En un post reciente, Tuco hace referencia al déficit fiscal como el malo de la película que los economistas tratan de eliminar. Yo le añadiría que además de ser malo tiene la cualidad de cambiar de formas muy fácilmente y logra confundir a la gente.
Pues si, cuando se habla del déficit hay que tener mucho cuidado a que medida de déficit nos estamos refiriendo, existe por ejemplo el déficit corriente que solo toma en cuenta los ingresos y gastos corrientes, existe el déficit primario que no toma en cuenta el pago de intereses y otras medidas más sofisticadas como el déficit estructural, entre otros. Por lo tanto cuando nos dicen que el déficit es del 4% del PIB, nos tienen que decir a que medida se están refiriendo.
Revisando los últimos datos del Banco Central, se puede ver claramente que la mayor parte del déficit corresponde a pensiones y además es una carga creciente por el lado del gasto. Felizmente el último año ha habido una mejora sustancial por el lado de los ingresos y hemos tenido un superávit global, tendencia que se presenta también en el presente año. Pero como todo en economía debemos ver el carácter ínter temporal del déficit y ciertamente el tema de pensiones es una bomba de tiempo, que si no se la detiene ahora, puede ser que ni superman la pueda detener.
Por otro lado, felizmente en Bolivia existe independencia del Banco Central por lo que no existe la posibilidad de que el gobierno recurra a la emisión de dinero para financiar su déficit (como aparentemente menciona Tuco que seria una posibilidad), pero si existe el peligro de que ante tantos cambios que se están proponiendo en Bolivia, se pierda el control del déficit. De hecho un gran problema va a ser como definir los ingresos y gastos públicos en un contexto autonómico. Alguien ha pensado en esto, porque ya no va a ser el Estado desde La Paz el que decida cuanto gastar en educación o salud en Cobija.
En fin, el déficit fiscal todavía es un villano inofensivo que el Chapulin Colorado podría controlar, pero en un corto plazo puede convertirse en un enemigo peligroso, para lo cual por ahí tengamos que llamar a la liga de superhéroes. Espero que eso no suceda y que con los recursos humanos que hay en Bolivia, podamos definir bien la nueva estructura de gobierno que queremos tener, sin generar un descalabro total de la economía.
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