Dios nos libre!

Revisando el blog de Greg Mankiw encontré esta foto de un supermercado en Venezuela que la reproduzco aquí porque no es otra cosa de lo patética que puede llegar a ser una economía cuando un gobierno no tiene absolutamente la menor idea de lo que es precisamente una ciencia, la ciencia económica.

Como bien lo mencionaba el blog Evonomics en su post de febrero de este año sobre la política de precios del gobierno: Los precios generados en mercados competitivos no son “justos” ni “injustos.” Son solo indicadores de la escasez relativa de los bienes. No emiten juicio de valor ni discriminan. Simplemente reflejan la realidad.

Ahora que esta de moda la palabra discriminación es vital para el buen funcionamiento de la economía que en Bolivia no se empiece a querer controlar los precios, porque eso si es discriminación. Otra vez se esta hablando de la inflación y que a las amas de casa ya no les alcanza la plata para el mercado. Pues bien eso es parte de la vida económica y si los precios de los pollos, de los tomates, o de las habas han subido es porque se han vuelto más escasos y esa es la información que están dando y a la cual oferentes y demandantes deberían reaccionar.

La solución es muy sencilla y si el gobierno quiere ayudar en algo, pues debería dar las condiciones necesarias para que se incremente la producción agrícola que en Bolivia nunca ha sido un problema. El caso de Venezuela es más dramático aún porque además de tener estas tremendas distorsiones en sus mercados, es un país que importan una gran cantidad de alimentos, precisamente por estas barbaridades en las políticas públicas.

Dios nos libre de esto y dejemos que los mercados hagan su trabajo, que lo hacen muy eficientemente.