Thursday, July 24, 2008
Bloguivianos 2008
Será un honor para todos nosotros los blogueros paceños, conocer a blogueros de otras ciudades. Anímense a venir, hay becas para los interesados. Hacer clic aquí.
Wednesday, July 16, 2008
Matemáticos
En los últimos días todos los analistas económicos y políticos se han vuelto matemáticos y se la pasan haciendo cálculos de quien ganaría o perdería en el referendum revocatorio, si es que se llega a realizar.
Algo de lo que todos ellos se olvidan es que un proceso electoral es una variable aleatoria, donde se deben considerar eventos inesperados como el hecho que una gran mayoría vaya a votar en blanco o nulo y solo en función de los votos validos se contabilizarán los porcentajes.
Mi objetivo no es entrar a hacer más cálculos que lo único que hacen es confundir, por el contrario, mi objetivo es dar una opinión sobre el famoso referéndum. A todas luces, el referéndum no va a solucionar nada, simplemente va a empeorar las cosas, pues los ganadores van a enarbolar las banderas de la democracia y los perdedores van a recurrir a argumentos de fraude, injusticia, etc. En si más peleas.
Por otro lado, la democracia en Bolivia y estos referendums, que no se quien se invento, se han convertido en pura chacota y juego de infantes inmaduros que a toda costa quieren ganar, porque sino se ponen a llorar. Me parece inadmisible que la gente del MAS que apoyaba la mayoría simple para aprobar los artículos de la Nueva Constitución, ahora este en contra y haya complicado las reglas de elección con distintas formulas similares a los 2/3, 4/5, 6/8, etc….Al final se esta votado por el SI y por el NO y estas opciones tienen una distribución binomial, donde la media claramente es el 50%.
De la oposición, ni hablar, se les olvido las matemáticas y estadísticas al momento de aprobar semejante barbaridad. Luego se dieron cuenta del error que habían cometido y resulta que quieren enmendar el mismo, pero como decía aquí se trata de chiquillos inmaduros que quieren ganar como sea, por lo tanto los otros les dirán: Tarde, ya que me diste ventaja, ahora te voy a ganar.
Algo de lo que todos ellos se olvidan es que un proceso electoral es una variable aleatoria, donde se deben considerar eventos inesperados como el hecho que una gran mayoría vaya a votar en blanco o nulo y solo en función de los votos validos se contabilizarán los porcentajes.
Mi objetivo no es entrar a hacer más cálculos que lo único que hacen es confundir, por el contrario, mi objetivo es dar una opinión sobre el famoso referéndum. A todas luces, el referéndum no va a solucionar nada, simplemente va a empeorar las cosas, pues los ganadores van a enarbolar las banderas de la democracia y los perdedores van a recurrir a argumentos de fraude, injusticia, etc. En si más peleas.
Por otro lado, la democracia en Bolivia y estos referendums, que no se quien se invento, se han convertido en pura chacota y juego de infantes inmaduros que a toda costa quieren ganar, porque sino se ponen a llorar. Me parece inadmisible que la gente del MAS que apoyaba la mayoría simple para aprobar los artículos de la Nueva Constitución, ahora este en contra y haya complicado las reglas de elección con distintas formulas similares a los 2/3, 4/5, 6/8, etc….Al final se esta votado por el SI y por el NO y estas opciones tienen una distribución binomial, donde la media claramente es el 50%.
De la oposición, ni hablar, se les olvido las matemáticas y estadísticas al momento de aprobar semejante barbaridad. Luego se dieron cuenta del error que habían cometido y resulta que quieren enmendar el mismo, pero como decía aquí se trata de chiquillos inmaduros que quieren ganar como sea, por lo tanto los otros les dirán: Tarde, ya que me diste ventaja, ahora te voy a ganar.
Frente sin Frente
La libertad de prensa no pudo penetrar el ocultismo detrás de su mortal estrategia. El hermetismo detrás de decisiones secretas fue justificado bajo el velo de “tiempos de crisis”, y el poder concentrado en manos del que controla el monopolio de la violencia. No hay entrevista capaz de delatar las verdaderas intenciones detrás de decisiones en el momento que se toman, porque la verdad yace únicamente en las neuronas que disparan dentro del cráneo del autor. Los periodistas hicieron las preguntas, pero bajo el manto de “seguridad nacional” ellas fueron vilmente ignoradas por el ejecutor de la guerra en Irak. Con un dedo de frente, el cerebro de Bush no permitió entrever cuáles eran sus verdaderas intenciones.
