctamente manifiestan su indignación ante un pasado europeo racista y colonial. Entienden la opresión, porque durante siglos ellos fueron el escenario de conflictos por diferencias étnicas y religiosas. Los holandeses enfrentaron su crisis gradualmente desarrollando un sistema político que luego fue codificado – entre otros - por Arend Lijphart. El sistema fue bautizado “consocionalismo”, una forma de gobierno diseñado para garantizar la participación de minorías y compartir el poder en sociedades pluralistas profundamente fragmentadas en grupos heterogéneos, para así permitir gobernabilidad democrática y cohesión social.
Los europeos del norte llegaron a Bolivia ansiosos de redimirse de su oscuro pasado colonialista, convencidos que ayudarnos trascender nuestras limitaciones cumpliría con tan noble objetivo. Sus ONGs deben estar llenas de profesionales en ramas sociales y culturalistas, con limitada comprensión de cómo sus naciones asignan eficientemente recursos. Sería necio de nuestra parte, por ende, suponerlos capaces de hacer a un lado el dolor que les provoca sus mecanizadas sociedades para compartir con nosotros su sabiduría económica, un aspecto de la convivencia social que debe ser en sus ONGs especialidad de una minoría.
No obstante esa limitación, creo que todo nórdico es capaz de anticipar las nefastas consecuencias de la imposición de una fuerza política - por muy “mayoritaria” - sobre los demás. Por experiencia propia, entienden perfectamente los peligros de la tiranía de la mayoría. Pero los que vienen a Bolivia parecen ser aquellos más desafectados por la modernidad, muy distraídos en la búsqueda de consuelo existencial codificando nuestras costumbres y tradiciones. Alegremente financiaron el cambio. Ahora, en lugar de realmente contribuir a que los bolivianos trasciendan sus bajos instintos, súbitamente se transforman en impávidos observadores de nuestro derrotero al abismo. Pareciera que abandonaron las Indias Orientales, solo para encontrar aquí sus conejillos de india. Su silencio es cómplice de la polarización política que “indirectamente” contribuyeron a crear, un golpe bajo moral e intelectual.
Flavio Machicado Teran
¿Puede la familia de naciones impávidamente observar el ejercicio de violencia justificada por argumentos geopolíticos? ¡Ya no! El planeta ha sido transformado por la nueva tecnología, nuestros sentidos expandidos geométricamente gracias a la magia del ciber espacio. A su vez, también existe un lugar en la comunidad de naciones - y posibilidad de redención - para los que otrora fueron imperios. Ya no es suficiente condición, sin embargo, únicamente liberar súbditos. Quienes pretendan redimirse de su opresor pasado deberán también contribuir a liberar al ser humano, cualquiera fuesen sus cadenas.
Noruega, Dinamarca y los que fueron Países Bajos correctamente manifiestan su indignación ante un pasado europeo racista y colonial. Entienden la opresión, porque durante siglos ellos fueron el escenario de conflictos por diferencias étnicas y religiosas. Los holandeses enfrentaron su crisis gradualmente desarrollando un sistema político que luego fue codificado – entre otros - por Arend Lijphart. El sistema fue bautizado “consocionalismo”, una forma de gobierno diseñado para garantizar la participación de minorías y compartir el poder en sociedades pluralistas profundamente fragmentadas en grupos heterogéneos, para así permitir gobernabilidad democrática y cohesión social.
Los europeos del norte llegaron a Bolivia ansiosos de redimirse de su oscuro pasado colonialista, convencidos que ayudarnos trascender nuestras limitaciones cumpliría con tan noble objetivo. Sus ONGs deben estar llenas de profesionales en ramas sociales y culturalistas, con limitada comprensión de cómo sus naciones asignan eficientemente recursos. Sería necio de nuestra parte, por ende, suponerlos capaces de hacer a un lado el dolor que les provoca sus mecanizadas sociedades para compartir con nosotros su sabiduría económica, un aspecto de la convivencia social que debe ser en sus ONGs especialidad de una minoría.
No obstante esa limitación, creo que todo nórdico es capaz de anticipar las nefastas consecuencias de la imposición de una fuerza política - por muy “mayoritaria” - sobre los demás. Por experiencia propia, entienden perfectamente los peligros de la tiranía de la mayoría. Pero los que vienen a Bolivia parecen ser aquellos más desafectados por la modernidad, muy distraídos en la búsqueda de consuelo existencial codificando nuestras costumbres y tradiciones. Alegremente financiaron el cambio. Ahora, en lugar de realmente contribuir a que los bolivianos trasciendan sus bajos instintos, súbitamente se transforman en impávidos observadores de nuestro derrotero al abismo. Pareciera que abandonaron las Indias Orientales, solo para encontrar aquí sus conejillos de india. Su silencio es cómplice de la polarización política que “indirectamente” contribuyeron a crear, un golpe bajo moral e intelectual.
Flavio Machicado Teran
Tuesday, September 09, 2008
El Estado Imposible
La famosa tesis del Estado Imposible en Bolivia, para lo cual busque alguna referencia, pero no la encontré, parece verse plasmada en los hechos ocurridos hoy en Santa Cruz. Muchos se deben preguntar y sobretodo en el extranjero ¿cómo es que un presidente que tiene el 67% de aprobación (verificado mediante una votación ni siquiera una encuesta) no puede ejercer la presidencia en más de la mitad de un país? Y la respuesta es muy sencilla, hay un presidente con gran aprobación, pero no existe un Estado que lo sustente.
Cuando me refiero a Estado, me refiero al conjunto de instituciones que le permitan al Presidente primero y sobretodo poner orden en el país. Y cuando me refiero a instituciones, no me refiero a Policía, Ejercito, Juzgados, etc., esas serían organizaciones. Con instituciones me refiero a reglas de juego: Leyes explicitas, normas sociales, reglas de comportamiento, respeto, etc.
# Cuando se validan los bloqueos aduciendo que son por la lucha del pueblo, cualquier bloqueo es valido.
# Cuando se viola la constitución y luego se pide a los abogados que interpreten las leyes a beneficio de unos, cualquier violación de la constitución es valida.
# Cuando se obliga a los funcionarios públicos a asistir a eventos proselitistas y se les descuenta el salario para apoyar una causa “x”, cualquier causa “y” para movilizar gente es valida y se puede obligar a quien sea a que la apoye.
# Cuando a un conjunto de discapacitados se los puede tener un mes y mas durmiendo a la intemperie, porque se debería tener sensibilidad con gente que no es discapacitada.
Y así podríamos seguir dando ejemplos y concluir en algo que ya es evidente…en Bolivia el Estado no existe, lo liquidaron y lo liquidaron no los de ahora, sino todos los que jamás entendieron lo que es Bolivia y tampoco entenderán porque siempre estuvieron con la mente en ideologías importadas desde afuera.
Ojala se pare la violencia en Santa Cruz, como paceño y boliviano que soy me da mucha pena que se repitan los hechos de violencia que se vivieron en La Paz, en El Alto, en Cochabamba, en Chuquisaca, en Huanuni, etc. Y peor aún no exista humildad en nuestros gobernantes, como para darse cuenta que este no es el camino que hará de Bolivia una patria grande, unida y para todos.
Cuando me refiero a Estado, me refiero al conjunto de instituciones que le permitan al Presidente primero y sobretodo poner orden en el país. Y cuando me refiero a instituciones, no me refiero a Policía, Ejercito, Juzgados, etc., esas serían organizaciones. Con instituciones me refiero a reglas de juego: Leyes explicitas, normas sociales, reglas de comportamiento, respeto, etc.
# Cuando se validan los bloqueos aduciendo que son por la lucha del pueblo, cualquier bloqueo es valido.
# Cuando se viola la constitución y luego se pide a los abogados que interpreten las leyes a beneficio de unos, cualquier violación de la constitución es valida.
# Cuando se obliga a los funcionarios públicos a asistir a eventos proselitistas y se les descuenta el salario para apoyar una causa “x”, cualquier causa “y” para movilizar gente es valida y se puede obligar a quien sea a que la apoye.
# Cuando a un conjunto de discapacitados se los puede tener un mes y mas durmiendo a la intemperie, porque se debería tener sensibilidad con gente que no es discapacitada.
Y así podríamos seguir dando ejemplos y concluir en algo que ya es evidente…en Bolivia el Estado no existe, lo liquidaron y lo liquidaron no los de ahora, sino todos los que jamás entendieron lo que es Bolivia y tampoco entenderán porque siempre estuvieron con la mente en ideologías importadas desde afuera.
Ojala se pare la violencia en Santa Cruz, como paceño y boliviano que soy me da mucha pena que se repitan los hechos de violencia que se vivieron en La Paz, en El Alto, en Cochabamba, en Chuquisaca, en Huanuni, etc. Y peor aún no exista humildad en nuestros gobernantes, como para darse cuenta que este no es el camino que hará de Bolivia una patria grande, unida y para todos.
Ablando al Otro
El espíritu humano iba a trascender de forma masiva en el siglo XXI. Lejos de habernos iluminado, somos un caldo de emociones negativas. La tecnología transformó el entorno material, perfeccionando la posibilidad de comunicarnos. El uno al otro como nunca antes ahora estamos conectados; ya nadie se queda sin la herramienta con la que puede hablar. Pero en lugar de dialogar, buscamos ablandar la resistencia del otro, obligándolo a aceptar que su “entendimiento” del bien vivir es incorrecto.
