El prejuicio y la discriminación son el cáncer de la humanidad. Ya sea en su forma más común – el racismo – o en su igualmente vulgar manifestación de la intolerancia religiosa, el condenar y someter al otro porque es o piensa diferente, es la raíz de la injusticia. No hay diferencia si la injusticia se la comete contra la mujer, o contra toda una nación. El arremeter contra alguien sobre la base de su género, piel, creencias políticas o religiosas, no es solo ignorante, sino una aberración de la más mínima decencia y un vacío ético imperdonable, cuyas consecuencias hoy, en toda su vehemencia, se dejan sentir.
Para justificar el sometimiento del otro, se utiliza la estrategia de caricaturizarlo, de reducirlo a un monstruo cuyo designio es malvado, y que por ende justifica su sometimiento y opresión. En el medioevo se utilizó dicha estrategia contra la mujer, condenando sus poderes mágicos en la hoguera. En el siglo XX la estrategia se volvió más sofisticada, y fue utilizada para promover el anti-semitismo en toda Europa. Durante los últimos suspiros de monarquía rusa, la policía secreta zarista publicó en el periódico Znamya Los Protocolos de los Sabios de Sion. Según este documento, plagiado del Dialogo en el Infierno entre Maquiavelo y Montesquieu, del francés Maurice Joly, los judíos tenían un macabro plan para dominar al mundo. Consecuentemente, se creó una histeria colectiva cuyo objetivo era atizar las llamas anti-semitas, culminando en el holocausto nazi.
Circula por Internet hace tiempo ya un documento igualmente impostor, “Emancipación y Contra Hegemonía en Bolivia: Estrategias para Destruir la Dominación K'hara", cuya autoría se le asigna a nuestro Vicepresidente. Este panfleto intenta caricaturizar el proyecto del MAS para así provocar una respuesta visceral, creando un estado de paranoia en ciertos sectores y movilizar una respuesta posiblemente violenta. En el documento se establece que el objetivo es que “los dominados de antes”, hoy en el poder, construyan “una red de relaciones que les permitan gobernar de manera absoluta en el tiempo”. Para quienes se asustan con esta propuesta les tengo una noticia, y es que la “malévola estrategia” detrás proceso “emancipatorio y descolonizador” es perfectamente consistente con un espíritu democrático. Si bajo condiciones de libertad y transparencia, el MAS consigue mantener la preferencia de las mayorías, es su prerrogativa gobernar hasta la eternidad.
Lo que es inconsistente con dicho espíritu son algunas de las respuestas que dicho documento ha suscitado. En el mejor estilo de George Bush, hay quienes utilizan esta anónima manipulación para consolidar una postura idénticamente maniquea y manipuladora. Quien escribió Estrategias para Destruir la Dominación K'hara para pretender inculpar a García Lineras es un maldito. Pero no todos los que lo reenvían necesariamente lo hacen por maldad. Que muchos tal vez pequen de ignorancia, y otros de ingenuidad o mal juicio, no hay duda. Pero sugerir que absolutamente todo aquel que practica dicha ingenuidad es un ser “malvado”, cómplice, racista y “de derecha”, es utilizar idéntico prejuicio. Más aún, llegar a la conclusión que un indio no necesita de este panfleto para entender que su única opción es “ser de izquierda” - eufemismo para “pertenecer al MAS” - representa idéntica estrategia de reducir el diálogo político a una caricatura racista. Un boliviano, al margen de su etnia, es libre de votar y pensar según su conciencia, y no necesariamente – si es indio – votar por el MAS. Un indio puede aspirar a ser más que súbdito de un Estado centralista y paternalista, un modelo que ha fracasado no solo por haber sido administrado por corruptos y racistas. Utilizar argumentos raciales para convencer que obtener justicia ahora implica someternos 20 años al “Régimen de Evo” no solo es ser ingenuo, sino también ignorante. Si queremos desestimar panfleto “apócrifos” y mal intencionados, lo único que debemos hacer es argumentar que la democracia no está amenazada, que aún somos libres de elegir, y luego justificar nuestra posición.
Flavio Machicado Terán
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