La prensa norteamericana ha sido fustigada por su complicidad en brindarle impunidad a los actos violentos de la administración de George W. Bush. La premisa que un enemigo acechaba dio lugar a la posibilidad de un hermetismo que la prensa no tenia forma de penetrar. Después de todo, es imprudente sentar en el banquillo de los acusados en tiempos de guerra al que controla el gatillo que (se supone) protege al pueblo. El enemigo, aunque real, resulto ser más una buena excusa, que ejércitos suicidas. En retrospectiva, el poder del presidente Bush debió haber sido regulado con mayor recelo por la opinión pública, el congreso y el cuarto poder.
El gobierno de Bolivia ha declarado la guerra al neoliberalismo, un enemigo igual de terrible y mortal que el terrorismo de Al Qaeda. La privatización, austeridad fiscal y liberación del comercio son los tres ejes del mal, que suponen que el liberalismo económico es la mejor manera de promover el desarrollo económico y libertad política. Su fundamentalista énfasis en sacar completamente al gobierno de la economía ha comprobado ser un error. Los últimos ataques economicistas sucedieron en década de 1990, y no hemos vueltos a ser atacados. Hoy nadie persigue un ímpetu privatizador. Ahora el que ahora está en la mira de los quijotes de la anti-globalización es el comercio internacional.
El precio del petróleo y materias primas se han ido por los cielos, rápidamente seguidos por el precio de los alimentos. A su vez, el mercado financiero está siendo afectado por la crisis hipotecaria del sector inmobiliario. Los herederos de profetas del apocalipsis financiero de antaño, que arengaban el fin del libre mercado en 1929, hoy visten de negro - cuales buitres de la crisis mundial – para treparse al altar y convertirse en sacerdotes de nuestra salvación. A quien ellos acusan, y que quede muy claro, es al mecanismo que utiliza el planeta entero para asignar precios y recursos, también conocido como la ley de la oferta y la demanda.
La demanda de China e India pone presión sobre la oferta. Ningún gobierno puede controlar este desfase. Al igual que con las crisis rusa de 1998, la crisis asiática de 1997 y la crisis mexicana de 1994, el mercado mundial una vez más se reajustará. La oferta y demanda seguirá asignando eficientemente recursos, mientras que en Bolivia se destruyen los mecanismos de mercado. La intención – que no les quepa duda - es reprobar la ley más básica de la economía, y extender el frente de batalla a toda la ideología liberal. Estamos cerca de derrotar al comercio internacional ¿Qué mecanismo de precios utilizará Bolivia cuando por fin revoque la ley de oferta y demanda? Si le preguntamos a su Excelencia, dudo siquiera entienda que debe planear la siguiente fase en su bestial estrategia.
Flavio Machicado Teran
La prensa norteamericana ha sido fustigada por su complicidad en brindarle impunidad a los actos violentos de la administración de George W. Bush. La premisa que un enemigo acechaba dio lugar a la posibilidad de un hermetismo que la prensa no tenia forma de penetrar. Después de todo, es imprudente sentar en el banquillo de los acusados en tiempos de guerra al que controla el gatillo que (se supone) protege al pueblo. El enemigo, aunque real, resulto ser más una buena excusa, que ejércitos suicidas. En retrospectiva, el poder del presidente Bush debió haber sido regulado con mayor recelo por la opinión pública, el congreso y el cuarto poder.
El gobierno de Bolivia ha declarado la guerra al neoliberalismo, un enemigo igual de terrible y mortal que el terrorismo de Al Qaeda. La privatización, austeridad fiscal y liberación del comercio son los tres ejes del mal, que suponen que el liberalismo económico es la mejor manera de promover el desarrollo económico y libertad política. Su fundamentalista énfasis en sacar completamente al gobierno de la economía ha comprobado ser un error. Los últimos ataques economicistas sucedieron en década de 1990, y no hemos vueltos a ser atacados. Hoy nadie persigue un ímpetu privatizador. Ahora el que ahora está en la mira de los quijotes de la anti-globalización es el comercio internacional.
