La derecha chilena conspiró contra Salvador Allende, ocultando en galpones enteros la harina y azúcar que el pueblo necesitaba, productos que eran retirados del mercado para inducir un espiral inflacionario que lastime su popularidad.
La derecha boliviana no tiene ni la capacidad, ni los recursos para ejecutar similar conspiración. La anterior clase gobernante, sin embargo, aportó para que la popularidad de nuestro Presidente se deteriore. Su conspiración es su fracaso, y fracasaron miserablemente en modernizar la economía; al tiempo de lucrar de la ignorancia, y explotar a un pueblo que ha quedado sumergido en el más grande resentimiento e irracionalidad. Si hoy pagamos la cara factura del desquiciamiento, es por culpa de quienes sólo nos enseñaron a robar.
Los que sí tienen los recursos para afectar la economía, son las petroleras extranjeras. Según la propia Cámara Boliviana de Hidrocarburos – que aglutina las transnacionales – se requieren 8 mil millones de dólares para cumplir con Brasil y Argentina. Actualmente se invierten sólo 900 MMDD, de los cuales 400 son para reposición de inversión, y 100 para gastos administrativos. Quiere decir que la inversión neta son apenas 400 MMDD, y que necesitaríamos 20 años para cumplir con nuestro objetivo.
Digamos que todas las petroleras “casualmente” a la vez decidan ejecutar el mantenimiento de sus plantas – o se eche a perder el pozo - afectando la producción y provocando un desabastecimiento. En dicho caso, el sindicato de transportista no necesitaría ser comprado por la derecha para estrangular la economía. Esta brutal conspiración representaría una asquerosa injerencia en nuestra política interna, digna de ser presentada ante
Hasta aquí los “oficialistas” seguramente han podido seguir mi lógica. Pero se pierden cuando es el Presidente Chávez quien conspira con fuerzas subversivas para derrocar al Presidente colombiano. La justificada condena ante
En El Alto no hay bodegas repletas de alimentos. Pero si llegan a “coordinar” su mantenimiento, puede que sea porque las petroleras tienen una agenda. Por el momento, la escalada de precios responde a la ineptitud del Gobierno y sus políticas “a lo cubano”. Ello no elimina el peligro que se esté confabulando algún tipo de conspiración. Si nuestra inteligencia alcanza para escandalizarnos ante esta posibilidad, no entiendo porque no se nos mueve una pestaña ante la posibilidad que Chávez financie a un grupo armado que secuestra y asesina al pueblo colombiano. Pero si somos brutos, es obra y designio de quienes no supieron gobernar.
Flavio Machicado Teran
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