Wednesday, April 23, 2008

Malditos Campesinos

El número de latinos dueños de granjas en EE.UU. se incrementó en 51.2% entre 1997 y 2002. ¿Qué profesión tiene un inmigrante mexicano naturalizado norteamericano que es dueño de una finca en California? Dudo que muchos los consideren campesinos. Tal vez “farmer” les hace mayor justicia a quienes en EE.UU. invierten capital y trabajo para alimentar a sus familias y a su nación.

Cuando los precios en el mercado caen por debajo de cierto nivel, los agricultores norteamericanos reciben un subsidio, que el 2004 fue del orden de 8,022 millones de dólares. Los EE.UU - promotores mundiales del libre comercio - utilizan políticas proteccionistas para defender su mercado de alimentos. ¡Malditos inconsistentes!

A su vez, los “farmers” contribuyeron para que el congreso norteamericano pase la reforma tributaria del partido Republicano, reduciendo los impuestos que pagan los ricos. Despertando pasiones atizadas por la premisa que mantener más dinero en los bolsillos de la sociedad es una mejor manera de aceitar la maquinaria capitalista, muchos que apenas llevan la comida a la mesa votaron el 2004 por los Republicanos. ¿Por qué?

Porque la lucha de clases en EE.UU. es segunda en importancia a la guerra cultural. En el psique colectivo hay botones que son fácilmente activados cuando así lo requiere la pugna por el poder. Un ejemplo claro es que el primer afroamericano con posibilidad de llegar a la Casa Blanca ha sido acusado de ser un “elitista”.

Las categorías (por ejemplo, elitista) simplifican realidades complejas y - cuando en realidad son prejuicios - también obstruyen la capacidad de pensar. Obama, el candidato más izquierdista del establecimiento, incrementará los impuestos de los más ricos y llama a los menos privilegiados a unirse para luchar contra el sistema. Ello provoca que su nombre sea arrastrado por el lodo político tanto por centro y derecha, que encienden pasiones en el pueblo con el objetivo de ofuscar su agenda.

El equilibrio entre la carga impositiva y productividad es delicado. Mientras mayor la carga, menor el capital en las manos de la sociedad para reinvertir en la producción, investigación y desarrollo. Barak Obama no es Robert Mugabe y - aún cuando el 95% está en manos de blancos - seguramente no desmantelará la agroindustria. Lo que intentará es forjar mayor equilibrio entre iniciativa privada y esfuerzo común.

El trabajo de los campesinos garantiza la seguridad alimentaria y el bienestar de una nación. Las subvenciones en EE.UU. para sus farmers equivalen a menos del 1% de su PIB. Ello no justifica que una minoría (menos del 10%) reciba el 71% de los pagos gubernamentales, ni justifica un subsidio al algodón, que debe ser completamente eliminado. Por otra parte, el gobierno Chino invierte en agricultura considerablemente un mayor porcentaje de su PIB. Al no defender abiertamente el libre mercado - o derechos humanos - nadie puede acusarlos de inconsistentes. Pero los gringos si son inconsistentes, y nada de lo que pueda decir o hacer Obama nos interesa porque - como reserva mundial de la consistencia – debemos hacer gala de nuestros prejuicios y acusarlo de ser un maldito capitalista.

Flavio Machicado Teran

1 comment:

Anonymous said...

En EE.UU. hay más jugadores de World of Warcraft que granjeros.

http://krugman.blogs.nytimes.com/2007/10/20/the-real-america/