Dar la otra mejilla no quiere decir aceptar humillaciones, sino escuchar y entender al otro en sus propios términos. ¿Cuánto mejorarían nuestras relaciones si nos detuviésemos un segundo a ponernos en el lugar de los demás? Lejos de habernos liberado de nuestro egoísmo, somos un enjambre de inseguridades que se aferra al poder y control sobre nuestros más íntimos amores. La democracia transformó el entorno humano, confiriendo al pueblo libertad de expresión. Pero un grupo del otro sigue desconectado, cada bando en una jaula de narcisos que pretenden que sean los demás los que escuchen y se pongan en su lugar. Por ende, en lugar de coincidencias políticas o ideológicas, el proyecto de las tribus es ablandar la posición del otro, para imponer su control sobre el destino de una nación – o fracción - insufriblemente dividida.
Me pregunto si algún camba se pregunta cómo debe sentirse un kolla que considera que el sistema racista lo ha humillado y relegado a condición de ciudadano de segunda clase. Me pregunto si algún kolla se pregunta cómo debe sentirse un camba que considera que su fuente de empleo y bienestar de su familia corre peligro debido a políticas que espantan la inversión y desincentivan las exportaciones. Nadie escucha al otro, ni lo ve. Cada quien se enfoca en su propio dolor o angustia. Por lo menos nuestros líderes, sin embargo, deberían obligarse a meditar sobre lo que sienten los otros, aunque sea tan solo con la intención académica de realizar el ancestral ejercicio budista de observar la otredad.
Aunque tan solo con el objetivo político de avanzar su propio argumento, ¿no podría la media luna lanzar una rama de olivo comprometiéndose a ayudar remediar la lacra histórica del racismo? A su vez, ¿no podría el gobierno lanzar una rama de olivo exponiendo su voluntad de contribuir a la estrategia de expandir el mercado internacional para productos bolivianos? Tal vez para ambas partes realizar el argumento sea difícil, porque espetar “indio” parece ser aceptable sustituto de un argumento racional, a la vez que el dogma neo-nacionalista parece favorecer la geopolítica por encima de crear empleos.
Es predicar al viento sugerir mínimos puntos de coincidencia. No existe voluntad de aceptar dos principios irrefutables: debemos subsanar el racismo y subsanar el mercado. La descentralización ha de crear desarrollo, el desarrollo empleos, y ello permitirá eliminar la peor consecuencia del racismo: la pobreza. Pero la posibilidad de esa lógica se ha perdido, lo mismo que el espíritu de hablar. En el siglo XXI, lejos de la voluntad de diálogo o compromiso, lo que en Bolivia se impone son las ganas de ablandar.
Flavio Machicado Teran
Dar la otra mejilla no quiere decir aceptar humillaciones, sino escuchar y entender al otro en sus propios términos. ¿Cuánto mejorarían nuestras relaciones si nos detuviésemos un segundo a ponernos en el lugar de los demás? Lejos de habernos liberado de nuestro egoísmo, somos un enjambre de inseguridades que se aferra al poder y control sobre nuestros más íntimos amores. La democracia transformó el entorno humano, confiriendo al pueblo libertad de expresión. Pero un grupo del otro sigue desconectado, cada bando en una jaula de narcisos que pretenden que sean los demás los que escuchen y se pongan en su lugar. Por ende, en lugar de coincidencias políticas o ideológicas, el proyecto de las tribus es ablandar la posición del otro, para imponer su control sobre el destino de una nación – o fracción - insufriblemente dividida.
Me pregunto si algún camba se pregunta cómo debe sentirse un kolla que considera que el sistema racista lo ha humillado y relegado a condición de ciudadano de segunda clase. Me pregunto si algún kolla se pregunta cómo debe sentirse un camba que considera que su fuente de empleo y bienestar de su familia corre peligro debido a políticas que espantan la inversión y desincentivan las exportaciones. Nadie escucha al otro, ni lo ve. Cada quien se enfoca en su propio dolor o angustia. Por lo menos nuestros líderes, sin embargo, deberían obligarse a meditar sobre lo que sienten los otros, aunque sea tan solo con la intención académica de realizar el ancestral ejercicio budista de observar la otredad.
Aunque tan solo con el objetivo político de avanzar su propio argumento, ¿no podría la media luna lanzar una rama de olivo comprometiéndose a ayudar remediar la lacra histórica del racismo? A su vez, ¿no podría el gobierno lanzar una rama de olivo exponiendo su voluntad de contribuir a la estrategia de expandir el mercado internacional para productos bolivianos? Tal vez para ambas partes realizar el argumento sea difícil, porque espetar “indio” parece ser aceptable sustituto de un argumento racional, a la vez que el dogma neo-nacionalista parece favorecer la geopolítica por encima de crear empleos.
Es predicar al viento sugerir mínimos puntos de coincidencia. No existe voluntad de aceptar dos principios irrefutables: debemos subsanar el racismo y subsanar el mercado. La descentralización ha de crear desarrollo, el desarrollo empleos, y ello permitirá eliminar la peor consecuencia del racismo: la pobreza. Pero la posibilidad de esa lógica se ha perdido, lo mismo que el espíritu de hablar. En el siglo XXI, lejos de la voluntad de diálogo o compromiso, lo que en Bolivia se impone son las ganas de ablandar.
Flavio Machicado Teran
Estúpida Ecología
Al padre del actual presidente Bush lo llamó “estúpido” y ganó la presidencia de EE.UU. Carismático y con gran don de la palabra, Bill Clinton entró a la Casa Blanca haciendo énfasis en la economía. Dieciséis años más tarde, por hacerse la burla de su sugerencia que inflar bien las llantas de un vehículo reduce su consumo de gasolina en 3%, Barak Obama llama a sus oponentes “ignorantes”. Otro tema electoral que evoca a “estúpido” - adjetivo protagonista del presente artículo - son aquellos que llevan a cabo la labor de pasillo para avanzar intereses particulares, conocidos como “lobbyists”. Estos cabilderos ejercen un derecho fundamental de la democracia: El derecho que tiene todo ciudadano, grupo de interés o corporación de solicitar al Gobierno una compensación por habérsele negado un derecho legal o causado una injusticia. Este derecho no es absoluto y el Gobierno no está obligado a conceder una audiencia a todo aquel que pretenda reclamar se rectifique una ilegalidad. Como suele suceder en todo tipo de diseño constitucional, los que ostentan el poder acaban teniendo más derechos que otros.
En Bolivia el poder que confiere favoritismos es un poder político. En EE.UU. el que resulta ser muy elocuente en ese sentido, su voz la más cristalina, es el dinero. Los cabilderos más efectivos, por ende, son aquellos que representan a grandes corporaciones. Sus profundas billeteras y donaciones a las campañas políticas de diputados y senadores abren puertas y afinan el oído de los que fueron elegidos para defender los intereses del pueblo. El pueblo norteamericano, sin embargo, está harto que su voz sea opacada por los intereses particulares de los capitanes de la industria. Ambos candidatos a la presidencia de EE.UU. han prometido limitar la influencia de los cabilderos privados. “Sus días están numerados”, exclama convencido John Mc Cain. Su contrincante en la izquierda, Barack Obama, le contesta señalando que el jefe de campaña de Mc Cain y varios en su equipo son los más grandes cabilderos de Washington. “¿John Mc Cain les va a decir a aquellos que manejan su campaña electoral que sus días en Washington están contados?”, pregunta retóricamente Obama. Agrega con gran saña, “¡Deben creer que ustedes son unos estúpidos!” La que resultó ser la estúpida, sin embargo, es la ecología.
Cuando Karl Marx pronosticaba el fin del capitalismo, nunca se imaginó que el desarrollo industrial pondría en peligro la existencia humana. Tampoco imaginó que el éxito económico del capitalismo engendraría una crisis existencial con el potencial de avanzar el designio humano de romper las cadenas de una embrutecedora sociedad de consumo mucho mejor que el conflicto de clases. La posibilidad de un nefasto y catastrófico destino compartido, después de todo, es mucho más efectiva en amalgamar a los diferentes grupos sociales, que apelar a una conciencia sectorial. En la medida que el imperativo del permanente crecimiento industrial del capitalismo requiere reproducir autómatas con insaciable apetito de juguetes electrónicos, ciegamente dirigidos al abismo del calentamiento global, los días del capitalismo también están numerados. Es decir, Marx no pudo anticipar el potencial revolucionario de una conciencia humana – no de “clase” – que impulse al ser humano a tomar control del aparato productivo, eliminando la propiedad privada industrial no en nombre de la justicia social, sino de la supervivencia física del planeta. Una vez que el imperativo ecológico haya derrotado el aparato industrial militar, nuestra especie podrá por fin marchar jubilosa hacia un mundo sin jerarquías, en perfecta armonía con la madre Tierra. Pero en lugar de ser cómplice de la liberación humana, resulta que la ecología se está convirtiendo en la mejor aliada de la economía de mercado.
El olor del desarrollo industrial del siglo XX es a carbono quemado, ya sea en las eternas carreteras de asfalto, o los desechos que escupe el mayor objeto del deseo de consumo y nuestra más cotizada pertenencia. El automóvil - y las redes viales que fueron a la vez conductos de sangre y sistema nervioso de la sociedad - son el icono de la modernidad y su más trascendental mercancía. Sin el vehículo el milagro económico de la post guerra jamás hubiese sido posible. Alemanes y japoneses mantuvieron intactas estructuras fascistas en sus economías, una complicidad entre Estado y empresas estratégicas fabricantes de automóviles, para invertir en investigación y desarrollo de tecnologías que permitieron avanzar sus aparatos industriales, importando acero para luego exportarlo con gran valor agregado.
