No podía dejar pasar esta oportunidad para rendir un homenaje a esos bolivianos y bolivianas valientes que caminaron por más de 2 meses para llegar a La Paz y exigir al Gobierno que de una vez por todas se prohíba la construcción de una carretera que atraviese el parque Isiboro Secure.
Pero la marcha no solamente fue eso, sino fue un reclamo al gobierno por:
- El ninguneo: Ya basta de calificar a todo el que piensa diferente como opositor y que quiere desestabilizar la democracia.
- El miedo: Los funcionarios públicos salieron a aplaudir a los marchistas sin que nadie los obligue y sin miedo a que los reconozcan.
- La persecución: Ya basta de tener a intelectuales encerrados en su casa y acusados de cobros que no eran delito y además son un absurdo.
- La libertad: Basta de que las personas no puedan expresar libremente sus ideas y manifestarse donde quieran y cuando quieran.
Lo que se vivió esta semana en La Paz fue algo que hace mucho tiempo no vivíamos, casi tan maravilloso como cuando clasificamos al mundial y donde todos los bolivianos de oriente a occidente y de norte a sur nos unimos en un solo abrazo para gritar Viva Bolivia.
La lección que nos han dado los hermanos indígenas es enorme y es un ejemplo de que si se puede y si podemos pensar en un país mejor.
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