Thursday, July 20, 2006

Se puede optimizar el uso de nuestras Reservas Internacionales?

Este es un artículo publicado por un amigo en Nueva Economía

El hecho de mantener un volumen alto de Reservas Internacionales por parte de un Banco Central, está justificada por la necesidad de contar con un grado adecuado de liquidez que le permita enfrentar desarrollos imprevistos a sus mercados externos, de mostrar una buena imagen de solvencia internacional por el riesgo país, así como aminorar los costos de ajuste frente a desequilibrios externos y garantizar la viabilidad del régimen cambiario. Sin embargo, en vista que la acumulación de reservas implica una utilización de los recursos del país, se considera que a partir de un monto determinado dicha acumulación puede resultar excesiva y puede conducir a una asignación ineficiente de recursos.

En este sentido, la literatura económica menciona varios criterios a partir de los cuales se determina cual debe ser el nivel adecuado de reservas de un país, de acuerdo con las preferencias de las autoridades sobre el nivel y la variabilidad del producto, la balanza de pagos, el régimen cambiario y las otras variables macroeconómicas interrelacionadas con el nivel de reservas.

Estas consideraciones cobran relevancia en Bolivia, debido a que la acumulación de Reservas Internacionales en los últimos meses ha llegado a niveles sin precedentes en la historia del país. El volumen de Reservas Internacionales Netas (RIN) alcanzó al 4 de Julio de 2006 la cifra récord de 2,503 millones de dólares según fuentes oficiales del Banco Central de Bolivia (BCB). Es así que el nivel de RIN representa más de 11 meses de importaciones de bienes y servicios muy por encima de los estándares considerados normales.

Las RIN están compuestas básicamente por divisas, oro y Derechos Especiales de Giro (DEGs), que representan un 73.5%, 24.9% y 1.6%, respectivamente. El aumento significativo de nuestras reservas se debe principalmente al fuerte incremento de nuestras exportaciones y la caída en la demanda por dólares por parte de los agentes económicos dada la política de remonetización del gobierno y la apreciación del boliviano frente al dólar.

El nivel óptimo de Reservas Internacionales depende principalmente de:

El costo de oportunidad de mantener Reservas Internacionales, medido como la diferencia entre el costo de la deuda pública y el rendimiento que generan aquéllas.

El beneficio de mantener Reservas Internacionales, medido como la pérdida de producto que evita el país por tener un nivel de reservas que hace a la economía más estable y menos vulnerable ante choques negativos.

Actualmente, el rendimiento de nuestras RIN se encuentran entre el 1 y 2% y el costo financiero efectivo de los intereses y comisiones por concepto de deuda pública externa e interna alcanzaron aproximadamente 2.37% y 4.62%, respectivamente. Esto significa que el costo de oportunidad de mantener RIN elevadas es muy alto, debido a que el rendimiento de las mismas no compensa siquiera los costos derivados de la utilización de éstas en el pago de intereses de la deuda pública. Además se debe tomar en cuenta, que no todas las reservas son invertidas (sólo una fracción) y existen además otros costos derivados del seguro y comisiones a intermediarios con los que opera el BCB.

Asimismo, el beneficio de mantener las reservas líquidas (en efectivo o en inversiones de bajo riesgo y de corto plazo) que mejoran el riesgo país, probablemente tampoco compensa la pérdida de producto. Esto se puede verificar en la cuantía que representó el 2005 el servicio de la deuda externa sobre los egresos totales (11.3%) y sobre el PIB (3.9%).

Por otro lado, el monto de la deuda pública externa e interna ha crecido sustancialmente desde 1995, principalmente en lo que corresponde a Deuda Interna. Esto se puede verificar en el Gráfico 1.



Fuentes: Dirección General de Crédito Público (Ministerio de Hacienda) y Banco Central de Bolivia.

Por tanto, es necesario analizar la posibilidad de destinar el uso parcial de estas Reservas Internacionales para el logro de una disminución de un stock de deuda pública; pero con una doble finalidad: la de disminuir el servicio de la deuda pública y por consiguiente la disminución del déficit público, y la de canalizar estos recursos al sector productivo. ¿Y cómo se logra esto? Una de las maneras de cumplir estos dos objetivos paralelamente, es cancelando anticipadamente la deuda pública interna del Sector Público con las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs), que a raíz del déficit público que genera el Sistema de Pensiones, están obligadas a comprar valores públicos emitidos por el Tesoro General de la Nación (TGN). La deuda con las AFPs a diciembre de 2005 alcanzó a 1,205 millones de dólares.

Una amortización parcial de esta deuda con las AFPs implicaría la monetización parcial del stock de deuda interna, la cual necesariamente debería ser canalizada gradualmente a través del mercado de valores a inversiones con mayor riesgo; pero también más rentables y focalizadas a inversiones del sector productivo. Este pago de deuda interna y su destino final, debieran ser cuidadosamente analizados, tomando en cuenta cuál es el nivel óptimo de reservas que debería mantener el BCB para garantizar estabilidad económica y para preservar un cierto nivel de riesgo país.

Sin embargo, en el caso boliviano existen ciertas restricciones legales en el marco de la Ley N° 1670 del Banco Central de Bolivia, debido a que el BCB no puede “otorgar crédito al Sector Público, ni contraer pasivos contingentes a favor del mismo. Sí al TGN, pero de manera excepcional para atender necesidades impostergables de liquidez derivadas de calamidades públicas, con moción interna o internacional, declaradas mediante Decreto Supremo, o para atender necesidades transitorias de liquidez, dentro de los límites del Programa Monetario”. Esto podría subrogarse mediante un convenio entre el TGN y el BCB que permita un traspaso de recursos aprobado mediante una Ley con carácter excepcional.

No obstante, cabe resaltar que una propuesta de este tipo debiera ser cuidadosamente analizada para precautelar que el destino y uso de los recursos sea asignado de la manera más eficiente posible y tratando de no atropellar el carácter autónomo y autárquico del BCB, y a la vez, también pensando en el desarrollo económico del país.

Por Rodrigo Gutiérrez Arce

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