Los EE.UU. son los que más combustibles fósiles han quemado en la historia. Sus grandes Hummers son símbolo de opulencia y total indiferencia a la “huella fósil” que dejan sobre el planeta aquellos que tienen más poder y menos conciencia. Parecía que la madre Tierra, mediante su hija favorita, la ecología, por fin castigaría a la codicia y lujuria de consumo desenfrenada de los cerdos capitalistas. La industria norteamericana de Detroit parecía destinada a seguir el mismo destino que los microorganismos que proporcionaron hace millones de años la materia prima con el cual se impulsa estos monstros cuadrados de metal. El precio de la gasolina subió abruptamente, poniendo nervioso a los mercados y ciudadanos por igual. Debido a que los grandes vehículos consumen este precioso bien cual alcohólico de vacaciones en el Caribe, se ha precipitado la crisis más profunda jamás experimentada por la industria automotriz norteamericana. ¡Dulce venganza!
Pero algo sucedió en camino a la redención humana. La ecología, en lugar de aliarse a nosotros los desafectados por la metalizada modernidad, prefirió apostar a las leyes del mercado. Con el conocimiento básico hecho público en Google y armados de poderosas computadoras, en lugar de ingenieros en Toyota y Volkswagen desarrollando cada vez mejores automóviles, ahora existen cientos de miles de individuos que afanadamente intentan desarrollar las tecnologías y motores del futuro. Teorías de conspiración de “quién mató al coche eléctrico” a un lado, la seguridad nacional de los EE.UU. ahora depende de su seguridad energética. Lo peor de todo es que independizarse del yugo de Irán y Venezuela ahora no sólo es una manera de proteger su economía, sino que resulta también ser el alba de la nueva revolución industrial: La era de la tecnología energética.
Los chinos se quejan amargamente que los norteamericanos tuvieron 120 años para contaminar el planeta, por lo que ahora les corresponde el turno. Thomas Friedman se jacta de encrespar primero al intérprete y luego al interlocutor cuando les contesta, “ensucien todo lo que quieran. En menos de una década les venderemos la tecnología que les permita nuevamente respirar”. Una de las características de una economía de mercado es que asigna recursos en respuesta a incentivos reales, y no a la gran imaginación o poderes clarividentes de los gobernantes. Las nuevas tecnologías ecológicas están siendo desarrolladas en este preciso instante. En un abrir y cerrar de ojos – evolutivamente hablando – tendremos motores a los que deberán añadirles ruido (similar a añadir olor para identificar escapes de gas) para evitar que los ciegos sean atropellados intentando cruzar la calle.
Transformar la flotilla actual de vehículos a coches inteligentes que utilicen las fuentes de energía del futuro representa un gran negocio. Aquella nación que primero desarrolle motores de hidrogeno, eléctricos, energía solar o de viento eficientes, a la vez de mejores reactores nucleares para vendérselos (entre otros) a Irán, será líder de la nueva revolución industrial. En lugar del apocalipsis del capitalismo, con una gloriosa transición a una economía provincial y autárquica que elimine no sólo la sociedad de consumo, sino miles de millones de seres humanos que han plagado inútilmente el planeta, tendremos una nueva post guerra, sin fundamentalismos religiosos, terrorismo o hambruna generalizada. En lugar de destruir el capitalismo, la ecología se ha de encargar de encontrar un equilibrio entre mercado y Estado, con los gobiernos de naciones industrializadas colaborando con el sector privado para desarrollar energías verdes. En lugar de una utopía centralizada que nos libere de nuestros bajos apetitos, tendremos una era de crecimiento económico y prosperidad jamás vista en la historia de la humanidad. En lugar de cabilderos en Washington luchando por el coche eléctrico, la ecología ha de utilizar las fuerzas del mercado para desatar una verde revolución. ¡Estúpida ecología!
Flavio Machicado Teran
En Bolivia el poder que confiere favoritismos es un poder político. En EE.UU. el que resulta ser muy elocuente en ese sentido, su voz la más cristalina, es el dinero. Los cabilderos más efectivos, por ende, son aquellos que representan a grandes corporaciones. Sus profundas billeteras y donaciones a las campañas políticas de diputados y senadores abren puertas y afinan el oído de los que fueron elegidos para defender los intereses del pueblo. El pueblo norteamericano, sin embargo, está harto que su voz sea opacada por los intereses particulares de los capitanes de la industria. Ambos candidatos a la presidencia de EE.UU. han prometido limitar la influencia de los cabilderos privados. “Sus días están numerados”, exclama convencido John Mc Cain. Su contrincante en la izquierda, Barack Obama, le contesta señalando que el jefe de campaña de Mc Cain y varios en su equipo son los más grandes cabilderos de Washington. “¿John Mc Cain les va a decir a aquellos que manejan su campaña electoral que sus días en Washington están contados?”, pregunta retóricamente Obama. Agrega con gran saña, “¡Deben creer que ustedes son unos estúpidos!” La que resultó ser la estúpida, sin embargo, es la ecología.
Cuando Karl Marx pronosticaba el fin del capitalismo, nunca se imaginó que el desarrollo industrial pondría en peligro la existencia humana. Tampoco imaginó que el éxito económico del capitalismo engendraría una crisis existencial con el potencial de avanzar el designio humano de romper las cadenas de una embrutecedora sociedad de consumo mucho mejor que el conflicto de clases. La posibilidad de un nefasto y catastrófico destino compartido, después de todo, es mucho más efectiva en amalgamar a los diferentes grupos sociales, que apelar a una conciencia sectorial. En la medida que el imperativo del permanente crecimiento industrial del capitalismo requiere reproducir autómatas con insaciable apetito de juguetes electrónicos, ciegamente dirigidos al abismo del calentamiento global, los días del capitalismo también están numerados. Es decir, Marx no pudo anticipar el potencial revolucionario de una conciencia humana – no de “clase” – que impulse al ser humano a tomar control del aparato productivo, eliminando la propiedad privada industrial no en nombre de la justicia social, sino de la supervivencia física del planeta. Una vez que el imperativo ecológico haya derrotado el aparato industrial militar, nuestra especie podrá por fin marchar jubilosa hacia un mundo sin jerarquías, en perfecta armonía con la madre Tierra. Pero en lugar de ser cómplice de la liberación humana, resulta que la ecología se está convirtiendo en la mejor aliada de la economía de mercado.
El olor del desarrollo industrial del siglo XX es a carbono quemado, ya sea en las eternas carreteras de asfalto, o los desechos que escupe el mayor objeto del deseo de consumo y nuestra más cotizada pertenencia. El automóvil - y las redes viales que fueron a la vez conductos de sangre y sistema nervioso de la sociedad - son el icono de la modernidad y su más trascendental mercancía. Sin el vehículo el milagro económico de la post guerra jamás hubiese sido posible. Alemanes y japoneses mantuvieron intactas estructuras fascistas en sus economías, una complicidad entre Estado y empresas estratégicas fabricantes de automóviles, para invertir en investigación y desarrollo de tecnologías que permitieron avanzar sus aparatos industriales, importando acero para luego exportarlo con gran valor agregado.
Los EE.UU. son los que más combustibles fósiles han quemado en la historia. Sus grandes Hummers son símbolo de opulencia y total indiferencia a la “huella fósil” que dejan sobre el planeta aquellos que tienen más poder y menos conciencia. Parecía que la madre Tierra, mediante su hija favorita, la ecología, por fin castigaría a la codicia y lujuria de consumo desenfrenada de los cerdos capitalistas. La industria norteamericana de Detroit parecía destinada a seguir el mismo destino que los microorganismos que proporcionaron hace millones de años la materia prima con el cual se impulsa estos monstros cuadrados de metal. El precio de la gasolina subió abruptamente, poniendo nervioso a los mercados y ciudadanos por igual. Debido a que los grandes vehículos consumen este precioso bien cual alcohólico de vacaciones en el Caribe, se ha precipitado la crisis más profunda jamás experimentada por la industria automotriz norteamericana. ¡Dulce venganza!
Pero algo sucedió en camino a la redención humana. La ecología, en lugar de aliarse a nosotros los desafectados por la metalizada modernidad, prefirió apostar a las leyes del mercado. Con el conocimiento básico hecho público en Google y armados de poderosas computadoras, en lugar de ingenieros en Toyota y Volkswagen desarrollando cada vez mejores automóviles, ahora existen cientos de miles de individuos que afanadamente intentan desarrollar las tecnologías y motores del futuro. Teorías de conspiración de “quién mató al coche eléctrico” a un lado, la seguridad nacional de los EE.UU. ahora depende de su seguridad energética. Lo peor de todo es que independizarse del yugo de Irán y Venezuela ahora no sólo es una manera de proteger su economía, sino que resulta también ser el alba de la nueva revolución industrial: La era de la tecnología energética.
