Wednesday, July 28, 2010

La Policía y el Futbol Nacional

Dos noticias que en los últimos días me llamaron la atención, por lo ingenuas y poco creíbles que son, merecen algunos comentarios relacionados con el tema de los incentivos. La primera tiene que ver con el Plan Punto Final que se le puso a la Policía Boliviana y que de acuerdo a el, a la institución del orden le quedan 4 días para eliminar la corrupción (ver noticia). La otra esta relacionada con la reelección de los directivos de la Federación Boliviana de Fútbol y la promesa de cambiar el futbol en Bolivia (ver noticia).

Ambas afirmaciones suenan bien, todos queremos una Policía que no sea corrupta y también queremos dejar de ser el país con peor fútbol en Sudamérica, pero para lograr esto se necesita mucho tiempo y cambios profundos en los incentivos que enfrentan tanto los policías como también los dirigentes del fútbol nacional. No es como muchos piensan que con un Plan de 45 días o 1 año, las cosas van a cambiar como por arte de magia.

El diseñar un sistema de incentivos es una tarea bastante compleja en la ciencia económica, por no decir una de las áreas más difíciles y requiere de mucho análisis e investigación. Solo para dar algunas ideas en las que se debería pensar: Para el caso de la Policía, definitivamente se tiene que introducir tecnología a todo el trabajo que se hace. Por ejemplo, fácilmente se podrían instalar cámaras de control en la oficina de Identificación Personal o en el Transito, esto seguro disminuiría la corrupción, siempre y cuando los policías sepan que están siendo controlados por un ente autónomo.

Para el tema del fútbol la solución es un poco más complicada porque quienes generan los ingresos de la Federación y la Liga en estricto rigor son los equipos de futbol y la selección, y quienes los administran son los dirigentes. Hay un conflicto de quienes generan los ingresos y quienes los gastan, algo que en cualquier empresa siempre va a generar incentivos perversos.

En suma, hay temas que requieren un análisis mucho más profundo, ciertamente requieren también personas con la intención de hacer bien las cosas, pero sobretodo de diseñar mecanismos que permitan alinear bien los incentivos. No me cansare de repetir que el tema de la corrupción o la mediocridad no son temas que están relacionados con la cultura, sino más bien están relacionados con las instituciones, las cuales se construyen poco a poco.