El precio del petróleo y materias primas se han ido por los cielos, rápidamente seguidos por el precio de los alimentos. A su vez, el mercado financiero está siendo afectado por la crisis hipotecaria del sector inmobiliario. Los herederos de profetas del apocalipsis financiero de antaño, que arengaban el fin del libre mercado en 1929, hoy visten de negro - cuales buitres de la crisis mundial – para treparse al altar y convertirse en sacerdotes de nuestra salvación. A quien ellos acusan, y que quede muy claro, es al mecanismo que utiliza el planeta entero para asignar precios y recursos, también conocido como la ley de la oferta y la demanda.
La demanda de China e India pone presión sobre la oferta. Ningún gobierno puede controlar este desfase. Al igual que con las crisis rusa de 1998, la crisis asiática de 1997 y la crisis mexicana de 1994, el mercado mundial una vez más se reajustará. La oferta y demanda seguirá asignando eficientemente recursos, mientras que en Bolivia se destruyen los mecanismos de mercado. La intención – que no les quepa duda - es reprobar la ley más básica de la economía, y extender el frente de batalla a toda la ideología liberal. Estamos cerca de derrotar al comercio internacional ¿Qué mecanismo de precios utilizará Bolivia cuando por fin revoque la ley de oferta y demanda? Si le preguntamos a su Excelencia, dudo siquiera entienda que debe planear la siguiente fase en su bestial estrategia.
Flavio Machicado Teran
Thursday, July 03, 2008
Un día feliz para el mundo
Generalmente las noticias internacionales que uno ve en la TV o lee en el periódico son de desastres, guerras, conflictos, en fin nada que a uno le levanten las esperanzas de que podemos alcanzar un mundo mejor. Pero ayer creo que fue un día que emociono a todo el mundo, pues se logro la liberación de Ingrid Betancourt.
No solo fue la liberación el hecho importante, sino el mensaje de amor y paz que Ingrid y Colombia dieron al mundo. Primero cabe destacar el excelente operativo que no tuvo ni un herido y menos un muerto. Realmente algo genial, muy bien pensado y planificado. En el lenguaje de Freakonomics, un uso excelente de lo que sed denomina “inside information” que permitió engañar a las FARC.
En segundo lugar y para mi lo más importante es el mensaje de amor y perdón que nos dio Ingrid, que rezo por los muertos y por los guerrilleros y además les ofreció su perdón. Después de las penurias y los maltratos que tuvo que vivir uno pensaría que solo tendría odio y rencor en su alma, pero no al contrario irradia una paz espiritual y un apego a Dios increíble. Realmente algo muy lindo y que a todos nos debería hacer reflexionar en relación a cual debe ser nuestra actitud frente a la vida.
Con respecto a las FARC, en este breve artículo (aquí) se muestra que el estar obsesionados con ideologías no lleva a nada bueno y lo único que hace es destruir la vida y la libertad que son los regalos más preciados que todo ser humano tiene. El mensaje para los bolivianos debería ser ese, despojémonos de ideologías y practiquemos el perdón, primero entre nosotros y luego frente al resto del mundo.
A modo de anécdota, como siempre nuestro Presidente desubicado felicito a las FARC (ver aquí)…Por favor que alguien lo asesore y le informe la verdad, para que no sea papelon tras papelon cada semana.
Fría Racionalidad
¡Hipocresía, tu nombre es Obama! Habiéndose comprometido aceptar recursos públicos para financiar su campaña bajo condición que John Mc Cain haga lo mismo, su éxito en recaudar casi 300 millones de dólares resultó suficiente incentivo para traicionar su promesa electoral. La prensa no ha desperdiciado la oportunidad para señalar que ser “candidato del cambio” incluye cambiar su convicción de regular el papel que juega el dinero en las elecciones presidenciales. El cálculo de Obama es sencillo: darles a sus oponentes una razón para atacarlo por inconsistente, a cambio de la capacidad de tener suficiente combustible para luego devolverles el favor. Es un cálculo arriesgado, porque Obama corre el peligro que su inconsistencia alimente argumentos que lo dibujan como un típico político, dispuesto a todo con tal de ganar. La realidad siempre es más compleja.