Los chinos se quejan amargamente que los norteamericanos tuvieron 120 años para contaminar el planeta, por lo que ahora les corresponde el turno. Thomas Friedman se jacta de encrespar primero al intérprete y luego al interlocutor cuando les contesta, “ensucien todo lo que quieran. En menos de una década les venderemos la tecnología que les permita nuevamente respirar”. Una de las características de una economía de mercado es que asigna recursos en respuesta a incentivos reales, y no a la gran imaginación o poderes clarividentes de los gobernantes. Las nuevas tecnologías ecológicas están siendo desarrolladas en este preciso instante. En un abrir y cerrar de ojos – evolutivamente hablando – tendremos motores a los que deberán añadirles ruido (similar a añadir olor para identificar escapes de gas) para evitar que los ciegos sean atropellados intentando cruzar la calle.
Transformar la flotilla actual de vehículos a coches inteligentes que utilicen las fuentes de energía del futuro representa un gran negocio. Aquella nación que primero desarrolle motores de hidrogeno, eléctricos, energía solar o de viento eficientes, a la vez de mejores reactores nucleares para vendérselos (entre otros) a Irán, será líder de la nueva revolución industrial. En lugar del apocalipsis del capitalismo, con una gloriosa transición a una economía provincial y autárquica que elimine no sólo la sociedad de consumo, sino miles de millones de seres humanos que han plagado inútilmente el planeta, tendremos una nueva post guerra, sin fundamentalismos religiosos, terrorismo o hambruna generalizada. En lugar de destruir el capitalismo, la ecología se ha de encargar de encontrar un equilibrio entre mercado y Estado, con los gobiernos de naciones industrializadas colaborando con el sector privado para desarrollar energías verdes. En lugar de una utopía centralizada que nos libere de nuestros bajos apetitos, tendremos una era de crecimiento económico y prosperidad jamás vista en la historia de la humanidad. En lugar de cabilderos en Washington luchando por el coche eléctrico, la ecología ha de utilizar las fuerzas del mercado para desatar una verde revolución. ¡Estúpida ecología!
Flavio Machicado Teran
Tuesday, September 02, 2008
La Virginidad
Después de un fin de semana donde no pude dejar de pensar en que si se llegará a realizar ese mendigo referendum para aprobar la Nueva Constitución Política del Estado, estaríamos ahí si en un esquema absolutamente totalitario, ayer en la noche el señor Exeni me devolvió la confianza de que todavía existen en Bolivia las instituciones.
Sin ser abogado, el sentido común me dice que, una decisión tan importante como es la de aprobar una nueva Constitución, lo menos que podía tener era una Ley que llame a referéndum, pero más que eso si en una anterior oportunidad la Corte Nacional Electoral había pedido una Ley, ahora no podía dejar de hacer lo mismo, pues de lo contrario iba a actuar de una manera dinámicamente inconsistente (como decimos los economistas).
Y el problema de inconsistencia dinámica es muy grave pues destruye la credibilidad entre otros costos adicionales. Cualquier institución u organización que quiera preservar su credibilidad, en el largo plazo, como el valor más importante, debe actuar consistentemente, aún así en el corto plazo existan incentivos para actuar inconsistentemente. Esta lección, los políticos obviamente jamás la entendieron y jamás la entenderán.
Finalmente se preguntaran que tiene que ver el título del post con lo que acabo de decir. Pues bien me acorde de algo que escuche en un canal de televisión Argentino cuando hablaban del Instituto Nacional de Estadísticas de ese país, que como todos saben es el ejemplo de cómo engañar con las estadísticas y decían: La credibilidad es como la virginidad, una vez que se la pierde no se la recupera nunca más.
Sin ser abogado, el sentido común me dice que, una decisión tan importante como es la de aprobar una nueva Constitución, lo menos que podía tener era una Ley que llame a referéndum, pero más que eso si en una anterior oportunidad la Corte Nacional Electoral había pedido una Ley, ahora no podía dejar de hacer lo mismo, pues de lo contrario iba a actuar de una manera dinámicamente inconsistente (como decimos los economistas).
Y el problema de inconsistencia dinámica es muy grave pues destruye la credibilidad entre otros costos adicionales. Cualquier institución u organización que quiera preservar su credibilidad, en el largo plazo, como el valor más importante, debe actuar consistentemente, aún así en el corto plazo existan incentivos para actuar inconsistentemente. Esta lección, los políticos obviamente jamás la entendieron y jamás la entenderán.
Finalmente se preguntaran que tiene que ver el título del post con lo que acabo de decir. Pues bien me acorde de algo que escuche en un canal de televisión Argentino cuando hablaban del Instituto Nacional de Estadísticas de ese país, que como todos saben es el ejemplo de cómo engañar con las estadísticas y decían: La credibilidad es como la virginidad, una vez que se la pierde no se la recupera nunca más.
Tuesday, August 26, 2008
Cada vez menos Libertad
La semana pasada salió una noticia a la que no se le dio mucha importancia, lógicamente porque ahora todos están preocupados (y con mucha razón) por los famosos decretos que el Gobierno piensa promulgar para imponer su Constitución, y es la referida al control de divisas. Esta noticia a mí y a todos debería preocuparnos porque es un atentado más en contra de la libertad que los ciudadanos deberían tener.
Claramente el nuevo Decreto que se ha promulgado indica que todas las personas naturales o jurídicas, públicas, privadas, mixtas, nacionales o extranjeras deben declarar la internación y salida física de divisas del territorio nacional. La entrada de divisas no es algo nuevo, desde siempre cuando uno entra al país tiene que declarar a la Aduana si esta trayendo divisas por un monto superior a los US$ 10,000. Pero lo que me preocupa es que personas naturales tengan que declarar cuando están saliendo del país.
Me da la impresión (ojalá este equivocado) que esté será un mecanismo de control de ingresos de las personas más que de control de salida de divisas obtenidas de forma ilegal, pues lógicamente con esta regulación ni narcotraficantes, ni traficantes de armas, ni ladrones sacaran sus divisas por los medios convencionales, así que al final quienes van a ser los regulados, van a ser personas que ya sea estén yéndose a vivir, a trabajar o a estudiar al extranjero, como si hacer esto fuera un delito.
Ahora el Decreto ya esta promulgado lastimosamente, pero lo que me gustaría saber es que si cuando entre en vigencia aquí también se van a declarar también las divisas que entran vía cheques venezolanos, porque hasta donde yo de por Ley estas divisas deberían entrar al Sigma (Sistema Integrado de Información Financiera), pero no entran. ¿Por qué?
Claramente el nuevo Decreto que se ha promulgado indica que todas las personas naturales o jurídicas, públicas, privadas, mixtas, nacionales o extranjeras deben declarar la internación y salida física de divisas del territorio nacional. La entrada de divisas no es algo nuevo, desde siempre cuando uno entra al país tiene que declarar a la Aduana si esta trayendo divisas por un monto superior a los US$ 10,000. Pero lo que me preocupa es que personas naturales tengan que declarar cuando están saliendo del país.
Me da la impresión (ojalá este equivocado) que esté será un mecanismo de control de ingresos de las personas más que de control de salida de divisas obtenidas de forma ilegal, pues lógicamente con esta regulación ni narcotraficantes, ni traficantes de armas, ni ladrones sacaran sus divisas por los medios convencionales, así que al final quienes van a ser los regulados, van a ser personas que ya sea estén yéndose a vivir, a trabajar o a estudiar al extranjero, como si hacer esto fuera un delito.
Ahora el Decreto ya esta promulgado lastimosamente, pero lo que me gustaría saber es que si cuando entre en vigencia aquí también se van a declarar también las divisas que entran vía cheques venezolanos, porque hasta donde yo de por Ley estas divisas deberían entrar al Sigma (Sistema Integrado de Información Financiera), pero no entran. ¿Por qué?
Monday, August 18, 2008
A una semana del Revolcatorio
A lo dicho hecho, el Presidente y los Prefectos de la Media Luna, se dieron una revolcada y salieron con más votos de lo que ellos mismos esperaban y su interpretación fue de que el pueblo apoya la Nueva Constitución y apoya las Autonomías. Esa interpretación sería correcta si es que se hubiera preguntado exactamente eso, pero las preguntas fueron otras.
Lo que queda claro es que absolutamente nada ha cambiado en términos de gestión de gobierno (nacional como departamental) Ambas gestiones siguen marcadas por quien es el dueño de los recursos y quien los maneja. ¿Por qué tendrán tanto interés? Ha me olvidaba…todos son políticos y por lo tanto se guían por un comportamiento de búsqueda de rentas.
Justamente a eso me iba, una vez más los bolivianos hemos votado mal (suponiendo que no ha habido fraude y manipulación del voto en el campo). Y hemos votado mal porque pensando que no existen alternativas, nos hemos ido por lo viejo conocido. Yo creo que si existen alternativas y estas van a aparecer solo si se desinfla el ambiente tan politizado que existe. Es como una empresa que esta en quiebra, si no se la deja quebrar no se liberan los recursos y la energía capaz de dar origen a otras empresas nuevas, sanas y con futuro.
Yo siempre estuve a favor de dejar quebrar al Lloyd Aereo Boliviano porque solo así se iba a permitir el surgimiento de otras empresas y ahí tienen el ejemplo de Aerosur, TAM, Amazonas, etc. Todavía creo que el siguiente paso debería ser abrir nuestros cielos, para que así deje de ser Bolivia el país más caro para volar, pero se ha avanzado algo.
Lo mismo tiene que suceder en política, de alguna manera se tiene que liberar esa energía que concentran el presidente y los prefectos. Esperemos que esa liberación sea de a poco y no a través de un terremoto que acabe destruyendo todo.
