Friday, July 27, 2007

Aprendamos


Por estos días ando un poco cansado de escribir posts, sobretodo porque me molesta de sobremanera todo el show que se ha montado con este tema de la capitalia. Todos sabemos que esto no es otra cosa que una excusa para hacer fracasar la Asamblea Constituyente y si es posible, derrocar al Gobierno.

La Asamblea Constituyente comenzó siendo un fracaso y ya en un anterior post me referí a este tema aduciendo que es un fracaso porque a la gente se la hizo votar sin saber por que o por quien era que estaba votando. Así que lo óptimo sería clausurar la Asamblea, de una vez por todas y que las reformas constitucionales que se deben hacer se las haga vía el Congreso y en un plazo de varios años.

Por otro lado estamos a pocos días de celebrar el 6 de agosto y no hay ningún evento de celebración programado, al parecer a nadie le importa el cumpleaños de Bolivia. Aprendamos de nuestros compatriotas residentes en México que ya tienen programado una serie de eventos.


Pateaduras de Amor

La intención de la pateadura era protegernos. Mediante la draconiana disciplina y ciega obediencia que imponían los padres, los hijos actuábamos con miedo y prudencia. Eran diferentes épocas, y el peligro acechaba - no en un radio-taxi chuto, o bella sirena con pildorita en mano – sino en el resquebrajamiento del sistema, cualquiera fuese su base de poder, o románticas intenciones. Capitalista, comunista, despótico o democrático, de izquierda o derecha, las pateaduras creaban necesarias jerarquías, establecían orden y protegían al sistema. La violencia ejercida para protegernos era también mediante el amedrentamiento. Lo importante era someternos al orden establecido. Porque cuando un hijo desobedece, y por su imprudencia es lastimando, sufren los suyos. Y cuando el sistema es interrumpido por la subversión, desobediencia civil e intransigencia política, sufrimos todos los demás.

El mundo ha cambiado, y el orden y disciplina ya no se imponen a la fuerza. Las leyes protegen a los hijos de la violencia familiar, y la opinión mundial ha creado un entorno en el cual aquel que ostenta la fuerza económica y militar ya no puede imponer - por “universales” que sean - en los demás sus valores. No se debe ignorar el otro extremo. Algunas feministas solían escandalizarse ante la condición de la mujer en algunos países islámicos, y protestaban las mutilaciones de clítoris que practican patriarcados extremos. Pero como ahora estos patriarcas son el “enemigo de mi enemigo”, consideran que estas practicas y valores deben ser respetados. No pretendo, sin embargo, argumentar aquí el derecho cultural de mutilar clítoris, o el valor universal de la libertad o democracia. No me interesa tampoco exponer la hipocresía de los EEUU cuando dicen pretender transformar – por su propio bien - al Oriente Medio. El tema aquí no es sobre valores, objetivos o intenciones; es uno de metodología.

Solía ser que una buena pateadura era la mejor manera de proteger a un hijo, enseñarle respeto, obediencia, disciplina y moral. Ahora un hijo tiene demasiadas libertades, información y autonomía como para pretender imponerle – por su propio bien – absolutamente nada. Ahora un hijo requiere de comunicación, de la oportunidad de compartir sus problemas e inseguridades en sus propios términos, según su propia experiencia e inmadurez. Los padres podemos escuchar a nuestros hijos y compartir nuestra experiencia y limitada sabiduría. Pero ya no podemos controlarlos. Podemos satisfacer nuestro frágil ego pensando que los hemos sometido a nuestra voluntad, cuando en realidad son ellos quienes optan por la prudencia o rebeldía.

El gobierno de Bush, cual padre preocupado que defiende su familia, ha pretendido doblegar a una región entera a la fuerza, y ha fracasado. En Bolivia la “oligarquía” política jamás imaginó que le llegaría por fin el fin a su corrupto, incompetente y racista sometimiento del pueblo. Ahora el viejo orden está siendo interrumpido. ¡Que bueno! Pero cometerían un error los hijos--convertidos-padres si creen que ahora a patadas ellos si pueden crear condiciones para el desarrollo y justicia, sometiendo – por su propio bien - a los demás. Por mucho amor que profesen, y enaltecidos que sean sus valores, objetivos o intenciones, esa metodología ya ha dejado de funcionar.

Flavio Machicado Teran

Monday, July 23, 2007

Paceñazo


There are no words to describe this event. The message is just one: Unity .