Empecemos por las acusaciones de elitismo. Quien pertenece a una familia de multi-millonarios, que aun siendo un estudiante mediocre estudió en Yale, con un padre presidente de EE.UU. y su hermano gobernador es George W. Bush. A su vez, el que es nieto e hijo de un par de Almirantes – el rango más alto en la Marina de Guerra, es John McCain. Sin embargo, a quien acusan de “elitista” es a Obama, cuya madre fue abandonada por un inmigrante de Kenia y que tuvo que luchar por cada gramo de éxito que ha sabido exprimirle a la vida. Cuando la derecha utiliza sarcásticamente el código “elitista”, se refiere a elites intelectuales cuyo éxito académico y profesional se traduce en posturas políticas que contravienen los supuestos valores individualistas de las masas. Ser elitista en EE.UU. es básicamente no entender la importancia del sistema de incentivos, una postura que se traduce en recetas políticas de redistribución de riqueza mediante altas cargas impositivas a los más ricos. En EE.UU. el 10% de la población paga el 70% de los impuestos. Los “elitistas” suponen que los ricos deben pagar aun más, sin importar si ello afecta la inversión y generación de empleo. El elitismo es el nuevo comunismo norteamericano.
Los medios de comunicación en EE.UU. están supuestamente dominados por la izquierda liberal. Resulta curioso, por lo tanto, que los comentarios sarcásticos estén dominados por la derecha conservadora, que dibuja ácidas caricaturas de sus oponentes. La más sentimental izquierda, en contraste, por lo general está a la defensiva, quejándose de la crueldad con la que la derecha impone un sistema gobernado por el dictamen de competir para sobrevivir. Si lo que a usted le interesa es saber de qué lado estoy yo, pierde su tiempo. La realidad es demasiado compleja para reducirla a “lados”. Lo que sí puedo ayudarlo es a indagar sobre la causa de esta asimetría. Me parece que es más fácil hacerse la burla cuando la visión del burlón de “cómo” funciona el mundo es sencilla, instintiva y desapegada. Es decir, cuando se reduce la complejidad a la simple capacidad de ajustar nuestra conducta a leyes de oferta y demanda, la vida es más chistosa. Por el contrario, promover un mayor grado de cooperación y solidaridad por un bien mayor es más engorroso, menos fluido y demanda una sombría seriedad.
Los intentos de sarcasmo en la izquierda, por ende, son más sutiles. En Hancock, una película protagonizada por Will Smith (un actor muy parecido físicamente a Barack Obama), los grandes poderes del súper héroe no son suficientes para evitar que todo el mundo lo desprecie. Los poderes de Hancock son metáfora de la superioridad militar norteamericana, un país borracho de si mismo que ha decidido alienar al planeta entero con su torpe manera de utilizar su fuerza. Pero si un afro- americano puede luchar por redimir la imagen de EE.UU. desde la Casa Blanca y otro desde Hollywood, otros tantos también han de luchar por redimir a su nación estas olimpiadas en China. Los jugadores norteamericanos de basquetbol de la NBA han bautizado su campaña para obtener oro olímpico “Camino a la Redención”. Barack Obama, el súper héroe Hancock, y los jugadores de la NBA son todos ágiles, al igual que la metáfora a continuación. Lo único que requiere es que - en vez de preocuparse de “cual” lado hay que estar - use su capacidad superior de entender “sarcasmo” para captar velozmente la analogía a continuación.
Ella es rubia de ojos azules y nació en Dakota del Sur. Su nombre es Becky Hammon y es una estrella de basquetbol en la liga profesional para mujeres. Juega cuatro meses con el equipo de San Antonio, Texas y luego migra a Rusia, donde juega para el CSK Moscú. Becky Hammon, al igual que Barack Obama, tuvo que tomar una decisión racional, de aquellas que los anti-elitistas demandan del pueblo cuando deben decidir entre conductas. La decisión de Hammon parte de la premisa que su proyección profesional en el ámbito mundial no es posible a menos que juegue este agosto en las olimpiadas. Hammon ha sido galardonada con el premio Jugadora Más Valiosa y es líder en anotaciones. Su indudable destreza, sin embargo, no le ha valido ser considerada para representar a EE.UU. en China. En consecuencia, estas olimpiadas Hammon representará una nación a la cual ofrece su lealtad únicamente por interés personal: la ex -Unión Soviética.