Lo que queda claro es que absolutamente nada ha cambiado en términos de gestión de gobierno (nacional como departamental) Ambas gestiones siguen marcadas por quien es el dueño de los recursos y quien los maneja. ¿Por qué tendrán tanto interés? Ha me olvidaba…todos son políticos y por lo tanto se guían por un comportamiento de búsqueda de rentas.
Justamente a eso me iba, una vez más los bolivianos hemos votado mal (suponiendo que no ha habido fraude y manipulación del voto en el campo). Y hemos votado mal porque pensando que no existen alternativas, nos hemos ido por lo viejo conocido. Yo creo que si existen alternativas y estas van a aparecer solo si se desinfla el ambiente tan politizado que existe. Es como una empresa que esta en quiebra, si no se la deja quebrar no se liberan los recursos y la energía capaz de dar origen a otras empresas nuevas, sanas y con futuro.
Yo siempre estuve a favor de dejar quebrar al Lloyd Aereo Boliviano porque solo así se iba a permitir el surgimiento de otras empresas y ahí tienen el ejemplo de Aerosur, TAM, Amazonas, etc. Todavía creo que el siguiente paso debería ser abrir nuestros cielos, para que así deje de ser Bolivia el país más caro para volar, pero se ha avanzado algo.
Lo mismo tiene que suceder en política, de alguna manera se tiene que liberar esa energía que concentran el presidente y los prefectos. Esperemos que esa liberación sea de a poco y no a través de un terremoto que acabe destruyendo todo.
Calentamiento Mental
No tengo evidencia que compruebe mi hipótesis. Si la historia comprueba que estoy equivocado, me hará feliz. De lo contrario, mi perturbada interpretación de los sucesos comprobará que– con tal de defender la hegemonía – en la política todo vale, incluso mentir. El gobierno de EE.UU. se ufana de lo que la guerra fría terminó sin disparar una sola bala y que la historia ha comprobado su “ideología” superior. Suficiente entonces para su aliada Georgia enarbolar su estrategia militar bajo la bandera de la libertad y democracia, para verse justificada en intentar resucitar la guerra fría.
Detesto las teorías de conspiración. Esta aversión personal hace tanto más difícil el ejercicio intelectual que los todavía nebulosos hechos me obligan a llevar a cabo. ¿Quién lanzo la primera piedra? Muchos conflictos regionales están supeditados a interminables interpretaciones embarradas en prejuicio personales que pretenden no solamente comprobar que fue el otro, sino también demonizar al oponente como cómplice en la agenda del mal. En agosto de 2008, mientras el mundo celebraba la paz y fraternidad entre naciones a través del deporte, alguien empezó un brutal ataque militar. No me dirán que - en plena era de avanzados satélites y permanente vigilancia militar – no podemos determinar a ciencia cierta si fueron los rusos o georgianos los primeros en violar en Osetia del Sur el acuerdo de cese al fuego.
Los medios de comunicación callan, y si no callan cuenta solo un lado de la historia. Saakashvili , presidente de Georgia, acababa de anunciar una resolución pacífica al conflicto con la población de Osetia del Sur – 90% con pasaporte ruso – cuando su ejército lanzó un feroz ataque sobre el pequeño contingente militar ruso estacionado en la periferia de la ciudad de Tskhinvali. La población de Osetia, cultural y étnicamente identificada con Rusia, sufrió un masivo e indiscriminado ataque por parte de las fuerzas “democráticas y amantes de la libertad” de Georgia. Cual mafioso que utiliza a sus lacayos como carne de cañón, el presidente Saakashvili seguramente se regocija ante la brutalidad con la que respondieron los rusos. Su macabro plan de convertir a su nación la victima de agresión rusa valió sacrificar, primero miles de separatistas, luego miles de compatriotas, todo en nombre de la geopolítica y poder político personal.
Los norteamericanos se han tragado el anzuelo, con plomo y carnada, para luego salir en incondicional defensa de su aliado militar. Ahora aprovechan para sacar a relucir sus propias teorías de conspiración, acusando a Rusia de utilizar a Georgia para castigar el acercamiento de Polonia y Ucrania al occidente. El trasfondo geopolítico incluye la intención de incorporar una serie de naciones del ex - bloque soviético a la OTAN, incluyendo Georgia. Este drama no exonera al presidente Saakashvili de ser un hábil y cínico mentiroso, que quiere hacernos creer que “estaba de vacaciones” cuando se desató el conflicto. Puede ser que la inteligencia militar norteamericana una vez más peca de incompetencia. Tal vez existe un intento deliberado de tergiversar los hechos para justificar a Saakashvili y avanzar la hegemonía política de EE.UU. en una región rica en petróleo. Pero ya no estamos en 1968, menos aun en 2003. Intentar calentarnos la cabeza con falsas dicotomías entre el “inocente” demócrata de Tbilisi y los malvados osos de Moscú es insultar nuestra inteligencia. Espero estar equivocado.
Flavio Machicado Teran
Detesto las teorías de conspiración. Esta aversión personal hace tanto más difícil el ejercicio intelectual que los todavía nebulosos hechos me obligan a llevar a cabo. ¿Quién lanzo la primera piedra? Muchos conflictos regionales están supeditados a interminables interpretaciones embarradas en prejuicio personales que pretenden no solamente comprobar que fue el otro, sino también demonizar al oponente como cómplice en la agenda del mal. En agosto de 2008, mientras el mundo celebraba la paz y fraternidad entre naciones a través del deporte, alguien empezó un brutal ataque militar. No me dirán que - en plena era de avanzados satélites y permanente vigilancia militar – no podemos determinar a ciencia cierta si fueron los rusos o georgianos los primeros en violar en Osetia del Sur el acuerdo de cese al fuego.
Los medios de comunicación callan, y si no callan cuenta solo un lado de la historia. Saakashvili , presidente de Georgia, acababa de anunciar una resolución pacífica al conflicto con la población de Osetia del Sur – 90% con pasaporte ruso – cuando su ejército lanzó un feroz ataque sobre el pequeño contingente militar ruso estacionado en la periferia de la ciudad de Tskhinvali. La población de Osetia, cultural y étnicamente identificada con Rusia, sufrió un masivo e indiscriminado ataque por parte de las fuerzas “democráticas y amantes de la libertad” de Georgia. Cual mafioso que utiliza a sus lacayos como carne de cañón, el presidente Saakashvili seguramente se regocija ante la brutalidad con la que respondieron los rusos. Su macabro plan de convertir a su nación la victima de agresión rusa valió sacrificar, primero miles de separatistas, luego miles de compatriotas, todo en nombre de la geopolítica y poder político personal.
Los norteamericanos se han tragado el anzuelo, con plomo y carnada, para luego salir en incondicional defensa de su aliado militar. Ahora aprovechan para sacar a relucir sus propias teorías de conspiración, acusando a Rusia de utilizar a Georgia para castigar el acercamiento de Polonia y Ucrania al occidente. El trasfondo geopolítico incluye la intención de incorporar una serie de naciones del ex - bloque soviético a la OTAN, incluyendo Georgia. Este drama no exonera al presidente Saakashvili de ser un hábil y cínico mentiroso, que quiere hacernos creer que “estaba de vacaciones” cuando se desató el conflicto. Puede ser que la inteligencia militar norteamericana una vez más peca de incompetencia. Tal vez existe un intento deliberado de tergiversar los hechos para justificar a Saakashvili y avanzar la hegemonía política de EE.UU. en una región rica en petróleo. Pero ya no estamos en 1968, menos aun en 2003. Intentar calentarnos la cabeza con falsas dicotomías entre el “inocente” demócrata de Tbilisi y los malvados osos de Moscú es insultar nuestra inteligencia. Espero estar equivocado.
Flavio Machicado Teran
Wednesday, August 06, 2008
Felicidades BOLIVIA
Paso un nuevo 6 de agosto, con matices muy extraños y en un ambiente de tristeza por todos los acontecimientos acaecidos en Caihuasi, Tarija y Beni. Todavía sigo con la esperanza de que se suspenda el referéndum revolcatorio, pues ir a votar sin saber cuales son las reglas, me parece que es muy peligroso.
Mucha gente piensa que este será el último 6 de agosto, yo espero que sea el último 6 de agosto con estos políticos, que definitivamente no están a la altura del desafió histórico.
De cualquier forma FELICIDADES BOLIVIA
Monday, August 04, 2008
Cual Cambio?
En estas últimas semanas se han intensificado las propagandas para el referéndum revolcatorio (si con L porque lo único que va a pasar es que los políticos se van a revolcar, se van a sacudir y nada va a haber cambiado) y la propaganda del gobierno ha estado centrada en mostrar que ha habido un cambio y que éste tiene que continuar. Evidentemente ha habido cambios puntuales como la renta dignidad, reducción del analfabetismo y otros entre los positivos.
Pero repito son cambios puntuales, lo que no ha habido son cambios que nos garanticen un futuro sostenible, es más ha habido cambios negativos, entre los que se destaca la desinstitucionalización que se ha producido. Hoy, la ley se la maneja a gusto de los políticos, la policía ya no cumple ningún rol de mantenimiento del orden público, hay una presión social constante por cuotas de poder y en general las viejas prácticas políticas del chantaje, la manipulación y la compra de votos se han acentuado.
Estaba leyendo un artículo sobre Cuba y la revolución silenciosa de Raúl Castro y me preguntaba, por que Evo Morales en vez de seguir obsesionado con la revolución de Fidel, no observa lo que esta haciendo su hermano. En este artículo lo que más me llama la atención y me reconforta, es que el ganar plata ya no sea pecado en la isla y más bien existan incentivos para los que trabajan más y mejor.
