La actual coyuntura económica mundial amerita un par de reflexiones con respecto a los posibles efectos que ésta podría tener sobre la economía Boliviana.
Como todos han debido ver, leer y escuchar en las noticias, este lunes 20 de enero hubo un remesón importante en las principales Bolsas del Mundo, esto como consecuencia de la crisis Subprime en EEUU. Esta crisis se origina en los problemas de pago de créditos hipotecarios entregados a personas de alto riesgo. Por tratarse de créditos con mayor riesgo, el interés asociado es más elevado que en los préstamos personales y las comisiones de los bancos y entidades financieras son considerablemente mayores.
Por otro lado, como el mercado financiero norteamericano es altamente sofisticado y la deuda hipotecaria puede ser objeto de venta y transacción mediante compra de bonos o títulos de crédito, estas hipotecas subprime podían ser retiradas del pasivo del balance de la sociedad concesionaria transferidas a fondos de inversión o planes de pensiones.
El problema surgió cuando las entidades financieras desconocieron realmente el riesgo asumido y cuando se confió en que la sola plusvalía de la propiedad era garantía del pago de los compromisos adquiridos.
La crisis hipotecaria de este año se desató cuando los inversionistas lograron identificar señales de alarma: el alza progresiva de la tasa de interés impuesta por la Reserva Federal y el consiguiente aumento de las cuotas de estos créditos hicieron aumentar la tasa de morosidad y el nivel de ejecuciones.
A fin de paliar la crisis, la Reserva Federal, adelanto anteayer el recorte de tasas de interés y se espera que lo vuelva a hacer a fin de mes.
Como bien lo expresa mi amigo Mario de Palabras Libres, la pregunta es: ¿Cómo afecta esto a Bolivia? ¿Será que la tos de EEUU se traduce en un resfrió para nosotros?
Primeramente, me hubiera gustado escuchar ya sea al Ministro de Hacienda o al Presidente del Banco Central decir que por lo menos están preocupados y haciendo un seguimiento a la situación, pero creo que mas están preocupados en festejar los dos años de gobierno que de otra cosa.
Segundo, es difícil hacer predicciones cuando no se tienen a la mano ciertas herramientas como ser modelos macroeconometricos y de equilibrio general para hacer ciertas simulaciones, sin embargo algo se puede decir. Creo que no existe duda de que el ciclo económico expansivo que hemos estado viviendo esta llegando a su fin. Lo interesante es que ya no es EEUU la super potencia económica, también lo son China e India, así que la recesión que se viene en EEUU podría ser de alguna manera compensada por estas economías. En esto creo que ha habido una coincidencia entre los expertos que en estos momentos se encuentran en Davos (World Economic Forum)
Esto significa que los precios de los commodities podrían o no bajar. Me atrevería a pensar que los precios de minerales no bajen, pero si del petroleo, pues EEUU ante una recesión disminuiría sus compras de petróleo, lo que haría caer su precio. Eso obviamente nos beneficiaría, pues podríamos importar diesel y otros derivados a un precio más bajo. Los precios de los minerales pienso que seguirán altos por lo menos en este año, así que la minería no debería verse afectada y los proyectos de inversión en marcha deberían seguir adelante.
Por otro lado el hecho que la Reserva Federal siga bajando las tasas de interés es una clara intención de aumentar la liquidez en los mercados. Las bajas tasas de interés en EEUU y las mayores tasas en Bolivia, claramente harán que ingresen más dólares a nuestra economía con la consecuente apreciación del Boliviano. Al contrario de la mayoría de los analistas yo apoyo esta medida, pues no hay nada mejor que tener una moneda fuerte que nos permita avanzar hacia un esquema de Metas de Inflación en el manejo de la Política Monetaria.
Con respecto al crecimiento, puedo decir que las proyecciones para este año deberán ser revisadas a la baja, aunque es difícil predecir si esta baja será fuerte o leve. En un artículo se indica que Bolivia estaría entre los países menos afectados. Ciertamente por el volumen y tipo de comercio que tenemos con EEUU, la caída en nuestras exportaciones no debería ser muy fuerte. Pero esos son los efectos directos, los indirectos aún son un misterio, pues habrá que ver que pasa con nuestros otros socios comerciales.
Continuaré haciendo un seguimiento a estos eventos tan interesantes y reportando otras posibles consecuencias que podrían tener.