La crisis financiera por la que esta atravesando la aerolínea Aerosur y su casi inminente quiebra me hacen recuerdo a similar crisis que enfrentó la otra aerolínea privada nacional (antes estatal) el Lloyd Aéreo Boliviano. Claro que con algunas diferencias, quizás la principal el hecho que el LAB si tenía patrimonio y lo sigue teniendo lo que le ha permitido subsistir como una empresa que brinda servicios aeroportuarios, de mantenimiento y de alquiler de aeronaves (Boeing 727-200 ver foto).
Sin embargo la forma en como se desencadenaron las crisis en ambas empresas que fue muy similar, me lleva a pensar en varios aspectos que deben ser tomados en cuenta y que no hacen mas que probar que poco o nada ha cambiado en cuestión de atención al cliente, regulación y eficiencia en los servicios. Es mas hasta se podría pensar que en algunos de estos elementos hemos retrocedido.
Lo primero que me llama la atención es como una empresa pudo seguir operando sin pagar impuestos desde el 2004, o como es que 8 años mas tarde no se pudo dar una solución al tema impositivo de 8 años atrás. Solo de pensar que existen otros casos similares, entonces me pregunto que incentivo tenemos los ciudadanos para pagar los impuestos disciplinadamente, si es que existen empresas que no los pagan o están en juicios durante años.
Un segundo elemento es, que pasó con la regulación, ya sabemos que se la liquido cuando a las superintendencias se les cambio de nombres y pasaron a ser oficinas de los ministerios, pero todavía tenía la esperanza de que los operadores de servicios tuvieran que cumplir con ciertas obligaciones como presentar balances y planes de inversión. Al parecer esto no es así porque el gobierno se mostró muy sorprendido con la crisis de Aerosur, o será que se hizo al sorprendido, pues esto le va a permitir alcanzar un monopolio con BOA. Si es, así sería mas grave aún porque si volvemos al monopolio en la aeronavegación ahí si que olvidémonos de pagar tarifas “dignas” para poder volar en Bolivia.
Finalmente, y lo que mas me preocupa es donde quedaron los consumidores. Al final los que tienen que soportar los atrasos en vuelos, mal servicio, maletas que no llegan, etc, son los ciudadanos de a pie que al no tener otras opciones, se ven obligados a usar los malos servicios de las 3 aerolíneas aún existentes en Bolivia.
Por eso, y para no seguir repitiendo esta historia de ineficiencia, sugiero decretar una política de cielos abiertos, para que aerolíneas extranjeras se hagan cargo del servicio con eficiencia y pasajes baratos.
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