Que pasa en Bolivia? El que aporta más al MAS es el que tiene más beneficios y más seguro tiene su puesto de trabajo. Para cualquiera que tiene algún conocido en el sector público sabe que los funcionarios están obligados a aportar para la campaña y asistir a las concentraciones, en caso de no hacerlo son amenazados con perder su trabajo o recibir mal trato en sus oficinas. Pues bien, los incentivos están al revés. Mientras que en Cuba se premia a los que trabajan aquí se premia a los que hacen política.
Ahora, alguien me dirá que no puedo generalizar y que si bien algunos hacen campaña, también trabajan. Aquí la respuesta es muy sencilla: Si con poner Bs. 500 de mi sueldo para el partido tengo garantizado mi puesto de trabajo, para que me voy a esforzar trabajando? Es una cuestión de simple racionalidad.
Pero repito son cambios puntuales, lo que no ha habido son cambios que nos garanticen un futuro sostenible, es más ha habido cambios negativos, entre los que se destaca la desinstitucionalización que se ha producido. Hoy, la ley se la maneja a gusto de los políticos, la policía ya no cumple ningún rol de mantenimiento del orden público, hay una presión social constante por cuotas de poder y en general las viejas prácticas políticas del chantaje, la manipulación y la compra de votos se han acentuado.
Estaba leyendo un artículo sobre Cuba y la revolución silenciosa de Raúl Castro y me preguntaba, por que Evo Morales en vez de seguir obsesionado con la revolución de Fidel, no observa lo que esta haciendo su hermano. En este artículo lo que más me llama la atención y me reconforta, es que el ganar plata ya no sea pecado en la isla y más bien existan incentivos para los que trabajan más y mejor.
Que pasa en Bolivia? El que aporta más al MAS es el que tiene más beneficios y más seguro tiene su puesto de trabajo. Para cualquiera que tiene algún conocido en el sector público sabe que los funcionarios están obligados a aportar para la campaña y asistir a las concentraciones, en caso de no hacerlo son amenazados con perder su trabajo o recibir mal trato en sus oficinas. Pues bien, los incentivos están al revés. Mientras que en Cuba se premia a los que trabajan aquí se premia a los que hacen política.
Ahora, alguien me dirá que no puedo generalizar y que si bien algunos hacen campaña, también trabajan. Aquí la respuesta es muy sencilla: Si con poner Bs. 500 de mi sueldo para el partido tengo garantizado mi puesto de trabajo, para que me voy a esforzar trabajando? Es una cuestión de simple racionalidad.
Thursday, July 24, 2008
Bloguivianos 2008
Será un honor para todos nosotros los blogueros paceños, conocer a blogueros de otras ciudades. Anímense a venir, hay becas para los interesados. Hacer clic aquí.
Wednesday, July 16, 2008
Matemáticos
En los últimos días todos los analistas económicos y políticos se han vuelto matemáticos y se la pasan haciendo cálculos de quien ganaría o perdería en el referendum revocatorio, si es que se llega a realizar.
Algo de lo que todos ellos se olvidan es que un proceso electoral es una variable aleatoria, donde se deben considerar eventos inesperados como el hecho que una gran mayoría vaya a votar en blanco o nulo y solo en función de los votos validos se contabilizarán los porcentajes.
Mi objetivo no es entrar a hacer más cálculos que lo único que hacen es confundir, por el contrario, mi objetivo es dar una opinión sobre el famoso referéndum. A todas luces, el referéndum no va a solucionar nada, simplemente va a empeorar las cosas, pues los ganadores van a enarbolar las banderas de la democracia y los perdedores van a recurrir a argumentos de fraude, injusticia, etc. En si más peleas.
Por otro lado, la democracia en Bolivia y estos referendums, que no se quien se invento, se han convertido en pura chacota y juego de infantes inmaduros que a toda costa quieren ganar, porque sino se ponen a llorar. Me parece inadmisible que la gente del MAS que apoyaba la mayoría simple para aprobar los artículos de la Nueva Constitución, ahora este en contra y haya complicado las reglas de elección con distintas formulas similares a los 2/3, 4/5, 6/8, etc….Al final se esta votado por el SI y por el NO y estas opciones tienen una distribución binomial, donde la media claramente es el 50%.
De la oposición, ni hablar, se les olvido las matemáticas y estadísticas al momento de aprobar semejante barbaridad. Luego se dieron cuenta del error que habían cometido y resulta que quieren enmendar el mismo, pero como decía aquí se trata de chiquillos inmaduros que quieren ganar como sea, por lo tanto los otros les dirán: Tarde, ya que me diste ventaja, ahora te voy a ganar.
Algo de lo que todos ellos se olvidan es que un proceso electoral es una variable aleatoria, donde se deben considerar eventos inesperados como el hecho que una gran mayoría vaya a votar en blanco o nulo y solo en función de los votos validos se contabilizarán los porcentajes.
Mi objetivo no es entrar a hacer más cálculos que lo único que hacen es confundir, por el contrario, mi objetivo es dar una opinión sobre el famoso referéndum. A todas luces, el referéndum no va a solucionar nada, simplemente va a empeorar las cosas, pues los ganadores van a enarbolar las banderas de la democracia y los perdedores van a recurrir a argumentos de fraude, injusticia, etc. En si más peleas.
Por otro lado, la democracia en Bolivia y estos referendums, que no se quien se invento, se han convertido en pura chacota y juego de infantes inmaduros que a toda costa quieren ganar, porque sino se ponen a llorar. Me parece inadmisible que la gente del MAS que apoyaba la mayoría simple para aprobar los artículos de la Nueva Constitución, ahora este en contra y haya complicado las reglas de elección con distintas formulas similares a los 2/3, 4/5, 6/8, etc….Al final se esta votado por el SI y por el NO y estas opciones tienen una distribución binomial, donde la media claramente es el 50%.
De la oposición, ni hablar, se les olvido las matemáticas y estadísticas al momento de aprobar semejante barbaridad. Luego se dieron cuenta del error que habían cometido y resulta que quieren enmendar el mismo, pero como decía aquí se trata de chiquillos inmaduros que quieren ganar como sea, por lo tanto los otros les dirán: Tarde, ya que me diste ventaja, ahora te voy a ganar.
Frente sin Frente
La libertad de prensa no pudo penetrar el ocultismo detrás de su mortal estrategia. El hermetismo detrás de decisiones secretas fue justificado bajo el velo de “tiempos de crisis”, y el poder concentrado en manos del que controla el monopolio de la violencia. No hay entrevista capaz de delatar las verdaderas intenciones detrás de decisiones en el momento que se toman, porque la verdad yace únicamente en las neuronas que disparan dentro del cráneo del autor. Los periodistas hicieron las preguntas, pero bajo el manto de “seguridad nacional” ellas fueron vilmente ignoradas por el ejecutor de la guerra en Irak. Con un dedo de frente, el cerebro de Bush no permitió entrever cuáles eran sus verdaderas intenciones.
La prensa norteamericana ha sido fustigada por su complicidad en brindarle impunidad a los actos violentos de la administración de George W. Bush. La premisa que un enemigo acechaba dio lugar a la posibilidad de un hermetismo que la prensa no tenia forma de penetrar. Después de todo, es imprudente sentar en el banquillo de los acusados en tiempos de guerra al que controla el gatillo que (se supone) protege al pueblo. El enemigo, aunque real, resulto ser más una buena excusa, que ejércitos suicidas. En retrospectiva, el poder del presidente Bush debió haber sido regulado con mayor recelo por la opinión pública, el congreso y el cuarto poder.
El gobierno de Bolivia ha declarado la guerra al neoliberalismo, un enemigo igual de terrible y mortal que el terrorismo de Al Qaeda. La privatización, austeridad fiscal y liberación del comercio son los tres ejes del mal, que suponen que el liberalismo económico es la mejor manera de promover el desarrollo económico y libertad política. Su fundamentalista énfasis en sacar completamente al gobierno de la economía ha comprobado ser un error. Los últimos ataques economicistas sucedieron en década de 1990, y no hemos vueltos a ser atacados. Hoy nadie persigue un ímpetu privatizador. Ahora el que ahora está en la mira de los quijotes de la anti-globalización es el comercio internacional.
El precio del petróleo y materias primas se han ido por los cielos, rápidamente seguidos por el precio de los alimentos. A su vez, el mercado financiero está siendo afectado por la crisis hipotecaria del sector inmobiliario. Los herederos de profetas del apocalipsis financiero de antaño, que arengaban el fin del libre mercado en 1929, hoy visten de negro - cuales buitres de la crisis mundial – para treparse al altar y convertirse en sacerdotes de nuestra salvación. A quien ellos acusan, y que quede muy claro, es al mecanismo que utiliza el planeta entero para asignar precios y recursos, también conocido como la ley de la oferta y la demanda.
La demanda de China e India pone presión sobre la oferta. Ningún gobierno puede controlar este desfase. Al igual que con las crisis rusa de 1998, la crisis asiática de 1997 y la crisis mexicana de 1994, el mercado mundial una vez más se reajustará. La oferta y demanda seguirá asignando eficientemente recursos, mientras que en Bolivia se destruyen los mecanismos de mercado. La intención – que no les quepa duda - es reprobar la ley más básica de la economía, y extender el frente de batalla a toda la ideología liberal. Estamos cerca de derrotar al comercio internacional ¿Qué mecanismo de precios utilizará Bolivia cuando por fin revoque la ley de oferta y demanda? Si le preguntamos a su Excelencia, dudo siquiera entienda que debe planear la siguiente fase en su bestial estrategia.