Anne Donavan, directora de la selección femenina de basquetbol de EE.UU, ha cuestionado el patriotismo de Hammon. Raya en la hipocresía, sin embargo, que siendo que el equipo olímpico de EE.UU. cuanta con más de 50 atletas naturalizados – incluyendo varios del ex – bloque comunista – alguien del rango de Donovan se dé el lujo de criticar a una mujer profesional simplemente por optar asumir otra nacionalidad en nombre del todopoderoso euro. Vivimos en épocas complejas, en las cuales el cálculo fácil “de qué lado estas” peca de infantilismo. Becky Hammon tuvo que decidir entre aceptar el desprecio de Donavan – que no la seleccionó para el equipo de EE.UU. – o nacionalizarse rusa, ganar 6 veces más, y avanzar su carrera profesional en la vitrina más grande. Dice Hammon, “no estoy vendiendo secretos militares, estoy jugando básquet”. El patriotismo – reza el refrán - es el último refugio de los sinvergüenzas.
Para los anti-elitistas, lo más importante es la racionalidad del mercado en base a una frialdad económica. Al aceptar más dinero por el mismo trabajo, Hammon y Obama actúan racionalmente y son consistentes con esa lógica. Para los espeluznados con la sencillez de mi análisis, agrego un elemento. En EE.UU. existen organizaciones políticas llamadas “527” que no pagan impuestos ni son reguladas por la Comisión Federal Electoral. Varias 527 han de recaudar muchísimo dinero no-regulado para atacar a Obama. Por ende, el tener acceso a suficientes recursos para responder al sarcasmo de la derecha tal vez no sea muy consistente o chistoso, pero es racional. Y sí de hipócritas se trata, estas elecciones han de demostrar que ningún partido posee el monopolio.
En cuanto al elitismo de Obama, elevar demasiado el nivel de impuestos durante una recesión puede ser la receta equivocada. Una política de redistribución no debe romper el delicado equilibrio en nombre de incrementar dogmáticamente la carga impositiva, sobre todo en épocas de crisis. Meter la mano en el bolsillo ajeno, sin consideración de los incentivos necesarios para producir e invertir en crecer el aparato productivo, genera en Rusia, EE.UU. y minas de Potosí una idéntica y fría racionalidad.
Flavio Machicado Teran
Empecemos por las acusaciones de elitismo. Quien pertenece a una familia de multi-millonarios, que aun siendo un estudiante mediocre estudió en Yale, con un padre presidente de EE.UU. y su hermano gobernador es George W. Bush. A su vez, el que es nieto e hijo de un par de Almirantes – el rango más alto en la Marina de Guerra, es John McCain. Sin embargo, a quien acusan de “elitista” es a Obama, cuya madre fue abandonada por un inmigrante de Kenia y que tuvo que luchar por cada gramo de éxito que ha sabido exprimirle a la vida. Cuando la derecha utiliza sarcásticamente el código “elitista”, se refiere a elites intelectuales cuyo éxito académico y profesional se traduce en posturas políticas que contravienen los supuestos valores individualistas de las masas. Ser elitista en EE.UU. es básicamente no entender la importancia del sistema de incentivos, una postura que se traduce en recetas políticas de redistribución de riqueza mediante altas cargas impositivas a los más ricos. En EE.UU. el 10% de la población paga el 70% de los impuestos. Los “elitistas” suponen que los ricos deben pagar aun más, sin importar si ello afecta la inversión y generación de empleo. El elitismo es el nuevo comunismo norteamericano.
Los medios de comunicación en EE.UU. están supuestamente dominados por la izquierda liberal. Resulta curioso, por lo tanto, que los comentarios sarcásticos estén dominados por la derecha conservadora, que dibuja ácidas caricaturas de sus oponentes. La más sentimental izquierda, en contraste, por lo general está a la defensiva, quejándose de la crueldad con la que la derecha impone un sistema gobernado por el dictamen de competir para sobrevivir. Si lo que a usted le interesa es saber de qué lado estoy yo, pierde su tiempo. La realidad es demasiado compleja para reducirla a “lados”. Lo que sí puedo ayudarlo es a indagar sobre la causa de esta asimetría. Me parece que es más fácil hacerse la burla cuando la visión del burlón de “cómo” funciona el mundo es sencilla, instintiva y desapegada. Es decir, cuando se reduce la complejidad a la simple capacidad de ajustar nuestra conducta a leyes de oferta y demanda, la vida es más chistosa. Por el contrario, promover un mayor grado de cooperación y solidaridad por un bien mayor es más engorroso, menos fluido y demanda una sombría seriedad.
