Monday, August 20, 2012

Legalización de las drogas


En algunos países comenzando por Uruguay e incluido el nuestro (ver articulo) se esta hablando de la idea de legalizar el consumo de la marihuana, y definitivamente hay que reconocer que se trata de una excelente idea si es que de verdad se quiere obtener resultados favorables en la lucha contra el narcotráfico.

En un artículo antiguo pero muy  interesante de The Economist “How to stop the drug wars” se explica precisamente porque la legalización de las drogas sería una mejor medida, o por lo menos no tan mala medida. Primeramente, la legislación sobre drogas transformaría un problema de lucha contra mafias organizadas a un problema de salud pública. Gran parte de los recursos que hoy en día se usan para erradicar cocales, reducir el consumo en las ciudades y eliminar la delincuencia asociada, se podría usar en programas de educación, de tratamiento a la adicción y de uso de prácticas más higiénicas al momento de consumir drogas. 

Para países pobres como Bolivia esto sería una fuente de ingresos que en vez de usarse en la lucha contra el narcotráfico o para erradicar cocales  se podría usar para luchar contra la pobreza y esto seria factible porque el mercado se encargaría de controlar la oferta y la demanda y los precios regularían la producción de coca a un nivel que sea el óptimo, sin tener que estar erradicando, cuando paralelamente se plantan mas cocales de los que se erradican.

Ciertamente esta el miedo de los padres de familia que piensan que una legalización podría incrementar el consumo de sus hijos, sin embargo no existe ninguna evidencia de que exista una correlación positiva entre la legalización de alguna droga y el aumento de su consumo. Es mas países como Holanda donde en algunas ciudades es legal consumir marihuana en bajas cantidades, presentan índices de drogadicción mucho menores que en ciudades donde el consumo de drogas es prohibido.

Finalmente, cabe mencionar que la legalización de la marihuana está entre una de las seis políticas que los economistas adoran y los políticos detestan (ver link), lo que realmente sorprende, especialmente en Bolivia, donde a los que menos caso se les hace es precisamente a los economistas y se tiende a politizar absolutamente todo.