Flavio Machicado Teran
La prensa norteamericana ha sido fustigada por su complicidad en brindarle impunidad a los actos violentos de la administración de George W. Bush. La premisa que un enemigo acechaba dio lugar a la posibilidad de un hermetismo que la prensa no tenia forma de penetrar. Después de todo, es imprudente sentar en el banquillo de los acusados en tiempos de guerra al que controla el gatillo que (se supone) protege al pueblo. El enemigo, aunque real, resulto ser más una buena excusa, que ejércitos suicidas. En retrospectiva, el poder del presidente Bush debió haber sido regulado con mayor recelo por la opinión pública, el congreso y el cuarto poder.
El gobierno de Bolivia ha declarado la guerra al neoliberalismo, un enemigo igual de terrible y mortal que el terrorismo de Al Qaeda. La privatización, austeridad fiscal y liberación del comercio son los tres ejes del mal, que suponen que el liberalismo económico es la mejor manera de promover el desarrollo económico y libertad política. Su fundamentalista énfasis en sacar completamente al gobierno de la economía ha comprobado ser un error. Los últimos ataques economicistas sucedieron en década de 1990, y no hemos vueltos a ser atacados. Hoy nadie persigue un ímpetu privatizador. Ahora el que ahora está en la mira de los quijotes de la anti-globalización es el comercio internacional.
El precio del petróleo y materias primas se han ido por los cielos, rápidamente seguidos por el precio de los alimentos. A su vez, el mercado financiero está siendo afectado por la crisis hipotecaria del sector inmobiliario. Los herederos de profetas del apocalipsis financiero de antaño, que arengaban el fin del libre mercado en 1929, hoy visten de negro - cuales buitres de la crisis mundial – para treparse al altar y convertirse en sacerdotes de nuestra salvación. A quien ellos acusan, y que quede muy claro, es al mecanismo que utiliza el planeta entero para asignar precios y recursos, también conocido como la ley de la oferta y la demanda.
La demanda de China e India pone presión sobre la oferta. Ningún gobierno puede controlar este desfase. Al igual que con las crisis rusa de 1998, la crisis asiática de 1997 y la crisis mexicana de 1994, el mercado mundial una vez más se reajustará. La oferta y demanda seguirá asignando eficientemente recursos, mientras que en Bolivia se destruyen los mecanismos de mercado. La intención – que no les quepa duda - es reprobar la ley más básica de la economía, y extender el frente de batalla a toda la ideología liberal. Estamos cerca de derrotar al comercio internacional ¿Qué mecanismo de precios utilizará Bolivia cuando por fin revoque la ley de oferta y demanda? Si le preguntamos a su Excelencia, dudo siquiera entienda que debe planear la siguiente fase en su bestial estrategia.
Flavio Machicado Teran
Thursday, July 03, 2008
Un día feliz para el mundo
Generalmente las noticias internacionales que uno ve en la TV o lee en el periódico son de desastres, guerras, conflictos, en fin nada que a uno le levanten las esperanzas de que podemos alcanzar un mundo mejor. Pero ayer creo que fue un día que emociono a todo el mundo, pues se logro la liberación de Ingrid Betancourt.
No solo fue la liberación el hecho importante, sino el mensaje de amor y paz que Ingrid y Colombia dieron al mundo. Primero cabe destacar el excelente operativo que no tuvo ni un herido y menos un muerto. Realmente algo genial, muy bien pensado y planificado. En el lenguaje de Freakonomics, un uso excelente de lo que sed denomina “inside information” que permitió engañar a las FARC.
En segundo lugar y para mi lo más importante es el mensaje de amor y perdón que nos dio Ingrid, que rezo por los muertos y por los guerrilleros y además les ofreció su perdón. Después de las penurias y los maltratos que tuvo que vivir uno pensaría que solo tendría odio y rencor en su alma, pero no al contrario irradia una paz espiritual y un apego a Dios increíble. Realmente algo muy lindo y que a todos nos debería hacer reflexionar en relación a cual debe ser nuestra actitud frente a la vida.
Con respecto a las FARC, en este breve artículo (aquí) se muestra que el estar obsesionados con ideologías no lleva a nada bueno y lo único que hace es destruir la vida y la libertad que son los regalos más preciados que todo ser humano tiene. El mensaje para los bolivianos debería ser ese, despojémonos de ideologías y practiquemos el perdón, primero entre nosotros y luego frente al resto del mundo.
A modo de anécdota, como siempre nuestro Presidente desubicado felicito a las FARC (ver aquí)…Por favor que alguien lo asesore y le informe la verdad, para que no sea papelon tras papelon cada semana.
Fría Racionalidad
¡Hipocresía, tu nombre es Obama! Habiéndose comprometido aceptar recursos públicos para financiar su campaña bajo condición que John Mc Cain haga lo mismo, su éxito en recaudar casi 300 millones de dólares resultó suficiente incentivo para traicionar su promesa electoral. La prensa no ha desperdiciado la oportunidad para señalar que ser “candidato del cambio” incluye cambiar su convicción de regular el papel que juega el dinero en las elecciones presidenciales. El cálculo de Obama es sencillo: darles a sus oponentes una razón para atacarlo por inconsistente, a cambio de la capacidad de tener suficiente combustible para luego devolverles el favor. Es un cálculo arriesgado, porque Obama corre el peligro que su inconsistencia alimente argumentos que lo dibujan como un típico político, dispuesto a todo con tal de ganar. La realidad siempre es más compleja.
Empecemos por las acusaciones de elitismo. Quien pertenece a una familia de multi-millonarios, que aun siendo un estudiante mediocre estudió en Yale, con un padre presidente de EE.UU. y su hermano gobernador es George W. Bush. A su vez, el que es nieto e hijo de un par de Almirantes – el rango más alto en la Marina de Guerra, es John McCain. Sin embargo, a quien acusan de “elitista” es a Obama, cuya madre fue abandonada por un inmigrante de Kenia y que tuvo que luchar por cada gramo de éxito que ha sabido exprimirle a la vida. Cuando la derecha utiliza sarcásticamente el código “elitista”, se refiere a elites intelectuales cuyo éxito académico y profesional se traduce en posturas políticas que contravienen los supuestos valores individualistas de las masas. Ser elitista en EE.UU. es básicamente no entender la importancia del sistema de incentivos, una postura que se traduce en recetas políticas de redistribución de riqueza mediante altas cargas impositivas a los más ricos. En EE.UU. el 10% de la población paga el 70% de los impuestos. Los “elitistas” suponen que los ricos deben pagar aun más, sin importar si ello afecta la inversión y generación de empleo. El elitismo es el nuevo comunismo norteamericano.
Los medios de comunicación en EE.UU. están supuestamente dominados por la izquierda liberal. Resulta curioso, por lo tanto, que los comentarios sarcásticos estén dominados por la derecha conservadora, que dibuja ácidas caricaturas de sus oponentes. La más sentimental izquierda, en contraste, por lo general está a la defensiva, quejándose de la crueldad con la que la derecha impone un sistema gobernado por el dictamen de competir para sobrevivir. Si lo que a usted le interesa es saber de qué lado estoy yo, pierde su tiempo. La realidad es demasiado compleja para reducirla a “lados”. Lo que sí puedo ayudarlo es a indagar sobre la causa de esta asimetría. Me parece que es más fácil hacerse la burla cuando la visión del burlón de “cómo” funciona el mundo es sencilla, instintiva y desapegada. Es decir, cuando se reduce la complejidad a la simple capacidad de ajustar nuestra conducta a leyes de oferta y demanda, la vida es más chistosa. Por el contrario, promover un mayor grado de cooperación y solidaridad por un bien mayor es más engorroso, menos fluido y demanda una sombría seriedad.
Los intentos de sarcasmo en la izquierda, por ende, son más sutiles. En Hancock, una película protagonizada por Will Smith (un actor muy parecido físicamente a Barack Obama), los grandes poderes del súper héroe no son suficientes para evitar que todo el mundo lo desprecie. Los poderes de Hancock son metáfora de la superioridad militar norteamericana, un país borracho de si mismo que ha decidido alienar al planeta entero con su torpe manera de utilizar su fuerza. Pero si un afro- americano puede luchar por redimir la imagen de EE.UU. desde la Casa Blanca y otro desde Hollywood, otros tantos también han de luchar por redimir a su nación estas olimpiadas en China. Los jugadores norteamericanos de basquetbol de la NBA han bautizado su campaña para obtener oro olímpico “Camino a la Redención”. Barack Obama, el súper héroe Hancock, y los jugadores de la NBA son todos ágiles, al igual que la metáfora a continuación. Lo único que requiere es que - en vez de preocuparse de “cual” lado hay que estar - use su capacidad superior de entender “sarcasmo” para captar velozmente la analogía a continuación.