Thursday, July 05, 2007

Inflación II

Voy a empezar a enumerar mis opiniones con respecto a la inflación pues creo que esto va a dar mucho de que hablar. El dato que tenemos hasta ahora y que creo que es el más confiable es el del Banco Central en el que se ve que la inflación acumulada a mayo del 2007 fue de 6.36% y la inflación subyacente fue de 4.74%.

Ayer en el periódico La Razón sale un artículo donde el Ministro de Hacienda indica que la inflación acumulada a junio ha sido de 3.66%. Está hablando de la subyacente? Porque no creo que la inflación haya bajado de 6.36% a 3. 66%, imposible que baje casi 3 puntos porcentuales en un mes. Por otro lado hoy en El Deber sale una noticia que indica que los productos de la canasta familiar (a la cual se calcula el IPC) no paran de subir de precio.

Entonces en que quedamos, ha bajado o ha subido la inflación. Para colmo el Ministro indica que este año vamos a superar la meta de inflación establecida por el Banco Central, evidentemente esta meta ha sido superada desde enero, pues desde esa fecha que la inflación acumulada esta por encima del 6%.

Con esto no quiero decir que la inflación esta descontrolada, este es un fenómeno que esta pasando en todos los países de Sudamérica, pero en los otros países viendo los datos de crecimiento podemos ver que esta alza de precios se explica principalmente por un incremento en la Demanda Agregada. En Bolivia seguimos esperando los datos de crecimiento al primer trimestre, pues solo así sabremos a que se debe el aumento de la inflación. Lo demás es pura especulación.

Disciplina Sin Dial

Es una herramienta ancestral el miedo, artefacto social que perdió lustre ante el horror que había impuesto la tecnología con sus eficientes máquinas de destrucción. La guerra ahora se torna al mundo de los espectros, de las ideas, para nuevamente asumir un poder intangible sobre nuestra mente. Poderoso es el miedo, y en su construcción y mantenimiento somos victimas y cómplices a la vez.

Debido a la ausencia de herramientas básicas - como cuchillos de acero - los humanos sobrevivíamos precariamente. Al igual que en jaurías o manadas de animales interdependientes, evolucionamos como seres altamente sociables. La diferencia es que - entre humanos - asumían el mando del grupo no solo los más fuertes, sino también los que podían predecir una luna llena, contar historias, o inventárselas. La inteligencia humana acepta más de una manera de garantizar que el grupo sea cohesivo, se imponga el orden y se ejerza – por el bien común – un alto nivel de control.

Existen niños que sufren severos traumas debido a una de las historias de miedo mejor logradas. Si medimos la efectividad de su capacidad de reproducción e impacto, el miedo al diablo se encuentra en los peldaños más elevados de nuestra creación. Un miedo menor en el escalafón es el que menciona nuestro presidente en el documental “Cocalero”, cuando bromea que es “al imperio” a quien realmente teme.

Magistralmente capturada la cotidianidad de su ascenso al poder, “Cocalero” muestra el lado humano del presidente, y se puede entrever su honestidad, humildad y compromiso de hacer el bien. Y aunque precisamente su humanidad lo hace accesible y encantador, esa misma “humanidad” hace que su mente – al igual que la mente de cada uno de los demás mortales – sea un vehículo de reproducción del miedo.

Miedo al calentamiento global tal vez logre despertarnos de nuestro egoísta letargo consumista, y logremos entender que acumular demasiado puede afectar negativamente la calidad de vida de nuestros hijos. La inimaginable riqueza que ha sido creada en el planeta empieza a crear también conciencia que el equilibrio es frágil, que la injusticia tiene consecuencias, y que existen millones de personas que apenas tienen para comer. Pero no es lo mismo actuar por miedo, que actuar por conciencia de lo que es mejor, justo y sostenible.

La actual encrucijada constitucional debe llevarnos a reflexionar sobre el lugar y uso que la sociedad le brinda a toda herramienta. El camino fácil es actuar por instinto primitivo, y utilizar aquellas que han demostrado ser eficientes para impartir sumisión, sin importar las consecuencias. El reto es adquirir conciencia de que hemos utilizado algunas para crear una cultura vertical, diseñada para imprimir obediencia. Al margen de quiénes o cuántos ahora se beneficien, la imposición no se convierte mágicamente en el mejor camino. Con Satanás nos han tenido postrados siglos. Ahora con el Imperio se pretende hacer dicha “disciplina” más revolucionaria y secular. Tal vez mi falta de criterio político y religioso no me permite apreciar la única e irrefutable verdad - o justicia - detrás del imperativo de controlar la mente. Pero el poder y el control parecen ir de la mano, y todos somos cómplices y víctimas a la vez. ¡Qué miedo!

Flavio Machicado Teran