Los intentos de sarcasmo en la izquierda, por ende, son más sutiles. En Hancock, una película protagonizada por Will Smith (un actor muy parecido físicamente a Barack Obama), los grandes poderes del súper héroe no son suficientes para evitar que todo el mundo lo desprecie. Los poderes de Hancock son metáfora de la superioridad militar norteamericana, un país borracho de si mismo que ha decidido alienar al planeta entero con su torpe manera de utilizar su fuerza. Pero si un afro- americano puede luchar por redimir la imagen de EE.UU. desde la Casa Blanca y otro desde Hollywood, otros tantos también han de luchar por redimir a su nación estas olimpiadas en China. Los jugadores norteamericanos de basquetbol de la NBA han bautizado su campaña para obtener oro olímpico “Camino a la Redención”. Barack Obama, el súper héroe Hancock, y los jugadores de la NBA son todos ágiles, al igual que la metáfora a continuación. Lo único que requiere es que - en vez de preocuparse de “cual” lado hay que estar - use su capacidad superior de entender “sarcasmo” para captar velozmente la analogía a continuación.
Ella es rubia de ojos azules y nació en Dakota del Sur. Su nombre es Becky Hammon y es una estrella de basquetbol en la liga profesional para mujeres. Juega cuatro meses con el equipo de San Antonio, Texas y luego migra a Rusia, donde juega para el CSK Moscú. Becky Hammon, al igual que Barack Obama, tuvo que tomar una decisión racional, de aquellas que los anti-elitistas demandan del pueblo cuando deben decidir entre conductas. La decisión de Hammon parte de la premisa que su proyección profesional en el ámbito mundial no es posible a menos que juegue este agosto en las olimpiadas. Hammon ha sido galardonada con el premio Jugadora Más Valiosa y es líder en anotaciones. Su indudable destreza, sin embargo, no le ha valido ser considerada para representar a EE.UU. en China. En consecuencia, estas olimpiadas Hammon representará una nación a la cual ofrece su lealtad únicamente por interés personal: la ex -Unión Soviética.
Anne Donavan, directora de la selección femenina de basquetbol de EE.UU, ha cuestionado el patriotismo de Hammon. Raya en la hipocresía, sin embargo, que siendo que el equipo olímpico de EE.UU. cuanta con más de 50 atletas naturalizados – incluyendo varios del ex – bloque comunista – alguien del rango de Donovan se dé el lujo de criticar a una mujer profesional simplemente por optar asumir otra nacionalidad en nombre del todopoderoso euro. Vivimos en épocas complejas, en las cuales el cálculo fácil “de qué lado estas” peca de infantilismo. Becky Hammon tuvo que decidir entre aceptar el desprecio de Donavan – que no la seleccionó para el equipo de EE.UU. – o nacionalizarse rusa, ganar 6 veces más, y avanzar su carrera profesional en la vitrina más grande. Dice Hammon, “no estoy vendiendo secretos militares, estoy jugando básquet”. El patriotismo – reza el refrán - es el último refugio de los sinvergüenzas.
Para los anti-elitistas, lo más importante es la racionalidad del mercado en base a una frialdad económica. Al aceptar más dinero por el mismo trabajo, Hammon y Obama actúan racionalmente y son consistentes con esa lógica. Para los espeluznados con la sencillez de mi análisis, agrego un elemento. En EE.UU. existen organizaciones políticas llamadas “527” que no pagan impuestos ni son reguladas por la Comisión Federal Electoral. Varias 527 han de recaudar muchísimo dinero no-regulado para atacar a Obama. Por ende, el tener acceso a suficientes recursos para responder al sarcasmo de la derecha tal vez no sea muy consistente o chistoso, pero es racional. Y sí de hipócritas se trata, estas elecciones han de demostrar que ningún partido posee el monopolio.
En cuanto al elitismo de Obama, elevar demasiado el nivel de impuestos durante una recesión puede ser la receta equivocada. Una política de redistribución no debe romper el delicado equilibrio en nombre de incrementar dogmáticamente la carga impositiva, sobre todo en épocas de crisis. Meter la mano en el bolsillo ajeno, sin consideración de los incentivos necesarios para producir e invertir en crecer el aparato productivo, genera en Rusia, EE.UU. y minas de Potosí una idéntica y fría racionalidad.
Flavio Machicado Teran
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