Ella es rubia de ojos azules y nació en Dakota del Sur. Su nombre es Becky Hammon y es una estrella de basquetbol en la liga profesional para mujeres. Juega cuatro meses con el equipo de San Antonio, Texas y luego migra a Rusia, donde juega para el CSK Moscú. Becky Hammon, al igual que Barack Obama, tuvo que tomar una decisión racional, de aquellas que los anti-elitistas demandan del pueblo cuando deben decidir entre conductas. La decisión de Hammon parte de la premisa que su proyección profesional en el ámbito mundial no es posible a menos que juegue este agosto en las olimpiadas. Hammon ha sido galardonada con el premio Jugadora Más Valiosa y es líder en anotaciones. Su indudable destreza, sin embargo, no le ha valido ser considerada para representar a EE.UU. en China. En consecuencia, estas olimpiadas Hammon representará una nación a la cual ofrece su lealtad únicamente por interés personal: la ex -Unión Soviética.
Anne Donavan, directora de la selección femenina de basquetbol de EE.UU, ha cuestionado el patriotismo de Hammon. Raya en la hipocresía, sin embargo, que siendo que el equipo olímpico de EE.UU. cuanta con más de 50 atletas naturalizados – incluyendo varios del ex – bloque comunista – alguien del rango de Donovan se dé el lujo de criticar a una mujer profesional simplemente por optar asumir otra nacionalidad en nombre del todopoderoso euro. Vivimos en épocas complejas, en las cuales el cálculo fácil “de qué lado estas” peca de infantilismo. Becky Hammon tuvo que decidir entre aceptar el desprecio de Donavan – que no la seleccionó para el equipo de EE.UU. – o nacionalizarse rusa, ganar 6 veces más, y avanzar su carrera profesional en la vitrina más grande. Dice Hammon, “no estoy vendiendo secretos militares, estoy jugando básquet”. El patriotismo – reza el refrán - es el último refugio de los sinvergüenzas.
Para los anti-elitistas, lo más importante es la racionalidad del mercado en base a una frialdad económica. Al aceptar más dinero por el mismo trabajo, Hammon y Obama actúan racionalmente y son consistentes con esa lógica. Para los espeluznados con la sencillez de mi análisis, agrego un elemento. En EE.UU. existen organizaciones políticas llamadas “527” que no pagan impuestos ni son reguladas por la Comisión Federal Electoral. Varias 527 han de recaudar muchísimo dinero no-regulado para atacar a Obama. Por ende, el tener acceso a suficientes recursos para responder al sarcasmo de la derecha tal vez no sea muy consistente o chistoso, pero es racional. Y sí de hipócritas se trata, estas elecciones han de demostrar que ningún partido posee el monopolio.
En cuanto al elitismo de Obama, elevar demasiado el nivel de impuestos durante una recesión puede ser la receta equivocada. Una política de redistribución no debe romper el delicado equilibrio en nombre de incrementar dogmáticamente la carga impositiva, sobre todo en épocas de crisis. Meter la mano en el bolsillo ajeno, sin consideración de los incentivos necesarios para producir e invertir en crecer el aparato productivo, genera en Rusia, EE.UU. y minas de Potosí una idéntica y fría racionalidad.
Flavio Machicado Teran
Empecemos por las acusaciones de elitismo. Quien pertenece a una familia de multi-millonarios, que aun siendo un estudiante mediocre estudió en Yale, con un padre presidente de EE.UU. y su hermano gobernador es George W. Bush. A su vez, el que es nieto e hijo de un par de Almirantes – el rango más alto en la Marina de Guerra, es John McCain. Sin embargo, a quien acusan de “elitista” es a Obama, cuya madre fue abandonada por un inmigrante de Kenia y que tuvo que luchar por cada gramo de éxito que ha sabido exprimirle a la vida. Cuando la derecha utiliza sarcásticamente el código “elitista”, se refiere a elites intelectuales cuyo éxito académico y profesional se traduce en posturas políticas que contravienen los supuestos valores individualistas de las masas. Ser elitista en EE.UU. es básicamente no entender la importancia del sistema de incentivos, una postura que se traduce en recetas políticas de redistribución de riqueza mediante altas cargas impositivas a los más ricos. En EE.UU. el 10% de la población paga el 70% de los impuestos. Los “elitistas” suponen que los ricos deben pagar aun más, sin importar si ello afecta la inversión y generación de empleo. El elitismo es el nuevo comunismo norteamericano.
Los medios de comunicación en EE.UU. están supuestamente dominados por la izquierda liberal. Resulta curioso, por lo tanto, que los comentarios sarcásticos estén dominados por la derecha conservadora, que dibuja ácidas caricaturas de sus oponentes. La más sentimental izquierda, en contraste, por lo general está a la defensiva, quejándose de la crueldad con la que la derecha impone un sistema gobernado por el dictamen de competir para sobrevivir. Si lo que a usted le interesa es saber de qué lado estoy yo, pierde su tiempo. La realidad es demasiado compleja para reducirla a “lados”. Lo que sí puedo ayudarlo es a indagar sobre la causa de esta asimetría. Me parece que es más fácil hacerse la burla cuando la visión del burlón de “cómo” funciona el mundo es sencilla, instintiva y desapegada. Es decir, cuando se reduce la complejidad a la simple capacidad de ajustar nuestra conducta a leyes de oferta y demanda, la vida es más chistosa. Por el contrario, promover un mayor grado de cooperación y solidaridad por un bien mayor es más engorroso, menos fluido y demanda una sombría seriedad.
Los intentos de sarcasmo en la izquierda, por ende, son más sutiles. En Hancock, una película protagonizada por Will Smith (un actor muy parecido físicamente a Barack Obama), los grandes poderes del súper héroe no son suficientes para evitar que todo el mundo lo desprecie. Los poderes de Hancock son metáfora de la superioridad militar norteamericana, un país borracho de si mismo que ha decidido alienar al planeta entero con su torpe manera de utilizar su fuerza. Pero si un afro- americano puede luchar por redimir la imagen de EE.UU. desde la Casa Blanca y otro desde Hollywood, otros tantos también han de luchar por redimir a su nación estas olimpiadas en China. Los jugadores norteamericanos de basquetbol de la NBA han bautizado su campaña para obtener oro olímpico “Camino a la Redención”. Barack Obama, el súper héroe Hancock, y los jugadores de la NBA son todos ágiles, al igual que la metáfora a continuación. Lo único que requiere es que - en vez de preocuparse de “cual” lado hay que estar - use su capacidad superior de entender “sarcasmo” para captar velozmente la analogía a continuación.
Ella es rubia de ojos azules y nació en Dakota del Sur. Su nombre es Becky Hammon y es una estrella de basquetbol en la liga profesional para mujeres. Juega cuatro meses con el equipo de San Antonio, Texas y luego migra a Rusia, donde juega para el CSK Moscú. Becky Hammon, al igual que Barack Obama, tuvo que tomar una decisión racional, de aquellas que los anti-elitistas demandan del pueblo cuando deben decidir entre conductas. La decisión de Hammon parte de la premisa que su proyección profesional en el ámbito mundial no es posible a menos que juegue este agosto en las olimpiadas. Hammon ha sido galardonada con el premio Jugadora Más Valiosa y es líder en anotaciones. Su indudable destreza, sin embargo, no le ha valido ser considerada para representar a EE.UU. en China. En consecuencia, estas olimpiadas Hammon representará una nación a la cual ofrece su lealtad únicamente por interés personal: la ex -Unión Soviética.
Anne Donavan, directora de la selección femenina de basquetbol de EE.UU, ha cuestionado el patriotismo de Hammon. Raya en la hipocresía, sin embargo, que siendo que el equipo olímpico de EE.UU. cuanta con más de 50 atletas naturalizados – incluyendo varios del ex – bloque comunista – alguien del rango de Donovan se dé el lujo de criticar a una mujer profesional simplemente por optar asumir otra nacionalidad en nombre del todopoderoso euro. Vivimos en épocas complejas, en las cuales el cálculo fácil “de qué lado estas” peca de infantilismo. Becky Hammon tuvo que decidir entre aceptar el desprecio de Donavan – que no la seleccionó para el equipo de EE.UU. – o nacionalizarse rusa, ganar 6 veces más, y avanzar su carrera profesional en la vitrina más grande. Dice Hammon, “no estoy vendiendo secretos militares, estoy jugando básquet”. El patriotismo – reza el refrán - es el último refugio de los sinvergüenzas.
Para los anti-elitistas, lo más importante es la racionalidad del mercado en base a una frialdad económica. Al aceptar más dinero por el mismo trabajo, Hammon y Obama actúan racionalmente y son consistentes con esa lógica. Para los espeluznados con la sencillez de mi análisis, agrego un elemento. En EE.UU. existen organizaciones políticas llamadas “527” que no pagan impuestos ni son reguladas por la Comisión Federal Electoral. Varias 527 han de recaudar muchísimo dinero no-regulado para atacar a Obama. Por ende, el tener acceso a suficientes recursos para responder al sarcasmo de la derecha tal vez no sea muy consistente o chistoso, pero es racional. Y sí de hipócritas se trata, estas elecciones han de demostrar que ningún partido posee el monopolio.
En cuanto al elitismo de Obama, elevar demasiado el nivel de impuestos durante una recesión puede ser la receta equivocada. Una política de redistribución no debe romper el delicado equilibrio en nombre de incrementar dogmáticamente la carga impositiva, sobre todo en épocas de crisis. Meter la mano en el bolsillo ajeno, sin consideración de los incentivos necesarios para producir e invertir en crecer el aparato productivo, genera en Rusia, EE.UU. y minas de Potosí una idéntica y fría racionalidad.
Flavio Machicado Teran
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